Episode Transcript
[00:00:01] Speaker A: Mutación es el eco de historias que revelan cómo Cristo convierte el dolor en propósito y la prueba en testimonio.
[00:00:08] Speaker B: Porque donde hay un encuentro con Dios se producen grandes transformaciones y la vida cambia para siempre.
Bienvenidos a un capítulo más de Mutación. Hoy estoy con mi amada esposa ter.
[00:00:21] Speaker C: Buenas, buenas.
[00:00:22] Speaker A: ¿Cómo están? Hola Erika. Hola, buen día.
[00:00:25] Speaker D: Buen día.
[00:00:26] Speaker B: Y eso están acá para contarnos un poco su historia matrimonial y muchas cosas que han vivido durante estos años muy interesantes para aprender. Así que Joaco y Erick, vamos por el principio. Cuéntenos un poquito cómo fue el inicio de su relación.
Se miran ahí Joaco, Eric, primero las damos. Dale. Primero Eric, contanos un poco.
[00:00:46] Speaker C: Bueno, nosotros nos conocimos, teníamos 18 años, nos conocimos acá en Córdoba, yo soy de Buenos Aires, así que fue un noviazgo a distancia. Estuvimos cuatro años de novios a distancia. Así que nos conocimos acá en Córdoba, pero nos veíamos muy espaciadamente porque no era todo el tiempo, no vivíamos en el mismo lugar.
[00:01:10] Speaker A: Se escribían cartas.
[00:01:12] Speaker D: Claro, el joven de hoy debe creer que es WhatsApp. Videollamada era la tarjetita rosa para llamada por teléfono fijo de una hora y el pack de personal de SMS. Imagínate lo que estamos hablando. Y los ponen en contexto a los jóvenes. Es todo videollamada, clic, clic, clic.
[00:01:31] Speaker B: ¿Y los dos eran de familias cristianas o estaban en una iglesia, verdad? Se conocieron en un campamento, una cuestión así, ¿Verdad? ¿Y vos estabas en Córdoba ya?
[00:01:41] Speaker D: Yo ya estaba en Córdoba hacía poquito.
[00:01:42] Speaker C: Sí, sí, nos conocimos acá en Córdoba.
[00:01:44] Speaker A: Porque vos también costos de Buenos Aires.
[00:01:46] Speaker D: Claro, yo soy de Buenos Aires, hacía un año vivía acá en Córdoba y mediante un grupo de amigos de la iglesia de Rincón que estábamos los jóvenes, me invitan a un cumple, ahí la conozco porque ella también era parte de ese grupo de amigos. Y empezó una amistad de un año y medio más o menos de novios.
[00:02:05] Speaker C: ¿Cuatro años entonces?
[00:02:06] Speaker D: Sí, un montón. Tres y moneditas, muchos años de edad. Bueno, nosotros sabíamos por la edad y también por la distancia. ¿Vos pensás que la veía cada dos meses, cada tres meses a veces, porque era aprovechar algún feriado o algo que en el trabajo yo pueda viajar también, no podía viajar seguido?
[00:02:23] Speaker A: ¿Y ustedes en ese tiempo de noviazgo, qué sueños o metas tenían como pareja?
[00:02:29] Speaker C: Yo creo que teníamos la ilusión de, lógico, formar una familia, teníamos metas muy claras de cuando nos pusimos de novios, el anhelo de casarnos, siempre teníamos bien en claro por qué nos pusimos de novios y ahí estaba el proyecto de formar una familia, así que bueno, íbamos en pos de eso, pero lógico, nosotros lo que nos podíamos conocer era así muy relámpago en las veces que nos veíamos y parecía que estaba siempre todo bien cuando nos veíamos porque no nos íbamos a pelear cuando nos veíamos ese fin de semana.
[00:03:03] Speaker A: ¿Ustedes de novia por ejemplo, pelean poco.
[00:03:05] Speaker C: Nada, casi, muy poco, nada, no hubo discusiones porque lógico, nos veíamos un fin de semana y era todo lindo realmente.
[00:03:15] Speaker B: O se podría decir que fue un noviazgo bueno? Sí, súper acomodado, digamos, a los lineamientos de Dios.
[00:03:24] Speaker C: Ideal.
[00:03:25] Speaker B: Claro, o había algunas cuestiones que.
[00:03:30] Speaker D: Nos veíamos poco cada mucho tiempo, o sea, no es que yo viajaba 15 días, yo viajaba, ponele semana Santa, bueno, aprovechaba, pero el lunes tenía que entrar nuevamente a trabajar, así que viajaba esos días o algún feriado de un día, bueno, viernes, sábado y el domingo ya estaba volviendo para volver a trabajar.
Sí, había a veces obviamente no era entre comillas perfecto porque a pesar de que nos veíamos poco, pero sí había discusiones, como también había el anhelo de proyectos, pero tal vez no a lo que se acostumbra una pareja que se ve más seguido, que está más constantemente en el tiempo.
[00:04:06] Speaker A: Bien, ¿Y cuándo deciden casarse? ¿Cuándo se casan ustedes?
[00:04:10] Speaker C: Nosotros nos casamos en el 2012, teníamos 22 y 23 años, yo 22 juegos.
[00:04:17] Speaker B: Para estos tiempos en los que vivimos sería muy joven, quizás para mi papá serían viejos para pasarse, pero hoy que se case alguien con veintidós, veintitrés años es como que da la sensación de que es joven. ¿Pero se casaron y decidieron vivir en Córdoba o Buenos Aires?
[00:04:32] Speaker D: No, no, en Córdoba, en Córdoba, siempre en Córdoba.
Igual nosotros desde que nos pusimos de novio, desde el momento que nos pusimos de novio habíamos ya puesto una fecha, obviamente cuando vos recién te pones de novio, después en tres, cuatro años pueden pasar un montón de cosas, pero ya teníamos un proyecto en mente para enfocarnos, bueno, vamos a estar a distancia, nos vamos a ver poco, somos chicos, más allá que yo tenía mi trabajo y ella estaba estudiando, pero dijimos queremos tres años y medio, cuatro. Y fue ahí casi cuatro años que estuvimos novia.
[00:05:03] Speaker A: ¿Y cómo fue el comienzo de ese matrimonio?
[00:05:07] Speaker C: Bueno, yo creo que la convivencia empezó a sacar a luz cómo éramos cada uno. Al principio apenas nos casamos, disfrutábamos un montón, incluso éramos muy compañeros siempre en todo lo que hacíamos, bueno, trabajábamos los dos, estábamos ocupados, fue muy ameno el primer tiempo, los primeros meses, pero bueno, después de un tiempo, como a los 10 meses, es como que la relación se empezó a enfriar, sin entender desde mi lado mucho qué era lo que estaba pasando, porque una de las cosas que en ese tiempo, hoy que lo vemos desde este lado, faltaba mucho la comunicación de hablar quizás con la verdad que había cosas que desde el otro lado no estaban conformes, no estaban contentos, o estábamos viviendo una crisis que desde mi lado yo no lo veía, ni siquiera me daba cuenta.
[00:06:06] Speaker B: ¿Y en eso que iban detectando paralelamente? ¿Se congregaban en una iglesia, estaban en alguna consejería, hablaban con alguien, o era como que todo era resolverlo entre ustedes?
[00:06:21] Speaker D: Estábamos en una situación muy compleja, por ahí no voy a dar muchos detalles por un tema de tiempo, pero sí estábamos en una congregación, pero estaba medio complicado, quien estaba liderando en el pastorado tuvo que dejar por unos temas personales, tiene que asumir otra persona, pero era todo muy mal abarajado y obviamente a lo que nosotros estamos acostumbrados del seguimiento de che, vení, te invito a tomar un café para charlar, che, no los veo bien, cómo están, Cosas que hoy uno está acostumbrado. No, no estaba. No, no, no.
[00:06:55] Speaker C: Y otra de las cosas que pasaba es que dentro de nuestra casa teníamos la iglesia, o sea la iglesia estaba en nuestra casa, entonces estábamos recién casados, haciéndonos quizás cargo de cosas que no nos correspondía por la edad, es como que pasamos a situaciones de mucha responsabilidad, muy expuestos y estábamos al servicio, hacíamos un montón de cosas sin darnos cuenta de que estábamos dañados y tendríamos que haber solucionado otras cosas antes de estar expuestos, hirviendo.
[00:07:27] Speaker B: Y se me ocurría por ahí, quizás sin entrar en tantos detalles que yo pueda, pero qué empezamos a vislumbrar como algunas cuestiones que cambiaban o detalles así, que esto no está bien o esto no estaba claro, esto me llama la.
[00:07:42] Speaker C: Atención, o nada, nada, no algunas cosas.
[00:07:46] Speaker B: Pero puntualmente, lo digo por historia, como por ahí alguien que escucha decir ah mira, esto puede ser una señal de alerta, algo que puede estar pasando, Ah mira, yo esto lo había naturalizado y la verdad que no es normal eso. Si se te ocurre algo.
[00:07:59] Speaker C: Bueno, desde mi lado, creo que una de las cosas que después uno lo puede notar es quizás no irnos a dormir los dos juntos, el estar mucho más tiempo en la computadora y no acostarnos los dos juntos, como que estar viviendo bajo el mismo techo, pero viviendo dos realidades totalmente distintas. Y en la inmadurez, creo desde mi parte, no confrontar cosas que estaban pasando y hacer la vista gorda o ver, pero bueno, dejarlo pasar y bueno, no estaba bien, porque creo que hablar a tiempo ayuda a poder salir más fácil de lo que el otro está pasando, pero no lo veíamos en ese momento así como que cada uno hacía de su manera. También hubieron muchas decisiones de que venía gente mucho a nuestra casa, se quedaban a dormir los chicos, como al ser chicos, venían muchos chicos de la iglesia y se quedaban todos a dormir, o sea como qué cosa era rico pa.
