Episode Transcript
[00:00:01] Speaker A: Mutación es el eco de historias que revelan cómo Cristo convierte el dolor en propósito y la prueba en testimonio.
[00:00:08] Speaker B: Porque donde hay un encuentro con Dios.
[00:00:10] Speaker C: Se producen grandes transformaciones y la vida cambia para siempre.
Bienvenidos a un capítulo más de Mutación. Hola, Ter. Hoy vamos a hablar del tema de las finanzas, de las finanzas matrimoniales y personales. Y nos visitan Caro y Ale. Bienvenidos.
[00:00:29] Speaker B: Hola, un gusto por estar aquí con ustedes.
[00:00:32] Speaker D: Hola chicos.
[00:00:34] Speaker B: ¿Cómo están? ¿Todos bien? Hola Caro.
[00:00:36] Speaker D: Vinimos al fin pudimos coordinar.
[00:00:38] Speaker A: Hace mucho que tenemos ganas de hablar de este tema, porque a todos nos trasciende, así que en este tema yo creo que todos nos podemos sentir identificados de una u otra forma, así que estoy segura que va a ser muy interesante.
Y quiero preguntarles así de una, como para entrar en el tema, ¿Cómo era la relación de ustedes con el INA cuando eran jóvenes, cuando eran niños? Y nos pueden contar un poco de los orígenes de esto.
[00:01:10] Speaker D: Bueno, empiezo.
En casa era tranqui mi papá único sostén de hogar, médico, mi mami ama de casa. Y.
Y una vida como discreta, o sea, se tomaba gaseosa solo los domingos, la golosina los domingos, las zapatillas eran cualquier marca, pero bien.
[00:01:35] Speaker C: Vacaciones.
[00:01:37] Speaker D: Vacaciones, todos juntos, una vez al año, a través de la obra social. Siempre íbamos al mismo lugar, al mismo hotel, al mismo lugar.
[00:01:45] Speaker C: Un detalle no menor es que los dos que nos visitan matrimonio son de Santiago del Estero.
[00:01:50] Speaker D: Los dos son los de Santiago.
[00:01:52] Speaker C: Así es.
[00:01:52] Speaker A: Se habrán dado cuenta la tonada.
[00:01:54] Speaker C: Ale, tú relacion con el dinero en la familia.
[00:01:58] Speaker B: Mirá, mi familia era una familia grande. En primer lugar éramos seis hermanos y mis papás en ese entonces estaban bien económicamente. Ellos tenían un muy buen pasar, tenía un negocio él donde andaba bien y podíamos gozarnos nosotros de tener una buena vida, vamos a decir, hasta que yo nací, hemos estado, vamos a decir, una muy buena posición.
Mis otros dos hermanos que nacieron después, ellos ya no han podido gozar tanto.
Pero sí, nuestra vida era ir de vacaciones, tener autos cero kilómetros. La familia en ese entonces, lo que por ahí quisiera poner en contexto, ¿En qué época estaba? Claro, está bueno eso, porque yo, por ejemplo, soy del año 1968, nací y en esa época no había tele a color, no había computadoras, no había muchas cosas que hoy gozamos, pero en ese contexto, tener un poco más de posibilidad de hacer cosas era muy notorio.
[00:03:21] Speaker C: Claro. ¿Cuáles eran los lujos, porque entiendo que hoy decís che, un celular, teníamos una PlayStation?
[00:03:26] Speaker B: A ver, te doy un ejemplo, mi papá una vez chocó el auto y en vez de arreglarlo lo cambió.
[00:03:31] Speaker A: Oh, claro.
[00:03:32] Speaker B: Y mi abuela decía qué bien que te lo arregló el auto se compró el mismo, se compró otro igual de otro color, entiende, cosas así, o nosotros en esa época en Santiago no había las cadenitas de cinta para el chupete, eran de oro, pero eran finitas y de oro. Pero porque se acostumbraba, no era una ostentación, se acostumbraba porque no había la cinta que hoy tenemos, o el cordón.
[00:04:03] Speaker A: O esa cosa quizás no más práctico, o sea que vos chupetito con cadenita de oro.
[00:04:11] Speaker B: Exactamente. Puede haber durado mes, dos meses hasta que te la arrancas.
[00:04:15] Speaker C: El famoso dicho de cuna de oro, literal.
[00:04:19] Speaker B: Claro, exactamente. Pero bueno, lo bueno de eso uno lo disfrutó hasta donde pudo.
[00:04:28] Speaker C: ¿Hasta qué edad más o menos?
[00:04:29] Speaker B: Yo calculo que debo haber tenido unos, no sé, no menos. Diez.
[00:04:35] Speaker A: Diez años, pero era grande. ¿Eras consciente que tenías plata?
[00:04:38] Speaker B: Sí.