[00:09:00] Speaker A: La casa de usted.
[00:09:01] Speaker D: Olvídate, era Disney. Claro, esto es más que los dueños de Disney no estaban bien.
Era Disney.
[00:09:08] Speaker A: Aparte la gente debe haber pensado que ustedes estaban genial la parte.
[00:09:12] Speaker D: Sí, sí. Para muchos, por ahí para el que no estaba profundamente involucrado con nosotros, como nadie preguntaba. Claro, como yo era alguien que estaba ahí sirviendo el hijo del pastor, no había problemas, no había crisis con una buena mujer. Pero yo creo que si hoy uno lo piensa, por eso está bueno. Y este es un consejo para los novios, abriendo un paréntesis, hay cosas que hay que hablarlas antes, hay que hacer preguntas, se incomodan, bueno, que incomoden el noviazgo para que después no explote. Porque sabemos que en el matrimonio todo se potencia, lo bueno y lo no tan bueno, lo que arrastramos y no hubo. Tal vez esas preguntas, pero también por nuestra inexperiencia, porque nunca, nunca, en ninguno de los dos lados tuvimos alguien que nos che, ¿Cómo estás en tu noviazgo? ¿Cómo los llevas a distancia? ¿Cómo están con los límites? Con un montón de cosas que hoy uno tal vez pregunta. Nunca, nunca jamás lo tuvimos. Tal vez evitamos un montón de metidas de patas. Fue porque el Señor fue muy bueno y porque teníamos muchas cosas en claro que queríamos hacer bien.
[00:10:17] Speaker A: Todo esto que ustedes cuentan de la distancia, de situaciones que se dan en la convivencia, ¿A qué lleva todo esto? ¿Cuánto dura esta situación de enfriamiento? ¿A qué los lleva?
[00:10:32] Speaker C: Bueno, una de las cosas que empieza a pasar es que fue todo muy rápido en ese tiempo, como que no, no.
No llegamos ni siquiera a cumplir el primer año de casado, que ya estábamos distantes, no hubo una celebración del primer aniversario, no lo tuvimos. Entonces ahí ya empezó una distancia y Joaco con la idea de querer volver a su pueblo donde él había nacido, o sea, él quería volver a esa ciudad. Entonces bueno, al principio estaba todo como camuflado de que íbamos a irnos juntos, pero en cierta manera su corazón ya quería irse de casa, pero yo creo que al principio le costaría decir me quiero ir de casa. Fue todo como un proceso que yo sin entender creía que íbamos a ir juntos, pero no, en un punto volvió donde estaban sus papás, porque sus papás vivían allá.
Así que bueno, eso fue más o menos lo que empieza a alejarnos y ver de que algo estaba pasando.
Primeramente yo no entendía lo que pasaba, yo no entendía cómo algo que teníamos tantos proyectos, que era la ilusión y todo lo lindo que podríamos estar viviendo. De un día para el otro El Castillo se rompió ese empírico en eso. Lógico, porque no sabía cómo manejar la situación, entonces entré con mucha angustia, porque tampoco sabía del lado de él qué era lo que estaba pasando, no lo podía poner en palabras lo que él estaba viviendo. Entonces mucha tristeza y con muchas preguntas hasta con Dios Señor, ¿Dónde estás en esta situación? Porque me cuesta ver que vos estás detrás de algo tan doloroso. Claro, claro.
[00:12:27] Speaker B: Ahora, todas estas cuestiones que fueron distanciándolos de ustedes, por ahí esta exposición tan temprana, que haya mucha gente en su casa, finalmente, más allá de las cuestiones internas que por ahí les podemos tocar, ¿En qué se materializa, en qué se exterioriza esta crisis en el matrimonio ustedes?
[00:12:47] Speaker D: Mirá, yo creo que una de las cosas que previo a eso a uno le afectó es que había mucha gente, pero a la vez te sentías solo, no tenías a quien decirle che, no la estoy pasando bien tampoco de mi lado había ganas de contar, yo no tenía ganas de resolver nada.
¿No tenía ganas de resolver nada y yo me daba cuenta que no era algo de cosa, no? Estoy cansado de Érika, de este patrón que se repite de esto que me tiene cansado. No, no había algo en ella. No había algo. No tenía. Viste que siempre buscas una excusa, un motivo. Yo trataba de hacerla enojar, no sé, algo, y no lo lograba.
Y se empieza a exteriorizar, empezás a ver todo gris. Ya Córdoba no me atraía, ya mi casa no me atraía, mi trabajo que tenía un trabajo normal, pero seguro, estándar, pero seguro, con un ambiente laboral muy lindo, en lo que a mí me gustaba, ya empezás a ver tú un panorama gris, como si te pones unos lentes de sol, que toda la visión te cambia y ya te acostás desganado y querés empezar a buscarle satisfacción a tu vida, no importa si es solo y tenés que dañar a una persona. Vos querés en ese yoísmo disfrutar vos, empezar a encontrarle un sentido a la vida vos, no importa nada lo que hay alrededor. Y llega un momento que se te nula la vista y te olvidás de tus papás, de tus suegros, de la iglesia de Dios, de tu esposa, gracias a Dios que no había hijos en ese entonces, pero te olvidás de todo.
[00:14:25] Speaker A: ¿Y qué decisión tomaste?
[00:14:27] Speaker D: No, bueno, yo en un momento, y fue todo muy rápido, por ahí cuando uno habla con otras personas, un proceso, a veces en algunas hasta de 10 años, 8 años, 5 años, que viene una crisis y llega un tipo de divorcio.
Lo mío fue, diría que meses, tal vez decir me voy.
Y fue literal, yo cuando decido algo lo hago literal, no ando con vueltas en todo sentido. Bueno, en lo malo, lamentablemente también estaba decidido, estaba convencido. Obviamente que la pensás, la masticás, sabés lo que se te viene en tu cabeza, ideás, películas, de lo que se te puede venir. Y va a saltar mi familia a preguntar qué pasa, porque había muchas cosas que no las hablábamos nosotros con nadie, ni con nuestros padres, ni con nuestros suegros. Obviamente estaban al tanto de que no estábamos bien, pero no sé si eran conscientes de la profundidad de la situación, porque no lo hablábamos con nadie, no lo podíamos hablar con nadie y yo tampoco, no quería él. Y por ahí sí con su tío, abría su corazón, pero yo estaba cerrado, no quería saber nada.
Y un día para el otro me fui, cargué mis bolsos, cargué mis cosas, le ya me voy, me voy, me voy.
[00:15:45] Speaker C: Y Erika contijo eso No, realmente yo creo que no era del todo consciente de lo que estaba pasando, pero sí que fue muy duro y muy fuerte y yo le pedía por favor que no se vaya, de pedir ayuda, de tratar de solucionar algo que ni siquiera entendía, no era bueno, me voy porque ya me tenés re cansado o porque ya esta situación no da para más. No, o sea, yo de mi parte no sabía con exactitud qué era lo que estaba pasando, entonces bueno, sí, que lógico en ese tiempo yo le decía pero que, ah, te joaco, vamos a ver la solución de algo que no entendía, pero vamos a ver de cómo podemos solucionarlo y bueno, no, se va, se va y yo quedo en una casa grande, muy grande, donde estaba la iglesia al lado, teníamos que pagar un montón de cosas, bueno, fue como señor, ¿Para dónde disparo en este momento? Porque no sabía cómo, no sabía cómo salir de ahí.
Ahí en ese momento una persona de mi familia me bueno, hay una casa que queda vacía que puedes venir a vivir acá sin necesidad de pagar alquiler, entonces bueno, hago toda la mudanza con todas las cosas de ahí sola ya y me vengo a vivir más cerca de la familia mía, digamos acá en.
[00:17:09] Speaker B: General Paz, o sea, para, me voy. Fue literal y sin tener planes allá te agarraste el bolso y te fuiste, o sea, así digo ese detalle literal.
[00:17:19] Speaker D: Yo no digo que soy literal, soy literal.
[00:17:23] Speaker B: Un día dijiste me voy.
[00:17:24] Speaker D: Sí, sí, sacó el pasaje, el pasaje y le dije el martes me voy y me fui, me fui a la terminal y me fui Igual hubo un proceso, estamos resumiendo algo que llevaría muchas horas contar al detalle, que está bueno porque tiene mucho detalle, pero no es que fui y me quedé allá, iba capaz que 4 o 5 meses volvía.
[00:17:47] Speaker C: Esa no fue la última vez que él se va, esta fue la primera vez que él se va, se va, pero después al estar allá teníamos comunicación y él volvía, venía, se iba, venía, se iba, o sea teníamos, Yo lo seguía recibiendo porque para mí todo esto.
[00:18:08] Speaker B: ¿Vos lo recibí en tu casa?
[00:18:09] Speaker C: Yo lo recibía, o sea, yo lo recibía y yo decía ¿Pero qué era lo que estaba pasando? En un momento hasta él me propuso irnos a vivir los dos allá, pero yo le decía es una locura, yo sí te tengo que acompañar, te acompaño, pero para mí esto hay otra raíz acá está pasando otra cosa, Joaco, que tenemos que solucionar.
[00:18:29] Speaker B: ¿Por qué lo recibes? ¿No había enojo?
[00:18:31] Speaker C: Sí había enojo, pero cómo le recibí.
[00:18:33] Speaker B: La puerta, le hospedaba hasta de alguna manera él te plantea proyecto y vos.
[00:18:39] Speaker C: Sí, creo que sobreabundaba la misericordia en mi corazón, o sea, de que Dios me llevaba a poder seguir mostrándole el amor de Cristo. Yo creo que Joaco si volvía algo que le pasaba, si bien yo tenía enojo y mucho dolor en ese tiempo también yo viví a Dios de una manera muy real. Entonces como que desde mi lado, y creo que eso es lo que más lo chocaba a él, era que no tenía motivos por los cuales salir, de motivos por los cuales irse, ¿No?
[00:19:22] Speaker B: Ahora empecemos un poquito en esta historia de que estas idas y venidas finalmente se concreta, una ida definitiva, ¿Cómo fue? Empecemos por cada uno de los dos, ese proceso que vivieron lejos. Moiri, ahí contaste un poquito, quizás si querés ahondar, ¿Cómo lo viviste sola, con quién te encontraste, qué empezaste a hacer, cómo intentaste vivir lo que sentiste? ¿Y vos, Juaco, lo que contesté, contar un poco cómo fue lo que vos viviste allá, fuiste detrás de quizás encontrar eso que buscaba, esa satisfacción, qué pasó? Pero bueno, vamos por ahí como son los dos, tenemos que empezar y contar un poco esto. Él se empieza a ir y ¿Qué empezaste?
[00:20:07] Speaker C: Bueno, yo creo que una de las cosas que empecé a hacer era ocupar todo el tiempo, que no haya huecos.
Entonces trabajaba todo el día, si había trabajo extra para hacer, yo lo hacía, estudiaba, seguía ocupando todo el tiempo. El problema era que en algún momento llegaba la noche y ese era el momento más duro, encontrarme que estaba sola. Y yo en mi corazón sentía que estaba sola.
Hasta que empecé a entender que no estaba sola y lo empecé a vivir y señor, si vos realmente existís y si vos sos real en mí, yo necesito verte en este tiempo y que vos te muestres en mi vida. Porque realmente eran noches largas que capaz que a veces hasta me terminaba durmiendo de tanto llorar y me quedaba dormida, entonces yo decía Señor, necesito verte. Y bueno, ahí fue un proceso de Dios conmigo en mostrarse y fue una intimidad muy profunda. Yo creo que esos tiempos que yo viví con el Señor fue en ese tiempo y de sentir realmente su abrazo, sentir, me llegaban palabras de versículos con lo que necesitaba yo.
Y bueno, empezar a experimentar de que él era real en mí y me venían alabanzas, me venían procesos de Señor, yo te necesito y sentir su abrazo.
Bueno, fue muy fuerte ese tiempo de lo que yo experimenté con Dios.
[00:21:46] Speaker A: Vos ahí, Erika, seguías estando en la iglesia donde ustedes estaban, Estás hablando de que había hermanos que te mandaban palabras, seguimos hablando de la iglesia donde estaban, ¿No?
[00:21:58] Speaker C: Cuando Juaco se va de casa, yo empiezo a buscar ayuda, necesito encontrar a alguien que me dé una ayuda a la situación. Y yo lo busco a mi tío Dani, que en ese momento se estaba congregando en Malvinas. Y antes de que él se vaya del todo, una de las cosas que vinieron fue Gustavo y Dani a hablar con él, pero él ya estaba, ya su rostro había cambiado, ya había un velo, no permitía que nadie quiera hablar, ya me decí a mí Érika, ya está, no le pidas a más nadie que venga a hablarme, porque no lo voy a escuchar, no voy a escucharlo. Entonces, bueno, yo en el afán de querer ver si alguien lo ayudaba, fueron muy claros. Esa vez vinieron a nuestra casa Gustavo.
[00:22:44] Speaker A: Y Dan, el pastor de la iglesia, ¿Para que.
[00:22:48] Speaker C: Vinieron a casa? Y bueno, esto es así, es fácil construir, es muy fácil destruir una casa. En la construcción es muy fácil. La destrucción de. De una casa se hace literal de un día para el otro, pero la construcción lleva esfuerzo, lleva todo un proceso, Entonces ustedes tienen que decidir si acá van a construir o van a destruir.
[00:23:13] Speaker A: Tremendo.
¿En ese momento vos no?
[00:23:17] Speaker D: No, yo era un témpano, yo ya tenía una convicción y no me entraban. ¿El famoso no me entra en bala, no?
Yo escuchaba, pero mi mente ya estaba enceguecida, muy fuerte. Yo por ahí lo pienso y no había nada, no había nada que a mí me importara más que mi decisión. Que tampoco tenía convicciones. No, por eso iba, venía, iba, venía. No es que yo sabía al 100% al puerto al que me iba a embarcar. No, no, no. Estaba en la deriva, era como probar a ver cuál es el lugar que más llena.
[00:23:58] Speaker B: ¿Y por qué volvías, por qué se había insistiendo en volver? Quizá de alguna manera hasta lastimarla, porque de alguna manera quizá, no sé, te ilusionaba.
[00:24:08] Speaker D: Sí, sí, era un para qué volvía. La famosa relación enfermiza que se dice, la relación tóxica que se dice hoy.
Yo obviamente tenía comunicación con ella y había un cargo de conciencia que.
Que te afectaba y que vos decís pucha che, yo sabía que no me había ido por algo de ella o que ni ella me había echado porque descubrió algo, porque hice estaba ya sola y la estoy haciendo sufrir y volvía. Pero claro, volví a la misma ciudad que no me gustaba, a la misma casa que no me gustaba, con la misma mujer de la que yo decía no estar enamorado y o estoy para que ella esté contenta o quiero ser feliz. Y estaba 15 días, un mes, lo que fuese, se me chiflaban los patos de vuelta y me volví a ir.
[00:24:55] Speaker A: Ay, re fuerte para vos. Me imagino que ese ida y vuelta también era como puede pasar lo mismo. Cada vez que venía te volvías a ilusionar o no, Ya no.
[00:25:05] Speaker C: Lógico, uno trataba, pero no era una relación sana, era todo el tiempo.
Él sabía que tenía ese as bajo la manga, entonces siempre me manipulaba con que no sé, me levantaba o contestaba algo que no era lo que él quería escuchar y él decía mirá que en cualquier momento me voy. Entonces siempre está la manipulación detrás de eso.
Bueno, lógico.
[00:25:33] Speaker A: En algún momento te dijeron o te aconsejaron édica ya está, cortá esto o la palabra que es fuerte, divorciate.
[00:25:42] Speaker C: Sí, un montón de gente, creo que la gran mayoría en tantas idas y venidas ya me decían ya está, ya está.
Incluso gente muy cercana y madura espiritualmente, creo que hubo muy pocos que era oración, seguí orando, seguí orando, pero la gran mayoría me decí salí de ahí Erika, salí de ahí, no te va a hacer bien, ya está.
Y. Y bueno, ahí fue realmente entender cuáles eran mis convicciones, porque quién era el que me sostenía y moverme realmente bajo lo que Dios me decía y no lo que la gente me decía. Porque realmente cuando tu familia y todo tu entorno te aconseja algo, es decir Señor, o los escucho a ellos o me anclo firme a lo que vos me estás dando. Entonces no me podía mover de estar en su presencia, de tener comunión, de pasar tiempo con la lectura, de tener intimidad con Dios, porque yo sabía si un día no lo tenía, eso era el motor que me iba a llevar a tomar buenas decisiones.
Entonces no me podía correr desde ese lugar.
[00:27:04] Speaker B: Y ahora poniendo de mira en Joaco.
¿Encontraste allá lo que buscabas? Porque decías que no te gustaba Córdoba, que te aburría, que el trabajo.
¿De alguna manera encontraste un deleite, un disfrute? ¿Pudiste encontrar eso que buscabas?
[00:27:25] Speaker D: ¿Y el deleite, o tal vez la satisfacción que uno cree? Sí, la busqué y la encontré. El tema es cuánto duró, y duró lo que duran los deleites que este mundo te ofrece. Muy poco, muy poco, porque el problema no era mío con Érika, mío con la vida, mío con alguien, era mío, era un problema mío que yo ni sabía cuál era, no lo sabía. Yo creía y exteriorizaba de que eran ciertas cosas que yo extrañaba, que yo buscaba, que yo anhelaba. Y cuando las obtuve, porque para colmo, así como hay un Dios que te abre y que cierra puertas, del otro lado también hay un enemigo que te abre puertas. Y llegué a mi ciudad y se me abrieron todas las puertas en menos de una semana.
Un mejor laburo, mis amigos, los que yo creía que eran amigos, el club de fútbol, todo rápido, muy rápido.
Igual entiendo que fue Dios permitiéndolo para decir mira, se te abrió todo rápido y seguís igual. Y seguía con esa angustia y peor, porque decí che, lastimé, hice todo lo que quería y sigo peor. Ni siquiera igual, porque estaba peleado con mis viejos, peleado con mis suegros, peleado con mi esposa, me miraba al espejo y por poco me autopeleaba yo mismo conmigo medicado porque me habían llevado un psiquiatra, porque decían que tenía bipolaridad. No, no era bipolaridad en mi caso, no es que no digo que no exista, sí que existe. En mi caso era otra cosa la cual yo debía resolver.
Y son cosas que uno hasta arrastra desde la niñez, un montón de cosas que aparte alguna ni te las acordás o ni sabés que estaban, pero después Dios sí se encarga. Pero sí, volviendo a la pregunta, sí, lo que buscaba lo encontré y lo disfruté un tiempito.
El tema que después es como cuando se va el efecto, la anestesia, vos decís che, no me dolió que me extraigan la muela, hasta que a la noche se te va el efecto del anestésico, Ay, cómo duele. ¿Bueno, cuando se fue esa anestesia, por así decirlo, de ese deleite, porque llega un momento que te aburre y te llena y empezás a estar vacío, muy vacío de vuelta, muy vacío, la angustia es mucho peor y vos decís che donde estaba? No era feliz, donde pensé que iba a ser feliz, no soy feliz, ¿Qué me queda por hacer? ¿Y se venían pensamientos decir ya está, esta vida no le estoy encontrando el sentido, y uno pensaba y qué puedo hacer?