[00:04:38] Speaker D: Contale cuando tu mami hacía los cumpleaños.
[00:04:44] Speaker B: A ver contalo que yo no me.
[00:04:46] Speaker D: Acuerdo que contrataban, no sé, un servicio en Santiago había un servicio muy caro, con mozos, con todo, era un cumpleaños con todo, no sé, 100 personas un cumpleaños.
[00:05:00] Speaker B: Mi papá era una persona que demostraba mucho su amor con lo material, con los regalos, con las cosas que te podía demostrar y a mi mamá la atendía siempre con todo lo que mejor podía.
[00:05:14] Speaker A: ¿Ustedes ya se conocían en esa época?
[00:05:16] Speaker D: Sí, él vivía a la vuelta de casa y de la iglesia y sí nos conocíamos, mi mamá era amiga, pero.
[00:05:23] Speaker A: Vos te das cuenta que la ley tenía otras.
[00:05:28] Speaker B: Tenía auto, eso era otra época. Pero estamos mezclando los tiempos.
[00:05:33] Speaker C: ¿Y llegaste a ir a estos cumpleaños? Están, los tengo, pero si comentaba mi.
[00:05:38] Speaker D: Mamá si contaba.
[00:05:43] Speaker B: O por ahí en Navidad, los regalos de Navidad era desarmar regalos. Desarmar regalos tras regalos cuando llegaba.
Pero bueno, son situaciones que uno las ha vivido creyendo que eso era lo normal.
Después si quiere podemos ir avanzando un poquito más. Lo que nos llegó a pasar es que eso normal se acabó a los diez años. A los diez años míos yo cuento la parte de la percepción de mi historia, hay cinco historias más que son las de mi otro hermano que lo deben haber contado, vivir de su visión. Pero en mi visión, hasta los 10 años, yo vivía a la vuelta de la casa de Caro y era una zona muy linda, al frente de una plaza, y teníamos un grupo de amigos muy grandes, porque eran todos de la cuadra y todos disfrutábamos de el salir, andar en bicicleta, tirar la bici en la puerta, de salir a jugar, de pasarla realmente bien esa infancia. De repente en un momento a mi papá ya no le empieza a ir bien, no es lo que parecía, todo lo que se veía.
Y en ese contexto pierde el negocio tras querer recuperarlo, pierde la casa y nos tenemos que ir.
Eso para mí ha sido realmente sacarte del lugar donde estabas, o sea, de tu castillo, de tu lugar, te fuiste, pum.
[00:07:25] Speaker C: ¿Y eso fue repentino para ustedes?
[00:07:28] Speaker B: Para mí fue repentino.
[00:07:30] Speaker C: ¿Ellos nunca comentaron nada?
[00:07:32] Speaker B: No, no, mi mamá se ve que en un momento se dio cuenta de que las cosas no andaba bien y ella se quiere involucrar en el negocio, pero cuando ella ya entra al negocio se ve que era demasiado tarde meter mano ahí.
Y de ahí en más nosotros empezamos a vivir una serie de situaciones en donde a cada uno lo forja de distinta manera.
Nosotros tenemos que ir, no pierde mi papá pierde todo, queda él en Santiago, nosotros nos vamos a vivir a Buenos Aires, mis abuelos de parte de mi mamá son de Buenos Aires y nos vamos a vivir todos allá. Mi papá compro un departamento en Buenos Aires, en el mismo piso donde vivía mis abuelos, y como éramos seis más ellos, había que repartirse entre las dos casas para vivir.
[00:08:24] Speaker C: Y ahí tuvieron que reconstruirse y acostumbrarse, vivir en un contraste muy distinto al que estábamos.
[00:08:30] Speaker B: Y ese tiempo fue duro, para mí fue tremendo, porque yo cambié de repente de amigos, de escuela, de libertades que no las tenía.
[00:08:42] Speaker A: Y más allá de.
¿Porque entiendo que el shock también fue una cuestión social, pero también te das cuenta que era un cambio económico o en ese momento no te das tanto cuenta?
[00:08:52] Speaker B: No, no me daba cuenta por qué era la situación, nada más sabía que no le andaba bien. Pero bueno, la cosa que mi papá vivía aquí en Santiago tratando de recuperar la situación y nosotros en Buenos Aires, eso pasa más o menos un año, año y medio que no era. Se ve que ellos deciden volver a Santiago, ahí mi papá seguía con la librería, pero ya no era de él, sino alquilaba el salón y él trataba de sacarla adelante y alquilábamos casa también, era otro contexto.
[00:09:26] Speaker C: ¿Y logró salir adelante, reconstruirse como en los primeros 10 años de tu vida o nunca más volvieron a alcanzar ese nivel económico?
[00:09:36] Speaker B: Ahí hay una parte en donde yo ya cuando vuelvo tenía 11 años y medio, 12 ponele, no me acuerdo bien.