Y no, pero no tengo familia, tengo mis viejos, no da para que reciban la noticia de que no tiene más un hijo, o sea se te cruzan tantas cosas en la cabeza y Satanás empieza a inundarte de un montón de dudas, no tenés convicciones, no estás aferrado a nadie, no te estás congregando, no estás orando, no tenés alguien que te siga y sos blanco fácil del enemigo y la cabeza cuando está tan mal piensa, piensa en decidir cosas que no están buenas, y sí, estuve ahí a punto de decir ya está, no quiero vivir más, además yo me acostaba y anhelaba no despertarme, tal vez no sé si no logré nunca el intento de suicidio, pero en mi cabeza sí, o.
[00:30:52] Speaker B: Sea de alguna manera en tu cabeza acariciaba esa idea, en mi cabeza yo.
[00:30:56] Speaker D: Decía que me pase algo, quiero acostarme, quería morir. Sí, sí, no me quería matar, que es distinto, hay gente que anhela morirse y hay gente que anhela suicidarse. Cuando yo creo que llegas ya al suicidio, porque ya la cabeza, pero no estaba lejos yo de que mi cabeza entre en esa etapa, no estaba lejos.
Y claro, el problema que yo me medicaba y con la medicación estaba estable, ni pum para arriba ni pum para abajo, estable, era un zombi hasta que se iba el efecto de la medicación y me la tenían que controlar, porque yo quería constantemente estar tomando la medicación, me estaba haciendo adicto a la medicación, nunca consumí ningún tipo de drogas, pero esta se me estaba haciendo una adicción, porque claro, me mantenía dentro de todo estable, no era por ahí yo que ustedes me conocen, generar proactivo, tampoco era el chabón depresivo que se quería acostar y no vivir más estable hasta que se iba el efecto, obviamente como todo efecto de toda droga se iba, arrancaba la cabeza a no parar, no dormía, por las noches no dormía.
[00:31:58] Speaker A: Joaco, perdón que te hago un paréntesis, estabas hablando de que te mandaron al psiquiatra, tus viejos te mandaron al psiquiatra, esto todo después que te vas porque es como re fuerte.
[00:32:08] Speaker D: No fue en el último viaje, porque el último viaje es muy loco. Tuve dos días en mi ciudad.
Esa es otra historia también.
[00:32:15] Speaker C: Esto fue antes.
[00:32:16] Speaker D: Claro.
[00:32:16] Speaker C: El último viaje juntos a la psiquiatra.
[00:32:18] Speaker D: Hay dos testimonios, Eria y el mío.
[00:32:21] Speaker A: Perdón, voy a hacer el orden de las cosas. Vos Joaco, estamos todavía. ¿La primera vez que te fuiste, que ibas, volvías antes de que te vayas más a la psiquiatra?
[00:32:30] Speaker D: Uno de los viajes que me voy es a Viaja y nos recomiendan ahí. Vos lo acompañ Sí, porque había que ir los dos para busquen todas las soluciones habidas y por haber.
Abriendo un paréntesis, está bien un psiquiatra porque es un médico, nosotros tenemos amigos psiquiatras, tenemos un pastor psicólogo, es necesario, pero llega un momento que hay un límite para la ciencia, para la psicología, para la psiquiatría, para las drogas que te dan la medicación, ¿No? Drogas de cocaína y demás.
Y claro, la psiquiatra nos dijo una frase que yo hasta el día de hoy me la acuerdo y la uso cuando por ahí tengo que hablar con matrimonios o con gente que si dos no quieren, uno solo no puede.
[00:33:22] Speaker C: Guau.
[00:33:23] Speaker D: Y yo me quedo marcada esa frase y la digo hoy cuando por ahí tengo que hablar con matrimonio o parejas que están en crisis Si dos no quieren, uno solo no puede.
Había dos que no querían, había uno que no quería, que era yo.
Y obviamente Erika estaba tratando por todos los medios, porque yo me pongo en su lugar, yo hubiese hecho lo mismo, desesperadamente buscando una solución a algo. El tema es que yo no quería. Claro, yo no quería. Yo no quería. Es como si un enfermo le ofrecen la medicación y no, no la quiero tomar, me quiero morir. Y no podía cenar, no lo podía obligar a que abra la boca y tome la medicación. Bueno, en mi caso era así, yo ya no quería.
Y es increíble como no poder hablar y no querer hablar.
Porque una cosa es no poder y otra es no creer. Bueno, yo estaban las dos en mi orgullo. No quería porque sabía lo que me iban a decir, porque yo sabía que estaba haciendo las cosas mal.
Yo en el fondo sabía, aún en esos deleites temporales que yo disfrutaba, yo sabía que estaba mal. ¿Por eso había una desesperación de che, por qué no estoy disfrutando?
Porque había algo, había alguien que me decía no, estás haciendo las cosas bien. Y es el Espíritu Santo, que aunque yo lo tenía ya olvidado, él a mí no me tenía olvidado.
[00:34:39] Speaker B: En el fondo vos no querías, pero había algún deseo de volver con ella. Entiendo. ¿Querías, te importaba o no, si la lastimaba, querías volver porque accedías, quizás ir junto con ella, psiquiatra, como que coqueteas con las dos ideas, porque en el fondo o ni siquiera había intenciones de volver? ¿Y si la lastimabas? La lastimaba.
[00:35:00] Speaker D: Yo era un títere, Mica. Lo que a mí me decían, yo hacía bien. Por eso agradezco que en esas amistades, entre comillas, que tenía en mi pueblo, no eran tan malas de que me hayan llevado, porque si me ofrecían otra cosa, yo con tal de calmar esa angustia, ese vacío que tenía, si era volviendo con ella y yo obtenía eso, yo volvía. Pero no por querer volver con ella, era en el egoísmo, decir che, yo me quiero sentir bien, me quiero sentir pleno, me quiero sentir lleno, no quiero estar más vacío. Por eso empecé a probar cosas.
Gracias al Señor nunca caí en las drogas, nunca me atrajo por ver amigos desde jóvenes como estaban, pero en ese momento estaba abierto, vos me decí mandá al psicólogo, bueno, iba, andá al psiquiatra, bueno, vamos.
Era un títere. ¿A donde? Así estaba mi mente, a donde a mí me decían, yo iba, andá, que bueno, ahí viene un pastor a casa, bueno, lo escucho.
Pero se iba y era lo mismo. Y tomaba el medicamento del psiquiatra y era lo mismo. Y escuchaba un psicólogo y era lo mismo. Y era cada vez peor, porque pucha, che, se me están acabando las opciones.
Y se volvía ese ves que no hay nada que puedas hacer, ya está, tu vida no tiene sentido.
Y era acostarme y para colmo no me dormía, porque anoche no dormía, mi cabeza no paraba, me levantaba todo sobre exaltado, transpirado, había pesadillas, bueno, un montón de detalles, peor durante el día estaba reventado, cansado, agotado.
Y para colmo después venía el efecto de la pastilla, era un zombi.
[00:36:33] Speaker B: ¿Y la comunicación entre usted en algún momento se cortó?
[00:36:37] Speaker C: Bueno, se cortó. La última vez que él se va. La última vez que él se va, que ya yo también en ese momento yo ya había entendido que lo tenía que entregar a Juaco, o sea, fue una decisión de soltar. Y yo ya no tengo más el control de esta situación, porque a mí me llevó a querer controlar esta situación, de saber dónde estaba, qué hacía, todo el tiempo tratar de controlar algo que hasta en ningún momento lo pude controlar. Lógico, porque se escapaba de mis manos poder controlar. Estábamos lejos y él me podría decir cualquier cosa y podía ser una mentira y yo no saberlo. Entonces cuando yo entiendo que realmente lo tengo que entregar, el Señor me muestra hasta como muerto que lo tenía que entregar.
¿Como entregar? Arraigarlo de mi corazón y entregar hasta acá. Ya no existe en mi corazón, no existe más Joaco. Y cuando lo entrego de esa manera, empiezo a ver realmente cómo Dios se empieza a manifestar.
Y esa última vez que él se va, que hasta yo le preparé el bolso, antes le pedía por favor que no se vaya, pero esta vez que él me voy, sacó los pasajes, yo le preparé el bolso, le armé, saqué todas las cosas, le armé y arriba del bolso le puse la Biblia con una foto nuestra y le mirá Juaco, si vos querés volver acá, primero tenés que tener un encuentro con Dios. Si vos no te encontrás con Dios, no quiero que me hables nunca más. Y él creo que ahí se dio cuenta que yo dije basta. Yo dije basta. Pero fue un proceso, no fue fácil para mí entregarlo así, no fue fácil para mí. Siempre tenía que estar luchando, dando oportunidad, invirtiendo, ¿No? Y ahí dije basta. Y realmente mi corazón fue un basta para mí. Si Joaco no volvía, yo iba a seguir fiel a Dios. Iba a seguir fiel a Dios independientemente de lo que iba a venir, sin el interés de formar ni siquiera otra familia. Si yo me tenía que quedar sola para servirle a Dios, yo lo iba a hacer, yo lo iba a hacer. Pero bueno, me sostuvieron esas convicciones y cuando él se va, y creo que él ve otra actitud en mí, creo que se dio cuenta de que ya no iba a jugar más, se va y él ni siquiera lo recibieron en la casa, porque ¿Qué pasa? Muchas veces él seguía y su familia, sus papás lo recibían en la casa y él vivía con los padres de vuelta. Entonces tenía comida, no le faltaba nada.
[00:39:22] Speaker D: Igual no era un. No es que me recibían chocho, no lo recibía, pero no dejaba de ser el hijo. Pero mis viejos estaban tristes y muy enojados porque no entendían un hijo que va, que viene, que va allá, que vuelve.
[00:39:38] Speaker C: ¿Y vos a veces volvías Y tu mamá la encontrabas?
[00:39:41] Speaker D: Sí, yo muchas veces volvía y mi vieja, oral, rodilla, supuestamente me decí no, me levanté para ir al baño.
Yo por ahí cuando estaba allá en Buenos Aires, salía por ahí, me iba a algún boliche con algún amigo o algo. Y volvés tarde, volvés cinco, seis de la mañana, y mi vieja en la cocina leyendo y orando. No, recién me levanté y mi papá me decí no, estuvo toda la noche.
[00:40:06] Speaker A: Tremendo.
[00:40:07] Speaker D: Eso sí, eso a mí me mataba. Me mataba porque mis viejos me hablaban, por ahí uno de ellos era más así, rígido, el otro más blandito, por así decirlo, pero en el sentido de no me masacraban. Y eso a mí me mataba porque no me van a dar con un caño.
Y ver esas actitudes, puchache. Te dolía, Te dolía. Pero era un dolor emocional que duraba en el momento, que a mí me afectaba. Y yo decí pucha, no estoy haciendo las cosas bien, pero tampoco puedo hacer las cosas por los demás, tampoco puedo volver con una esposa para que el resto esté tranquilo. También lo había. Bueno, me evito todos estos problemas, vuelvo y ya está. Todos felices, menos yo, pero todos felices. Y no era lo que quería tampoco. Obviamente que no es bueno tampoco querer agradar a los demás, y vos tenés una vida vacía, destruida. Pero bueno, se pone la Biblia, La foto. Ponen la Biblia. La foto es la Biblia que tengo hoy. Por eso la cuido como loco está pobrecita, ya tienen las batallas. Pero no me importa. Yo perdí esa Biblia, muero. Es más, abriendo un paréntesis, en un viaje a Misiones, me olvidé en el hotel, me agarró una desesperación y la encontraron. Si, era una Biblia. Gracias a Dios que no era una tablet, porque no me la devuelven más. Y me la enviaron y la pude recuperar y era como que recuperé un hijo, más o menos. Sí, sí, es la Biblia negrita, la que yo tengo para todos. No, pero aparte Biblia, viste que uno la marca. Bueno, me voy, es último viaje, ya lo reciben. ¿Tu, Faba? No, no, yo ya estaba peleado con todos. El dicho dice con Dios y María Santísima, con todo el mundo. El diablo te que yo no quiero más drama con vos, maestro, que me está trayendo problemas en el mundo espiritual. Decía el. Estaba peleado con todo el mundo. Llego un 30 de octubre, previo a Halloween.
La dejo ahí nomás.
Porque también hay que entender, abriendo paréntesis al contexto, hay que entender el mundo espiritual. Si vos estás cerrado al mundo espiritual, y esto lo digo para los cristianos que tal vez son muy cerrados al mundo espiritual, de no entender que así como está el obrar del Espíritu Santo, también está el obrar de todas las huestes de maldad, de las potestades, de los principados, que la Biblia menciona.
Es muy difícil.
Y yo no entendía ni el mundo espiritual cristiano, porque no veía el obrar del Espíritu Santo, mucho menos el mundo espiritual de parte de los demonios y todo lo que eso conlleva. Hoy sí uno tiene otra experiencia, después de haber pasado por un valle de muchas lágrimas, cierro ese paréntesis, llego a Tzivilcoy, me bajo del colectivo, agarro en mi bolsito, un frío hacía, y eso que era octubre, pero hacía un frío seis de la mañana.
Y ¿A dónde voy?
¿A dónde voy?
¿Qué hago? Ahora estaba con unos pesos, estaba con el bolsito, me había traído todas mis herramientas, todas las computadoras, había hecho una movida muy grande, porque a todo esto, en un expreso, me había traído cajas, un montón de cajas con cables, herramientas, computadoras, repuestos, todo. Ya ahí sí había tomado lesión, decir listo, basta.
El viaje en el colectivo fue eterno, no se me pasaba más porque la acabé. Viajas de noche, la cabeza, taca, taca, taca, taca.
Digo, ¿A dónde voy?
¿Qué hago?
A lo de mis viejos, mi mamá acá no pise más.
Con justa razón, tenía razón, porque también los lastimaba a ellos, de que cuando me iba, bueno, por fin ahora arregla su situación otra vez. El tipo volvía, bueno, me voy a un hotel, aunque sea como para dormir o llevar el bolso, eran las 6 de la mañana, ¿Qué iba a hacer? Bueno, me voy a un hotel, me pago ahí el hotel, me acuesto, no me podía dormir, no me podía dormir, no me podía dormir, daba vuelta, vuelta, vuelta, vuelta.
Y en ese hotel, y capaz que lo que cuenta ahora a muchos les va a sonar una locura, a otros yo sé que no, no me interesa, yo sé lo que viví y no me puedo quedar callado de lo que viví.
Estaba en ese hotel y literalmente, literalmente, siento una voz que me joaquín, Joaquín.
Yo bueno, ya mi cabeza está muy mal, ya mi cabeza estaba muy mal, muy mal, digo, ya estoy sintiendo voces, ya estoy delirando. Literalmente la pieza del hotel estaba yo solo, no había otra persona.
Ya mi cabeza está delirando muy fuerte.
Trato de volver a acostarme y vuelvo a sentir una joaquín, Joaquín, ¿Qué hacés acá?
Yo estoy muy seguro de lo que escuché, más allá de que mi cabeza estaba mal, yo estaba muy seguro. Y era una voz que hoy sí, yo sé de quién es esa voz, obviamente, pero en ese entonces no entendía qué era, qué pasaba, por qué me hablaba. Y esa voz que obviamente fue Dios mismo hablándome, o sea, Dios me tenía que hablar a mí de una forma muy especial. Yo Biblia ya tenía, entre comillas, vida religiosa y cristiana, ya tenía mucha. La panza de mi mamá.
Y Dios sabe qué casos son más graves y cuáles no. Y obviamente Dios tuvo que hablar de una forma muy especial. Y Dios me teniendo todo en mi casa, ¿Qué hacés acá comiendo migajas?
Y fue una voz de un padre que está triste, pero que a la vez te ama, pero que a la vez no disfruta lo que estás haciendo.
Fue algo muy especial. Por eso digo, capaz que otro lo escuche y bueno, pobre, ya en su estado escuchaba voces.
Hoy estoy de este lado gracias a esa voz, ¿No?
Que es Dios que me habló de una manera muy especial.
Y me levanté como a las 9 de la mañana y ¿Qué hago? ¿Pero qué hago? ¿A dónde voy? ¿Qué hago? Me llama mi mamá, mi familia no sabía dónde estaba, yo no le avisé a nadie si había llegado, si no había llegado.
Me llama mi mamá, me hijo, ¿Dónde estás?
No, bueno, estoy acá en un hotel, así, asá, venite, venite a casa.
Me agarro yo todo lo que me decían nacía, me agarro el bolsito, pero ya con otra cabeza. A mí ya me había quedado dando vuelta eso ¿Qué fue esto?
Ya no con la intención de oh, tengo otra vez la posibilidad de mis viejos, me sumerjo acá en lo de mi papá y mamá. Y cuando llego Mis papás me ¿No pensaste en ir a Entre Ríos?
En Entre Ríos está la iglesia de un pastor amigo, Pastor Tito y Cristina Culiat, donde trabajan mucho lo que nosotros conocemos como la sanidad interior.
Mirá, vos sabés que sí estuve pensando en Titi, Cristina.
Yo después que me pasa eso, no sé, humanamente te podría. No sé por qué pensé en estos pastores amigos que son como unos papás para mí.
¿Y no te gustaría ir? Y como yo le decía que sí a todo, por eso te digo en Chivilcoy estuve dos días nada más. La última vez tuve un martes en Córdoba, un miércoles en Buenos Aires, un viernes en Entre Ríos.
Imagínate para la cabeza todo lo que es eso, ¿No?
A todo esto quedó allá en mi pueblo, todas las herramientas, los cables, los repuestos, y me voy Entre Ríos. Pero bueno, ahí después.
Es muy larga, la vamos a dejar picando.
[00:47:50] Speaker B: Y ahí empezás como una reconstrucción, una sanidad interior, una reconstrucción muy lento, al.
[00:47:58] Speaker D: Cual yo no tenía ni yo no sabía a qué iba, Mica. Es más, me bajé dos veces del colectivo para volverme. Por eso te estoy resumiendo algo muy atormentado, muy rápido.
Y hay todo otro contexto espiritual también, que tal vez, no sé si es el momento de hablarlo, por un tema de tiempo también, pero ya después de café por medio.
[00:48:17] Speaker B: Y ahí empieza esto, porque está bueno por ahí que nos enfoquemos en. Entiendo que Dios fue restaurando tu vida, pero que nos enfoquemos también en la restauración, porque están hablando juntos. Evidentemente hubo una mutación ahí, una transformación en que hoy están juntos. Dios empieza a trabajar en tu vida mientras estabas con ellos, ¿Verdad? Donde empezás como a Entre Ríos, En Entre Ríos, a reconciliarte con Dios. Entiendo que un proceso de sanidad, de reconstrucción, de sanar heridas del pasado, de la infancia, en todo eso empezás a reconectarte con Dios. Principalmente.
[00:48:51] Speaker D: Ese resumen breve que es así, entiendo que fue. No, no, tiene detalles muy lindos, muy fuertes, y cosas que yo atesoro hasta el día de hoy, que son convicciones de las que yo me aferro hasta el día de hoy. Cuando las situaciones por ahí se complican un poco, comienzo un proceso primero de dejarme sanar.
[00:49:14] Speaker B: De humillarte.
[00:49:15] Speaker D: De humillarme. Y Señor, mi oración fue muy simple.
Yo me acuerdo hasta el día. Mi oración en un retiro que tuvimos después con otras personas que venían, era como la cueva de Dulán, estábamos todos.