En una oportunidad yo diciendo bueno, vamos a ayudarlo, porque toda la familia tenía que colaborar con la ayuda en la casa, voy a ayudarlo a mi papá en el negocio. Y él para Navidad me dice che, hay un montón de tarjetas de regalo, antes habían tarjetas que eran impresas de regalo, donde te decía te amo, cosas que hoy ya no existen, antes había mucho y había una barbaridad de eso que estaban tiradas, que no se vendían. Entonces me dice mira, vamos a ponerla ahí en la puerta del negocio y lo que se venda te doy una parte para vos. Bueno, yo iba, poníamos el atril con todas las tarjetas, venían las chicas, buscaban siempre tarjetas, porque a las mujeres siempre les gustan esas cosas y se vendían todas esas tarjetas. Entonces cuando llegaba al final del día, yo me iba al escritorio, mi papá le tiraba todo el dinero y él me decía bueno, esto es para vos, y me sacaba un billete, me daba y yo de ahí dije nunca más me voy a quedar con una parte, yo no quiero solamente una parte.
[00:10:53] Speaker A: Mire como ahí te digo, no puede.
[00:10:56] Speaker B: Ser eso, ¿Por qué yo me llevo esto si yo he vendido todo esto? No lo entendía.
[00:11:00] Speaker A: Claro.
[00:11:01] Speaker B: Pero bueno, eso es una anécdota que pasó, que me marcó un poco a mí.
Y de ahí en más mi papá no pudo crecer en eso porque ya arrancó con gastos, tenía cosas, entonces hicieron un cambio de timón y pasaron de la librería a tener un negocio de venta de comidas árabes allá.
[00:11:21] Speaker A: Tu familia toda árabe, menos mi mamá.
[00:11:24] Speaker B: Pero los demás todo. Y con mucha influencia árabe en Santiago.
Mi mamá aprendió mucho las comidas árabe y a veces alguna las hacía hasta igual o quizás mejor al gusto de otros, pero con eso nos empezó a ir mejor y se pudo estabilizar un poco, pero él nunca se recuperó.
[00:11:46] Speaker C: ¿Y notaste algún intento por sostener el mismo nivel de vida?
[00:11:51] Speaker B: Que, o sea, nunca demostró lo anterior, o sea, siempre llegó al mismo nivel de vida queriendo llevar, a pesar de que no lo podía llevar, siempre se gastaba todo lo que se, todo lo que entraba y si por ahí había que comprar algo a pesar de que no se podía, o sea, se compraba o él se alquilaba, por ejemplo, una casa que no estaba en condiciones, vendía el auto para ponerla en condiciones a la casa y vivía bien, pero era una casa alquilada.
[00:12:24] Speaker C: Es decir, entendí bien. ¿Ustedes como hijos nunca notaron el cambio económico, las dificultades financieras?
[00:12:33] Speaker B: Sí, sí, nada más que él nunca hizo ningún cambio para mejorar eso.
Estaba hablando de mi papá, nosotros si notábamos que ya no es lo mismo, ya no era lo mismo, pero al tener el negocio y al estar ahí, uno también tiene una cierta libertad porque trabaja. Nosotros trabajábamos en ese negocio de venta de comida, cumplíamos horarios ahí adentro, donde teníamos que cumplir nuestro rol y así también teníamos los beneficios de que lo que necesitábamos sacábamos de ahí.
[00:13:15] Speaker A: Claro, lo que después vamos a hablar que no se hace, ¿Me entiende?
[00:13:20] Speaker B: Entonces si yo por ahí salía la noche, iba a la caja, sacaba lo que necesitaba y salíamos o en esa.
[00:13:27] Speaker A: Época yo ya estamos hablando que era grande.
[00:13:32] Speaker B: No, no, ya habré tenido unos dieciséis, diecisiete años.
[00:13:36] Speaker A: Bien. ¿Ustedes se conocen de jóvenes, ¿De qué edad?
[00:13:41] Speaker D: Nos conocemos desde siempre, pero yo tenía 16 cuando empezamos los dos en la iglesia, yendo al hogar de niños y ahí es donde nos conocemos, digamos, más.
[00:13:55] Speaker A: De cerca, de enamoramiento, digamos. Así es, o sea que en ese momento Ale trabajaba en ese lugar de.
[00:14:01] Speaker D: Comida árabe, trabajaba ahí y cuando lo conozco, yo tenía 16 también trabajaba en una librería como empleado a la mañana.
[00:14:11] Speaker C: Era muy común que tan temprano empezaran.