Y el pastor Titra, el beitaví, que estaba ahí con nosotros.
[00:49:33] Speaker A: Genio Tito.
[00:49:34] Speaker D: Sí, sí. Tito, si. Escuché esto en un momento. Gracias. Siempre se lo agradezco. Yo siempre le agradezco todas las fechas, todos los 31 de octubre le mando el agradecimiento hasta el día de hoy, más allá que pasaron más de diez.
[00:49:46] Speaker A: Qué hermoso.
[00:49:47] Speaker D: Sí, sí, sí, sí, sí. Uno tiene que ser agradecido con las personas que invirtieron tiempo. Yo estuve en su casa, fui un hijo más, estuve 43 días en su casa y yo ahí pude ver un matrimonio del día a día, porque todos tal vez veían en él el pastor Tito y la pastora Cristina en la iglesia, en las reuniones de oración, yo veía un matrimonio práctico, él se levantaba a la madrugada a orar por mí porque yo no dormía y por un montón de cosas que se llama Herkeling, segundo episodio.
[00:50:18] Speaker B: Entonces ahora vamos. Mientras tanto, ¿Qué pasaba acá?
[00:50:22] Speaker D: Bueno, pero a mí algo que me sirvió es esto, era haber visto en ellos un matrimonio práctico de lo que era. Yo veía de lunes a viernes, yo estaba todos los días con ellos, lo veía de lunes a viernes.
[00:50:34] Speaker A: De alguna manera te inspiró.
[00:50:36] Speaker D: Claro, yo che, yo quiero esto.
[00:50:37] Speaker B: Yo no viví primer año con ella, fue nada que ver lo que se vivía ahí.
[00:50:44] Speaker D: No, no. Y era un matrimonio que hasta si por ahí tenían que discutir adelante mío, lo hacían en el buen sentido, pero yo quiero esto.
Pero también estaba equivocado, yo no necesitaba un matrimonio, yo necesitaba de Cristo.
Y bueno, ellos me llevaron a eso, a buscar primero humillarme. Mi oración fue esta. Volviendo a la oración, pasa que hay tanto que uno se desvía, porque hay mucho, hay muchísimo Señor, si vos no hacés algo.
Yo hasta acá era mi última oportunidad. Tengo que. Probé todos los médicos, probé todas las soluciones habidas y por haber, han venido pastores a hablarme, gente que me vino a orar, un montón de cosas.
Si vos realmente existís, esa fumeración, estas son mis palabras, desafía a Dios. Yo agradezco que Dios en su gracia permitió que en mi caradurez yo lo desafíe, por así decirlo. Pero bueno, Leoré sincero, fui muy sincero. Señor, si vos realmente existís, hacé algo.
Pero en ese hacé algo, yo creo que fue la medida que yo realmente te necesito, hacé algo. Y bueno, ahí arrancó un proceso lento para el que está escuchando esto. No es de un día para el otro.
[00:51:54] Speaker B: Totalmente.
[00:51:55] Speaker D: Disponés de un día para el otro.
[00:51:56] Speaker A: Vos, Eri, paralelamente también estás en un proceso de sanidad.
[00:52:00] Speaker C: Lógico. Ahí Dios empezó a sacar mis bastones de quien yo me estaba sosteniendo, porque inconscientemente yo había hecho de Joaco, alguien que me aferraba incluso hasta más que Dios, porque creía que él era el que me iba a proveer, que Juaco era mi proveedor, que Juaco era el que me sostenía, mi refugio y llegó un día que no lo tuve más y fueron bastones que Dios permitió quitarme para que yo realmente me entregue a Cristo y que empiecen a salir cosas que había en mi corazón Y empezó él a trabajar mi niñez, mi madurez, mi carácter, el aprender a hablar, porque yo me callaba todo con tal de no discutir, para mí era más fácil callar que hablar. Entonces ahí Dios empezó a formar en mí un carácter, yo no soy la misma que era hace 12 años atrás, 13 años atrás, no soy la misma y el que me conoce quizás se da cuenta, pero lógico, las cosas que viví tan fuerte formaron en mí otro carácter y me hicieron ver que las cosas se hablan, lo que no te gusta se dice, las situaciones de una forma prudente se comunican y se solucionan hablando, no callando o no queriendo tapar algo que se tiene que hablar.
Entonces en ese tiempo fue de mucha bendición, todos los martes y los domingos Samuel Ortiz se acercaba y orábamos y él estaba muy al tanto de todo lo que pasaba y todo lo que yo estaba viviendo. Entonces la última vez cuando él se va, Samuel me decía vamos a estar orando y ellos trataron siempre con la Ale de cuidar mi corazón. Primeramente siempre me decían hay que ser muy prudente con esta situación, nosotros no te vamos a decir qué hacer, pero tenemos que ser prudentes y nosotros desde el lugar que nos corresponde queremos cuidar tu corazón.
Entonces bueno, en ese tiempo que Joaco se va, nosotros quedamos incomunicados, ya no.
[00:54:15] Speaker B: Hablábamos más, vos no sabías que estaba.
[00:54:17] Speaker C: En Terrío hasta que llegó él, ahí.
[00:54:21] Speaker D: Le entrego literalmente mi celular y el chip lo desarmé al celular y se lo entregué al pastor Tito y se comunicaban entre los dos pastores. Y esto algo importante que quiero remarcar para el que escuche tal vez es pastor o líder, la importancia de realmente ser un pastor, no alguien dominguero, no alguien que viene a hablar un púlpito, a dar un anuncio de realmente ser un pastor, ese que se arremanga, que busca la oveja que se perdió, que lava la oveja que se ensució, que cura la oveja que se quebró, un pastor que está con una vara pero también con un cayado. Si nosotros no hubiésemos tenido, en mi caso el pastor Tito, después sí obviamente cuando regreso, que es otra historia, al Pastor Samuel Ortiz y Erika no hubiese tenido al pastor Samuel Ortiz, a Ale, a Gustavo y a un montón de hermanos de Malvinas, no hubiésemos estado hoy como estamos. Porque más allá de que Dios hace su obra, también tiene que estar la parte de los siervos para estar ahí, para ayudarnos, para uno rendir cuentas. Eso fue fundamental. Fundamental.
[00:55:30] Speaker B: Bien, entonces la comunicación era entre pastores.
[00:55:33] Speaker D: No entre ustedes o con cartas, Pero las leían primero. Yo por ejemplo, me decía el predicador, perdón, el pastor bueno, escribirle lo que Dios te fue hablando toda esta semana. Y yo le escribía, él la leía primero, decí no, mira, esto no se lo vamos a decir, esto todavía no, esto sí. Y después que pasaba por el filtro el pastor Tito le mandaba un mail a Erika y ella recibía el mail y ella también hacía lo mismo y veían no, esto sí, esto no. Y así nos comunicamos bien.
[00:56:04] Speaker B: ¿Y ahí Erick, vos como cuando venían estas cartas, te empezaste a ilusionar con algún regreso, vos ya lo habías entregado y listo? ¿Por qué había esa comunicación?
[00:56:13] Speaker C: Y porque creo que, a ver, yo anhelaba que haya una restauración. Lógico, o sea, yo me casé con una persona y cuando empezamos a vivir la crisis, para mí era un desconocido, pero después uno sabía que en Cristo podía haber una restauración, entonces no estaba cerrada eso. Entonces yo señor, pero tiene que ser una persona transformada por vos, Yo no iba a abrirle de vuelta la puerta.
[00:56:40] Speaker B: Orabas, lógico, por una restauración totalmente, o si seguías orando para ti.
[00:56:44] Speaker C: ¿Seguía orando, pero para que?
Que haya una restauración completa y que primeramente Joaco pueda rendirse a Cristo y conocer quién era Dios en ese tiempo. Dios fue muy claro con ese salmo que estar quieto y conocer que yo soy Dios. Bueno, así lo viví yo y tuve que quedarme quieta. Quieta y experimentar a Dios de una forma real.
[00:57:10] Speaker A: Si ustedes tuvieran que pensar qué promesas o palabras los sustituyen, los sostuvieron en ese proceso, ¿Qué me dirían? Una palabra concreta. Bueno, vos estás diciendo este salmo, no sé si tenés alguna otra palabra que Dios les haya dado.
[00:57:26] Speaker D: Mira, yo tengo un escrito que apenas llega entre Ríos, alguien Dios le mostró sin conocerme, todo un escrito que lo tengo guardado hasta el día de hoy en la Biblia, ya está amarillento, todo pegado con cinta, porque pobre, un papelito, una hojita chiquitita de una agendita Dios me hablaba de que yo estaba siendo como Jonás, huyendo y buscando sin saber esta persona yo nunca supe ni quién fue y yo cada vez que por ahí la brújula se quiere salir de eje me acuerdo de esa no seas como Jonás, porque a veces no siempre es una promesa de esperanza, a veces una advertencia, no sea como Jonás, acordate que cuando fuiste como Jonás te fue muy mal, lastimaste, te lastimaste, hiciste un montón de cosas que te llevaron a un proceso muy largo, muy largo, muy difícil, no es fácil, o sea para permitir que Dios te sane tenés que ser muy valiente, es muy difícil, la.
[00:58:35] Speaker B: Humillación es para valiente, hay que ser valiente para reconocer errores, uno a veces detrás de esa coraza de orgullo no quiere mostrar debilidades. ¿Bueno y hoy los tenemos juntos porque hubo un proceso también de restauración personal, pero después matrimonial, cómo fue eso? Sí, me interesa mucho la revinculación, o.
[00:58:56] Speaker D: Sea, a ver, empezamos a ser novios.
[00:58:58] Speaker C: De nuevo, ese fue uno de los.
[00:59:01] Speaker D: Consejos gratos, cómo eso no vivíamos, no, cuando él vuelve la tuve que conquistar otra vez, fuimos novios, fuimos novios, salíamos novios literal, o sea para el vivienda era literal, cada cual volvía a su casa, novios, no estábamos hasta tarde, no nos escribíamos hasta tarde, tips para los novios, no había intimidad física, pero estaban casados, podían, necesitábamos sanar todo, yo necesitaba volver a que ella diga bueno ahora sí me quiero entre comillas volver a casar con este chico, o sea salían tener lo que vos hacías con Esther de salir al cine, de salir a desayunar, a merendar, me acuerdo, nos juntábamos en la plaza la 24 porque ella vivía ahí en Barrio Puerto, estaban de.
[00:59:46] Speaker C: Nuevo y él en ese tiempo uno de los hermanos Jorge lo recibió y vivía con ellos.
[00:59:53] Speaker D: Claro, porque no tenía cuando vuelvo otra vez lo mismo, no es que volví y amaba a Córdoba, amaba a mi esposa, para que la gente entienda que esto no es magia, no es de un día para el otro para destruir, como dijo Érica, es fácil para reconstruir, es un proceso que hasta el día de hoy sigue, que hoy Dios obviamente ya no en ese proceso de crisis muy complejo, pero hasta el día de hoy Dios sigue construyendo y sanando y restaurando cosas en nuestro matrimonio, pero ese proceso difícil fue muy lento, se me cruzó por la cabeza volver a irme.
[01:00:30] Speaker B: En el medio de la re vinculación re fuerte.
[01:00:35] Speaker D: Sí, no fue fácil. Fue muy difícil.
Fue muy difícil, sí, porque hoy los.
[01:00:40] Speaker B: Vemos y escuchamos, hoy cuesta, pero con Dios se puede. Con Dios se puede.
Entonces me gustaría práctico, yo sé que a mi esposa le encantaba, me encanta volver a revincularse, fue volver a ser novios de nuevo, a conocerse, porque ¿Qué otra cuestión más práctica fueron haciendo para reconstruir su vínculo? A ver, no había intimidad física, no.
[01:01:05] Speaker D: ¿Cuando la gente escuche que entienda un.
[01:01:07] Speaker C: Noviazgo, me pasaba a buscar por el trabajo, íbamos a caminar mucho, empezamos a.
[01:01:16] Speaker D: Conocernos de nuevo, en realidad empezamos a conocernos y también hacer preguntas, no había comunicación sincera, por eso vuelvo a lo mismo, qué importante tener guías, pastores que sepan tomar, porque si ellos no nos hubiesen dicho y nosotros volvíamos a hacer matrimonio, duraba hasta la primera discusión y yo decí ves que es otra vez lo mismo?
[01:01:37] Speaker B: Y algo que dijeron, que está bueno resaltarlo porque capaz que va a pasar, es que ustedes se sujetaban también a los tiempos que le decían sus pastores, o sea, esto, rendir cuenta.
[01:01:49] Speaker D: Sí, sí, porque yo volví sabiendo, es más, pastor Tito me dice mirá que yo no sé si vos volvés y te reciben.
Fue muy sincero y a mí me.
[01:01:59] Speaker C: Sirvió, andá porque vos la tenés que conquistar, le decía, acá no sé si Erika te va a volver a recibir, le decía, porque lo que querían que ellos entendieran de que acá no se trataba, que lo que tenía que hacer era por mí, era por él, o sea, él tenía que ser restaurado, él tenía que ser sano para que si en su gracia Dios permitía que volviéramos, sea una relación sana y sólida.
[01:02:25] Speaker D: Pero la sanidad es decir, o estoy toda la vida con un dolor que no se va nunca más, o me la banco mucho, me humillo y estoy con un dolor temporal. La sanidad es un dolor temporal, duele mucho, cuesta, pero hoy se disfruta. Si yo no hubiese hecho sanidad, seguramente no estaría con Erika y seguiría mucho más roto que antes y hubiese perdurado un dolor para toda mi vida.
¿Como venía? No sé si estaba, creo que no hubiese estado.
[01:02:55] Speaker B: Te iba unas preguntas más en este sentido de reconocerse de nuevo, la reconstrucción de la familia por ahí también juega un poco, no sé.
¿Y él qué hizo antes o se te jugaba en contra esto de su pasado, y ahora qué onda con esta persona que para mí es nueva? Este era con un desconocido, o sea, su pasado, pasado, ese tiempo en el que no estuvo con vos, te jugaba.
[01:03:21] Speaker C: Como en contra, Pero bueno, creo que sí, lógico. Pero sirvió que él pudo contarme todo, él fue sincero, yo sabía con quién iba a estar y sabía lo que había pasado, entonces él pudo ser sincero en abrirme y contarme todo lo que él vivió. Entonces yo decidía frente a algo que ya sabía lo que había pasado, no desconocía nada. Por eso creo que una de las cosas que sirvió es ser sincero. Lo que él vivió, todo quedó en la mesa expuesto como una verdad. Entonces no tenía también Satanás algo de.
[01:03:59] Speaker B: Donde agarrarse, no había nada en oscuridad.
[01:04:01] Speaker D: Sirvió a mí para que me ayuden. Si yo no contaba mi problema.
Es como ir al médico y no contarle qué te duele.
[01:04:08] Speaker B: No, aparte hubiese empezado de nuevo la relación mal.
[01:04:11] Speaker D: No, no, yo fui sincero. A ver, vuelvo a lo mismo. No fue fácil, fue más difícil. Te puedo asegurar que cuando estábamos en crisis, porque era reconstruir y en el medio había cosas que seguir, yo no era que ya era el apóstol Pablo. Claro, lo coy, lo soy.
[01:04:28] Speaker B: ¿Luchas internas, digamos, no?
[01:04:30] Speaker D: Hay cosas que pasaban. Yo por ahí recaí en algunas cosas de vuelta.
Ella que me quería echar de vuelta, porque yo la entendía, pero agradezco que yo muy poquita, pero ya tenía una convicción de no querer irme, aunque se me cruzaba por la cabeza en fe. Y algo que a mí me sirvió muchísimo, y hasta el día de hoy, ella nunca, nunca En estos casi 12 años que hicimos, porque hace más que estamos casados, pero ese año prácticamente hubo, el segundo año casi que no estuvimos juntos, nunca me trajo en alguna discusión, porque siempre hay el pasado. Pero vos acordate que yo nunca jamás, y podría haberlo hecho y te clavan un puñal. Pero si el Señor nunca lo hizo.
Ella entendió que ella tampoco. Y mirá que a veces yo hacía cosas o situaciones donde si yo hubiese sido del otro lado, le hubiese pero vos no te olvides, ella nunca, nunca sacó chapa, para con esto, lo mato.
[01:05:27] Speaker B: Y no una cuestión también de poder, de decir, bueno, vos hiciste esto, ahora yo tengo el poder de la relación y vos sos el que tiene que sumar puntos conmigo, porque vos me abandonaste.
[01:05:38] Speaker A: Y me parece que esto del poder o esto que vos decís, sacar luz, lleva a que la sinceridad siga estando, porque si vos de repente en la sinceridad te da lugar para que el otro te lo traiga a la luz en una discusión, o te dé poder al otro, te cerra porque nunca más le cuento nada. Entonces creo que es como una bola.
[01:06:02] Speaker D: El eje del matrimonio, primero obviamente que es, pero ahí pegadito, es la comunicación y en los noviazgos también, yo siempre digo, conocerse en un noviazgo o en una amistad, si vos no abrís tu corazón y que la otra persona sepa con quién está enfrente, es muy difícil. Y para sanar también la comunicación después de lo que el Señor hace y de las convicciones espirituales, es el eje de todo matrimonio. Porque si no hay comunicación, el tema también pasa en que muchas veces, y esto es otro tema, obviamente hay comunicación, pero del otro lado no hay un receptor que reciba bien esa comunicación.
Si yo no hubiese tenido en ella alguien que cuando yo le abrí mi corazón, de mis luchas, de mis tentaciones, de mis debilidades, de mis problemas, hasta mentales, te podría decir, en ese tiempo, si ella no lo hubiese recibido bien para ayudarme, yo no habría más mi corazón.
Eso es fundamental en la pareja.
[01:06:59] Speaker A: Ahora les pregunto ¿Qué le dirían a alguien que esté atravesando algo similar a lo que ustedes atravesaron y que piensen que ya no hay vuelta atrás?
[01:07:12] Speaker B: Está bueno, pienso por ahí en esto, en la vida y en el matrimonio, o sea, por ahí ciertos actos que han cometido, ciertas decisiones que has tomado en tu pasado, no hay manera que se reconstruya un matrimonio nuevo.
¿Por ahí lo estás diciendo un poquito, pero qué le podría recomendar a alguien que quizás esté atravesando una crisis así?
[01:07:32] Speaker D: Lo primero, la comunicación, pedir ayuda, pedirle a Dios a quién abrir tu corazón, porque también por eso digo, yo agradezco los pastores que tuvimos, porque yo abrí muchas veces mi corazón en todos esos años, porque vino mucha gente a hablarnos, a pedirnos consejos y necesitás primero pedir ayuda, reconocer que hay algo que te está enfermando, que se llama pecado, hay que ponerle nombre a las cosas, se llama pecado, no es mi pasado, no son mis papás, no son mi esposa, se llama pecado pedir ayuda, buscar ayuda, te estoy hablando del ámbito matrimonial, pero vuelvo a lo mismo, si dos no quieren, uno no puede.
Si los dos quieren, hay que pedir ayuda, se sale. Claro que Cristo tiene poder, si no, entonces al mundo le estamos hablando. Porque es muy normal ver crisis en los matrimonios cristianos. Vos ves la solución, o sea, en el inconsciente, como opción B, el divorcio.