[00:14:15] Speaker B: A trabajar, antes no había lo que es ahora, esto de que tenía que tener cuidado de la explotación infantil y todas esas cosas, no, allá vos tenías un poco de uso de razón y podías colaborar en algo, te tenías que meter. Yo por ejemplo desde los 11 años que te decía, estoy detrás del mostrador prácticamente hasta el día de hoy, o sea, para mí mi vida siempre ha sido el estar en contacto con la gente, poder trabajar, no ha habido otro, si bien otros escenarios, pero no ha habido otra realidad y creo que la mayoría de los que estamos ahí era así, era lo normal.
[00:14:55] Speaker C: ¿Caro, tus primeros pasos laborales fueron a los 16 años, por cuál fue el motivo?
[00:15:02] Speaker D: ¿No, a los 16 lo conozco a él y nosotros nos ponemos de novios, yo tenía 18 y mi mamá me dice por qué nos ganan unos pesitos y se ayudan y nos compra una tanda de ropa para empezar a venderla, y así empiezo recién, digamos, ahí a trabajar y empiezo a vender ropa comprada, y estábamos de novios y Ale después me en vez de comprar, porque no fabricamos?
[00:15:33] Speaker A: Siempre ibas como un poco más allá, dale siempre más.
[00:15:37] Speaker D: Y yo no me resistía.
[00:15:40] Speaker C: ¿Claro, pero hay un contraste grande que tu origen laboral o tu inicio laboral fue por una cuestión de decisión propia, para querer colaborar en la familia, pero a diferencia del Ale, por un mal manejo financiero de tu padre, te viste forzado desde temprana edad a empezar trabajando, Si bien uno después encuentra cierto gustito al dinero, pero no es normal que a los 12 años ya empezaras a trabajar de alguna manera?
[00:16:09] Speaker B: Sí, lo que pasaba por ejemplo en la casa de comida que tenía, si bien mi papá ya empiezan a andar mejor porque se vendía bien, en esa casa de comida era una de las pocas que había que se vendía bien en ese entonces, él siempre quería volver a recuperar y vivir en el centro, podría haber comprado una casa en algún barrio, en alguno, y él no lo quería hacer, entonces todo lo que ganaba o hacía era o para comprar otro vehículo más, o para vivir bien, o para salir de vacaciones, o para comprar salía en esa época allá empezaban a aparecer los teles LED y todo eso, y decía bueno, me iba a la vuelta una casa donde vendían, sacaba en 35, 70 cuotas un tele y lo traía, cosas así, ¿Me entiendes?
Y siempre se terminaba gastando todo lo que se vendía.
[00:17:06] Speaker C: ¿Dónde viste reflejado el problema financiero en.
[00:17:10] Speaker B: Tu familia o después de mucho más grande? Porque nosotros por ejemplo, cuando estábamos Caro contaba el tema de la ropa, nosotros empezamos, yo decía, yo en ese entonces trabajaba en el negocio con mis papás, y en otro tiempo trabajaba en una librería para poder colaborar con casa, o sea, yo el sueldo que tenía en la librería, la mayor parte la ponía en el negocio para que podamos seguir creciendo o andando, porque siempre estábamos al límite, entonces en una oportunidad nosotros decimos, che vamos, ¿Por qué en vez de comprar y vender, por qué no fabricamos ropa? ¿Y en vez de fabricar ropa para grandes, por qué no hacemos ropa de niño, que es lo que siempre se va a necesitar?
Porque el niño crece, gracias a Dios, un montón y vos le compras hoy, mañana ya no le sirve. Entonces nos dedicamos justamente a eso de novios y eso empieza, tenemos una prosperidad y a crecer, pero con la mochila de lo que yo había aprendido de cómo se manejan las finanzas, de lo.
[00:18:18] Speaker A: Que entra se gasta bien. Vos venías, seguías con ese concepto, hasta.
[00:18:23] Speaker B: El día de que estábamos ahí, era poder vivir, pagar las cosas que se podían, compramos más, queríamos comprar máquinas, comprábamos otras máquinas más, seguíamos creciendo, pero lo que entraba también se gastaba, o se.
[00:18:39] Speaker D: Gastaba más de lo que entraba.
Y a veces no te das cuenta, entonces no, pero si ya vamos a vender y te vas endeudando y va gastando más de lo que entra.
[00:18:51] Speaker C: En tu familia, Caro de infancia, de origen, el manejo financiero un poco más controlado, regulado.
[00:18:57] Speaker D: ¿Papá?
Totalmente controlado, pero bien. Mi papá nos daba, somos tres hermanas siempre una mensualidad, entonces nosotros teníamos un dinerito poco, pero él nos daba, éramos chicas y nos. Me acuerdo que nos daba todos los domingos, nos ponía en la, en la mesa la ofrenda que cada una tenía que poner, Él nos enseñaba eso y tengo imágenes de mi papá.
Él tenía consultorio en la casa, era auditor de médicos y en casa a la tarde atendía a los pacientes de abrir el cajón y él tenía sobrecitos que decía luz, gas, comida, impuesto, rentas. Y también tengo en la mente que me levantaba y le dejaba a mi mamá todos los días una nota que decía esto es para la comida de hoy y le dejaba su parte, no sé, 30 minutos, y mi mamá con eso tenía que tener la comida, Entonces era como muy ordenado y con eso me he criado.
[00:20:05] Speaker C: Cuando se encuentran.
[00:20:07] Speaker D: Sí.
[00:20:08] Speaker C: ¿Entonces de este origen tuyo, esta cosmovisión económica, esta forma de manejar el dinero, contrasta con manejo del ALE Y cuando se ponen de novios, te chocó, te llamó la atención o te dejaste llevar?
[00:20:22] Speaker D: ¿Y era chica, tenía, o sea, como me pongo de novio? Tenía 18, era chica, quizá no me daba cuenta de todas esas cosas.
Si, había, me acuerdo una explosión en primer mes de casados, que sí, eso me acuerdo que ahora decía nos van a cortar la luz, me ha llegado la nota que nos van a cortar la luz. Y él me no, nos falta el último aviso, me decía él.
[00:20:48] Speaker B: ¿Por qué? Porque mi papá cuando venía la luz no se podía apagar porque había que juntar para la luz, entonces bueno, vamos a esperar el otro o vamos a esperar al otro. Y él siempre hacía el mismo chiste de decir cuando le llegaba último aviso y él decía por fin ya no me van a avisar más.
No, no es que no te van a avisar más, todo nunca lo veía mal a nada, todo siempre lo tomaba bien y nunca se ha hecho problema de nada. Entonces de ese contraste mío que yo decía te van a cortar la luz y yo decía no, vamos a espérate que llegue el último aviso y ahí tenemos dos días más y vemos cómo podemos juntar.
[00:21:30] Speaker D: Al límite.
[00:21:31] Speaker A: ¿Y a vos eso te ponía nerviosa?
[00:21:33] Speaker D: Siempre al límite, sí.
Era feo vivir así porque no estaba acostumbrada.
[00:21:39] Speaker C: ¿Y lo tomabas?
[00:21:41] Speaker B: No, para mí eso era lo normal, porque yo había nacido con eso, yo había entendido que la vida era así.
También empiezas a tener enseñanzas erróneas que se te meten en la cabeza también con eso, porque me empezaban a decir che, es fácil hacer dinero cuando hay dinero, no hay que hacer dinero cuando no lo hay, dicen. Y todas esas cosas que por ahí te empiezan a caer diciendo que no está bien, pero no sé si decirte la vida o Satanás o no sé quién te va a ir atacando por el lado donde vos más flaco estás. Y en el caso nuestro era justamente oprimirnos económicamente.
[00:22:31] Speaker C: ¿Qué malas prácticas financieras, presupuestarias heredaste y llevaste esos primeros años de matrimonio?
[00:22:41] Speaker B: Y mira, como lo que veníamos hablando con Caro cuando nos casábamos, no había ningún tipo de planificación, lo que entraba se gastaba, teníamos también tarjeta de crédito y se pagaba lo mínimo y se podía vivir con lo que se pueda.
Tratábamos siempre de mantener un orden ficticio, entre comillas vamos a decir, pero sin deber mucho a nadie, nada más que bueno, pagando aquí, sacando de allá, volviendo acá.
Realmente un desorden total en eso, porque yo lo entendía que era la normalidad.
Era una normalidad que con ella no lo había vivido.
[00:23:24] Speaker A: ¿Y ustedes cuando estaban de novios, este tema se habló de las casas?
[00:23:30] Speaker B: Nunca, nunca. Es más, yo de novio siquiera presupuestos, nada. Yo de novio viendo lo que como mi papá era con mi mamá, trataba también de hacer lo mismo. Le vivía dando regalos, le hacía regalos a toda hora, con los cumpleaños nos regalábamos de todo.
[00:23:51] Speaker D: Endeudábamos a veces, Una vez le saqué un televisor en 48 cuotas a tú.
[00:23:57] Speaker B: A Lale para mi cumpleaños, ella me regala un tele. Que lindo tele. ¿Y cómo lo has pagado? Le digo no, lo saqué en 48 cuotas, casi me desmayo, porque 48 cuotas, digo, son 5 años que vamos a estar pagando este tele.
[00:24:13] Speaker D: Claro, yo entro en una ¿Cómo sería mimetizarme con él, empezar a actuar como él?
[00:24:21] Speaker A: Claro. ¿Ya te adaptaste a ese estilo de vida también?
[00:24:25] Speaker D: Claro, al ponerme de novia muy chica o casarme, irme de casa a los 19, como que no he tenido quizá mucha influencia en lo que es mi casa, entonces más me me mimetizo con las vivencias de Ale. Y ahora te.