Pero yo voy a la Biblia y yo le creo la Biblia. Ustedes no me crean, el que está escuchando esto no me crea a mí, que no me crean a mí, Créanle lo que dice la Biblia. La Biblia dice que lo que Dios unió no lo separe el hombre. Y yo le creo a la Biblia. Y si realmente en los dos hay un anhelo de que eso cambie, tenés que pedir ayuda, pero tenés que saber a quién ir, a qué especialista ir, y el especialista es Dios. Pero también saber a qué persona acudir.
Así como en la rama de la medicina hay especialistas para cada parte de nuestro cuerpo.
Dios fue muy bueno sin buscarlo, porque nosotros no los buscamos. Dios puso un pastor Samuel, un pastor Gustavo, un pastor Tito, que fueron padres para nosotros, que remarcaron el pecado como había que remarcarlo, pero también como dice la Biblia, con amor y misericordia. No nos vinieron, claro, no nos vinieron a masacrar, pero tampoco nos apañaron. Y bueno, no pasa nada, porque por ahí el que escucha cree que el pecador fui yo, y Erika la santa, y ella también, obviamente por un tema de tiempo, pero ella también tenía que sanar cosas, perdonar cosas, pedir perdón por cosas. Es de los dos, eso tampoco sirve. ¿Ah, es todo culpa de él o es todo culpa de ella? Él tiene que buscar ayuda, él o ella tiene que buscar ayuda. No éramos una sola carne y no puedo estar dañado yo como varón. Y ella impecable. Pero bueno, yo reconozco que había muchas cosas mías que yo había tomado la iniciativa para que la crisis se prolongue mucho más, obviamente.
[01:10:12] Speaker A: Y vos como mujer, si tuvieses que hablarle a otra mujer.
[01:10:16] Speaker C: Bueno, yo creo que algo que vi que uno tiene que entender de que a veces le ponemos límites a Dios y él no tiene límites. Y entender de que él es un Dios de imposibles.
Cuando vemos que hay algo que en el panorama no es claro, y creemos que no puede cambiar, bueno, hay que creerle a un Dios que sí hace las cosas nuevas, que sí realmente restaura, sana en la medida que uno también puede ir a Cristo y señor, yo te reconozco como mi Dios y sé que de esta situación o salgo con vos o no salgo, porque es Él el único que puede hacer que las cosas de un imposible que se hagan posible.
[01:11:08] Speaker B: Y hoy pasaron los años, están juntos, ¿Cómo los encuentro hoy? ¿Cómo está compuesta su familia?
¿En qué están trabajando, sirviendo?
[01:11:20] Speaker D: Bueno, hoy el Señor nos regaló dos hijas, ustedes la conocen, preciosas, Kiara y Emilia.
[01:11:27] Speaker C: Agradecemos también que nacieron en un contexto de una familia restaurada que creo que también hubiera traído muchas cosas.
[01:11:35] Speaker D: Ellas toda esta historia no la saben, a ver, si en algún momento hay que contarla, se contará y si no, no. Pero sí, yo agradezco que no había hijos en el medio, pero si alguien está pasando esta situación con hijos, también es posible, no es que bueno, ellos la pasaron sin hijos, por eso pudieron. No pudimos porque el Señor puede.
Dos hijas, Kiara de 8 años, Emilia de 5 añitos.
Estamos sirviendo en matrimonios, empezamos este año matrimonios, tuvimos varios años en el ministerio de jóvenes disfrutándonos mucho, sinceramente la disfruto mucho a mi señora, a veces hasta me la llevo a trabajos porque acompáñame, ponete a laborar. Sí, sí, me ayuda a veces porque me tiene la escalera, porque la disfruto, la disfruto mucho, me gusta pasar tiempo con ella.
[01:12:24] Speaker B: Gloria a Dios.
[01:12:25] Speaker D: De eso creo que también se trata el matrimonio.
[01:12:28] Speaker A: Así es.
[01:12:29] Speaker D: Puede haber situaciones, no como antes, obviamente, pero hay días donde te podés enojar, donde discutís, donde te molesta algo. Sí, pero hay comunicación sincera.
[01:12:42] Speaker B: Totalmente.
[01:12:43] Speaker D: Y aprendimos y estábamos aprendiendo porque no es que ya está listo, somos. Nos van a hacer un mural porque somos el matrimonio, no, no, pero aprendimos primero a no irnos a dormir enojados y si hay algo que hablar, no se lo habla en la cama, se lo habla o al otro día o no se acuesta hasta que no se lo habla. Y a sernos sincero y que el otro esté dispuesto a recibir la sinceridad que a veces.
[01:13:07] Speaker B: Queda con algo.
Estás viviendo en Córdoba y trabajando de lo mismo que no encontrabas, con la misma esposa, o sea, fíjate cómo no tiene nada que ver el trabajo, la circunstancia es primero satisfacción plena en Cristo y después todo lo demás. Se saca ese anteojo y ve colores, o sea, es maravilloso, Es maravilloso.
Pregunto esto.
Mutación el podcast este es la combinación de mutación y Sión representa como el monte donde estaba la presencia de Dios y cada vez que alguien se acercaba a ese monte, vivía una transformación, experimentaba un cambio radical en su vida. ¿Y quizás muy resumido él y o Joaco, en dónde vieron esa mutación, ese encuentro en Sion, ese encuentro en Cristo en base a su testimonio con Dios?
[01:14:04] Speaker C: Yo creo que lo experimentamos viviendo nosotros esa transformación de adentro hacia afuera y entre nosotros, un vínculo que estaba sostenido realmente por las bases sólidas, por su palabra, por el tiempo de intimidad con Dios en oración, o sea, fue ver que si uno se dispone a pedir ayuda y anhelar que Cristo transforme el corazón de uno, lo recibimos de parte de Dios y yo creo que eso fue lo que nos mantuvo y nos mantiene hasta el día de hoy firmes por la intimidad que uno puede disfrutar con el Padre.
[01:14:47] Speaker D: Yo en mi caso es no quedarme con el testimonio que fue, yo sigo disfrutando, no es que oh, el Señor restauró mi matrimonio y mi testimonio es este, esta es una parte de mi testimonio, mi testimonio sigue hasta hoy, hasta esta fecha actual que estamos hablando acá, porque yo sigo pidiéndole al Señor que quiero más, que restaure más cosas en mi vida, que me perdone más cosas, no me puedo quedar con lo que hizo hace 12 años atrás, esa mutación, si la queremos llamar así, veo esa transformación día a día, disfruto día a día de cómo Dios va transformándome a mí, cómo transforma a mi esposa, cómo disfruto cada vez más, o sea, no tiene. Yo me doy cuenta y algo que agradezco es que pasaron ya casi 14 años de casado y la disfruto cada vez más y no es romanticismo, no es para que ro. No, no, no, es decir, la disfruto porque disfruto a Dios, lo disfruto a Dios y cuando vos disfrutás a Dios realmente de leer, de orar, de servirle, de entregar todo, disfrutás todo lo que hay alrededor, en la ciudad en la que vivís, en el trabajo que tenés, la situación económica que pueda haber, tus hijas, y cuando vos le sos fiel a Dios, le sos fiel a tu esposa, y así es todo, el enfoque tiene que ser el Señor.
Si yo resumo algo que no se enfoque en quien escucha esto, en restaurar mi matrimonio, no enfócate en restaurar tu relación con el Señor.
Porque yo cuando restauré mi relación con el Señor, no sabía si volvía a estar con Erika. El pastor me había yo no sé si te reciben, pero yo ya estaba restaurando mi relación con quien debía restaurar.
Y ese es mi resumen de este cierre. Sigo disfrutando de ese testimonio. No quedó allá atrás, sigue. Cada día Dios le agrega un poquito más.
[01:16:41] Speaker A: Meditaba estos días en el Salmo 138, versículo 8, que lo quiero leer. En la reina Valera, Jehová cumplirá. Perdón, el Señor llevará a cabo los planes que tiene para mi vida.
Pues su fiel amor, oh Señor, permanece para siempre. No me abandones, porque tú me creaste. Y en la Reina Valera, Jehová cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia, Jehová, es para siempre. No desampares la obra de tus manos. Y realmente pensaba, decía, qué tranquilidad nos tiene que dar saber que Dios no va a abandonar su creación, de que realmente Él va a cumplir sus propósitos. Que el día en que fuimos diseñados en el cielo fue con un propósito. Que sin lugar a dudas, como varias veces lo mencionaste, Joaco, hay un mundo espiritual que quiere destruir la obra del Señor. Pero Dios es mayor, Dios es más fuerte. Y cuando creemos que todo se viene abajo, cuando ya no tenemos más fuerzas, podemos aferrarnos a esa palabra que dice que somos más que vencedores en el Señor. Y pensar en esto, el Señor va a cumplir su propósito en mí, con mis debilidades, con las metidas de pata, con los pecados que me mando.
Si yo vuelvo a Él, Él sigue. Él no se va a dar por vencido conmigo. Y creo que ustedes son un testimonio de eso también, de que un matrimonio que hoy vaya a ser donde podrían estar.
El Señor siguió apostando, siguió levantándolos, siguió trayéndote a Córdoba, puso un Tito, puso Samuel Gustavo, puso un Daniel, un tío.
Y hoy verlos trabajando en matrimonios, no sé, yo digo, qué sentido humor que tiene Dios. Así que muchas gracias por haber venido.
[01:18:38] Speaker B: Gracias, Juaco.
[01:18:39] Speaker A: Gracias por compartir su testimonio y nos.
[01:18:42] Speaker B: Vemos en el próximo episodio. Dios les bendiga a todos.
[01:18:46] Speaker A: Esto fue una producción de la Iglesia Encuentro con Dios, ubicada en Malvinas Argentinas, Córdoba capital. Si te gustó este episodio, nos encontramos en Instagram como Muta Sión para que nos escribas y conozcas a los protagonistas.