[00:24:42] Speaker A: Pregunto, al principio te sentías presionada, pero a medida que pasaban los años que continuaba estos hábitos desordenados, ¿Seguías sintiéndote así o ya llega un momento donde lo naturalizas y ya por tu mente como que no te sentís con presión?
[00:24:57] Speaker D: Llegas a naturalizar, te sientes mal, pero la piloteas, por ejemplo, hay veces que no, o sea, tantas deudas o gastas más de lo que entra, no tienes para comer, bueno, vamos a comer todos los días, mi suegra tiene comida árabe, entonces íbamos todos los días con las chicas a comer en el restaurante, entonces una vida ficticia.
[00:25:25] Speaker B: En ese entonces ya teníamos las dos hijas, que era dentro de lo que habíamos planificado, ya casados, llegará, si el Señor nos daba, era llegar, tener hasta dos hijas.
[00:25:36] Speaker C: ¿Planificaron eso? Sí, eso sí, planificaron dónde vivir, Planificaron muchas cosas, pero la carta financiera no.
[00:25:44] Speaker D: Había una ceguera total.
[00:25:46] Speaker C: Caro. ¿Eras consciente de cuánto dinero se ingresaba, cuánto ganaba él? ¿Ustedes trabajaban los dos?
[00:25:52] Speaker D: Sí, sí, siempre he estado involucrada y me daba cuenta, che, nos está faltando para pagar esto, para pagar aquello, pero al tener una vida independiente en el sentido que Ale deja de ser empleado en un momento y hacemos por cosas propias, no tienes a veces un ingreso fijo, entonces era de acuerdo a lo que vendías y hemos hecho hoy recordábamos ayer, hemos hecho de todo, porque no nos quedábamos en la comodidad, o sea, che, no nos está faltando, bueno, hagamos sándwich para vender a los quioscos, bueno, y venía el Ale y hacía el packaging y vendíamos, che, y si compramos sillitas y alquilamos para los cumplen los niños. Entonces tratábamos de generar, generar, generar, pero nunca nos alcanzaba porque gastábamos más de lo que entraba.
Siempre ha sido así.
[00:26:49] Speaker C: No había planificación, no había control de gastos.
¿Cómo se manejaban con los bancos, con los préstamos?
[00:26:59] Speaker B: Bueno, ahí empieza también la parte dura, porque no sé por qué también nosotros nos dan cuenta en un banco, culpa de los bancos que son flexibles. Yo agarro, creo que era por la parte cuando teníamos la fábrica de ropa, que yo puedo abrir una cuenta en el banco de Boston en ese entonces, que hoy ya no existe, y tenía una cuenta corriente ahí. Y te decían que bueno, tienes de descubierto para gastar hasta 3 millones de pesos, por decirte hoy.
Buenísimo. Nosotros lo hacíamos volar esos 3 millones y vivíamos en descubierto y pagábamos el mínimo. Y pagabas los intereses de eso. Y después cuando los bancos te ven que vos está más o menos, también vas siendo que pagas o hagas bienes, abro otra cuenta en otro banco. Yo he llegado a tener tres cuentas distintas en distintos bancos, todas en descubierto.
[00:27:58] Speaker A: ¿Qué significa en descubierto?
[00:27:59] Speaker B: Descubierto es que vos le estás debiendo al banco porque está sacando más de lo que le has puesto. Vos tienes una caja donde pones el dinero y ellos te dicen, che, ese dinero y yo te presto hasta tal cantidad más, pero lo que vas usando de más, yo te voy a cobrar un interés.
[00:28:17] Speaker C: Algo similar a nivel individuo sería la cuenta de adelanto.
[00:28:21] Speaker B: Claro.
[00:28:22] Speaker C: Si te va haciendo una bola de nieve cada vez más grande, incluso pagando el mínimo, estás bien con el banco porque no entras en mora.
[00:28:29] Speaker B: Claro.
[00:28:30] Speaker C: Pero lo que no pagaste de la diferencia entre mínimo y el pago completo, el otro mes se vuelve a ir. Y cada vez se va a hacer una bola más grande y con intereses.
[00:28:40] Speaker B: Y cada vez tenés menos. Y cada vez pagas más. Y cada vez tienes menos y pagas más.
Nosotros teníamos, teníamos, gracias a Dios también no alquilábamos. Teníamos nuestra propia casa, si bien en un barrio, pero no alquilábamos. Teníamos el tema de la ropa que vendíamos. Y después de eso, nosotros ya bastante endeudados, llega un momento en donde no sé si el señor empieza a tocar por distintos lados.
Hay una oportunidad en donde mi cuñado, estando nosotros en un club social, donde nos juntábamos a bañarnos, de comer asado y todo eso.
[00:29:28] Speaker D: Perdón, hago un paréntesis. Estábamos en el Club Long Tenis Socios, o sea, Cheto, date una idea, no.
[00:29:35] Speaker A: Sí no conocemos, date una.
[00:29:37] Speaker D: No sé cómo el Jockey, no sé cómo es aquí, pero date una idea. No teníamos un mango, pero éramos socios de tenis.
[00:29:43] Speaker B: Era un club de, por decirte, de gente que en ese momento después se vuelve todo eso, después desaparece.
[00:29:55] Speaker D: Antes era como muy privilegiado, vos tenías piletas, vestidores, asadores, canchas, todo cuando no.
[00:30:03] Speaker B: Era costumbre tener una pileta en tu casa.
[00:30:07] Speaker C: Había un intento para sostener un estilo de vida inalcanzable, fuera de presupuesto.
[00:30:15] Speaker B: Un.
[00:30:15] Speaker C: Poco quizás por lo que dijiste, corregime, lo heredabas de tu padre que quería volver, por ejemplo, vivir el centro.
Había una cuestión de apariencia, no sólo.
[00:30:27] Speaker B: La apariencia sino creo que es la comodidad, él nunca ha querido pagar el precio, por tanto yo tampoco aprendí a pagar el precio de lo que es crear tu propia historia, vamos a decir.
Yo estaba viviendo como pensaba, entre comillas, que era lo normal de vivir, que siempre iba a ser así.
Entonces en esta oportunidad que estábamos ahí en eso, mi cuñado que vivía acá en Córdoba, él también había pasado por un proceso medio fuerte económico, pero él vivía bien dentro de todo y nos dice vos cuando sal de Santiago vas a andar mucho mejor y a mí se me salta la chaveta porque me dice claro, para vos es fácil decirlo, le digo, porque vos tenés un departamento donde estar allá, tenés buen pasar allá, todo esto y yo no tengo dónde, cae muerto. ¿Bueno, me dice si yo te consigo dónde ir, vos vas a ir? ¿Y más vale, le digo que sí, como que no? Si vos me estás diciendo que me vas a invitar, más vale que voy, lo dejo como quien relajándolo, diciendo una cosa así. A la noche me habla, me dice che, ya te consigue donde vivir, si quieres el lunes puedes ir, no me quedo picando.
[00:31:43] Speaker C: Si te dijo, vas a estar mucho mejor que en ese momento si eras consciente que había una realidad y que.
[00:31:51] Speaker B: La estábamos galgeando, o sea, nosotros siempre trabajábamos para pagar crack, si nos dábamos.
[00:31:59] Speaker D: Cuenta, pero siempre eso que no termina, visto, saco roto, trabaja, trabaja, trabaja, trabaja, trabajo, pero siempre debes, debes, debes.
[00:32:06] Speaker C: ¿Y cómo encontraban paz o iban a este country, a este lugar y disfrutabas y que todo era espurio?
[00:32:15] Speaker B: Pero yo nunca me hice problemas, nunca, porque es lo que he vivido, mi familia tampoco nunca se ha hecho problema de.
Del pesar que tenían. ¿Por qué?
[00:32:27] Speaker A: Y les pregunto porque ustedes ya iban a una iglesia, digamos, eran participantes de una iglesia.
¿En algún punto pensaron che, esto es lo que Dios quiere?
¿Realmente está dentro del diseño de Dios que vivamos para pagar, pagar, pagar y no haya órdenes?
[00:32:46] Speaker D: Se dieron aún no Diálogo todavía no.
[00:32:49] Speaker B: Había luz, no había nada de eso.
[00:32:54] Speaker D: Nadie que nos.
Tampoco que lo vea de afuera y nos lo diga.
No había.
[00:33:01] Speaker A: Y ustedes en este momento que ya se empiezan a dar cuenta que empiezan a deber mucha plata, este familiar que te. ¿Que te dice eso? ¿Te lo dice porque en algún momento le compartiste? Estamos hasta las manos.
[00:33:13] Speaker B: Y porque se dan cuenta, te ven que estás. Nosotros teníamos un auto que si bien estaba dentro de lo normal, a veces había que juntar el dinero para hacerle un cambio de aceite, ¿Te acuerdas? Una vez que no lo hemos hecho porque ya no tenía ni aceite, se nos fundió el motor, un desastre. Cosa que se gastó.
[00:33:30] Speaker D: Coherencias de la vida.
[00:33:32] Speaker C: ¿Todas estas cosas te quitaban el sueño a la noche?
[00:33:34] Speaker B: No, no, para nada, caro.
[00:33:37] Speaker D: Y a mí sí me empiezan a preocupar más y angustia más.
[00:33:41] Speaker B: Las chicas no vivían eso.
[00:33:43] Speaker D: No se daba, no lo trasladábamos, no cantaba nada, o por lo menos una vez charlando con ellas, creo que me dijeron que no recuerdan a ver que nosotros le hayamos dicho algo.
Así que bueno, no lo trasladábamos.
[00:33:58] Speaker C: Quizá sale esta oportunidad en Córdoba.
[00:34:00] Speaker B: Volvemos. Volvemos a Córdoba. ¿Yo me vengo solo a Córdoba, me presenta este muchacho que va a vivir conmigo, porque él me dice, vas a vivir con esta persona?
Y yo le digo, bueno, vamos a arreglar los gastos y todo eso.
No, no, vos vienes invitado mío, me dice el chico.
Y él.
Y él, o sea, es que cuando yo voy a vivir a él, él me da su cama y él duerme en un colchón. Yo le digo no, no, ¿Cómo vamos a hacer esto? No, no, si no te preocupes, vos vivís aquí.
[00:34:30] Speaker C: Un paréntesis se llama crossover en las series de la emisión, que es cuando se cruzan personajes que capítulos diferentes y no sé peli ve a Capitán América con Iron Man. Esta persona era Gustavo Tello.
[00:34:47] Speaker B: Exactamente.
[00:34:48] Speaker C: En otro episodio cuenta su historia de vida también.
Ahí puede ir y escucharlo.
[00:34:54] Speaker A: Ya vas a tener las dos historias juntas en algún momento.
[00:34:58] Speaker B: Entonces yo voy a lo de Gustavo, caigo enero como un paracaidista en Córdoba. Sin conocer nada y empezando a tratar de conocerme también con Gustavo. Bueno, yo digo, ¿Qué es lo que vos hacías allá? Yo en ese momento tenía mucho la impronta de haber trabajado en una librería y de entender lo que era el negocio de la librería.
Y digo yo, en Santiago, en esa oportunidad que ya estábamos con Caro, con las chicas ya de primaria y secundaria. Sí, primaria y secundaria, digo bueno, voy a salir a venderle a las empresas, porque veo que en Córdoba hay muchas empresas, no es como en Santiago que había pocas o un monopolio, sino había pocas. Aquí hay muy, muchas empresas. A alguien le voy a poder vender todo lo que es insumos de oficina.
Pero estaba a pie, tenía que salir a pie, a salir a caminar, a buscar clientes. Y me acuerdo en una oportunidad que logro en una empresa de turismo, venderle unos rollos de fax que venían antes, ¿Te acuerdas? Esos ragefags que vendían. Y me dice bueno, sí, tráeme tres rollitos de fax. Yo contento, me voy al proveedor donde yo había arreglado con él que me fíe porque no tenía plata.
Me dice me fíe a los tres. Sí, toma. Yo iba, pagaba y después le pagaba él. Cuando llego al cliente este, me dice toma, aquí están los tres, ¿Me puedes traer uno más?
Bueno, sí, le digo, Yo me tuve que ir de vuelta a pie hasta este proveedor, pedirle un rochito más que no era la vuelta y volver hasta ahí para ganar centavos. Una vez me agarró una lluvia, cuando cobro eso, tenía un hambre que me comí un lomito, me liquidé todo lo que había, hacía frío, me había mojado, yo estaba mal.
[00:36:58] Speaker D: Saltó.
[00:37:00] Speaker B: Así que así seguíamos viviendo.
[00:37:03] Speaker C: Pero usted en Santiago.
[00:37:05] Speaker D: Yo había quedado en Santiago con las chicas y trata. Yo tenía un trabajo cuatro horas, entonces algo entraba, pero.
Y bueno, ha sido durísima porque han sido casi 10 meses así de estar separados y las chicas empiezan más. Cintia, la menor empieza como a sufrir más la separación. Si bien no veíamos los fines de semana, Alega estaba en colectivo, venía a.
[00:37:33] Speaker B: Vernos, pero viajaba regularmente. Yo cuando me doy cuenta de que lo que quería hacer de la librería y de venderla a las empresas no estaba funcionando, porque aquí también había una competencia feroz y no me iban a comprar a mí, habiendo mejores precios y toda esa historia.
Yo le digo una oportunidad. Mi señora le bueno, no me voy a volver, le digo, me vuelvo ya. Porque no es lo que pensábamos nosotros.
La verdad que esto también no deja de ser ficticio porque estoy viviendo en la casa de una persona que me está prestando lugar y no puedo ni siquiera pagar donde estoy.
Y ella habla con.
Con Víctor, un cuñado justo hablo con.
[00:38:20] Speaker D: Mi cuñado en Santiago y me dice decirle a Lale que vaya Megatón de Córdoba que están pagando muy buenos sueldos y unas comisiones bárbaras. Entonces yo lo hablo y le digo, Ale, andame Gatón de Córdoba que dice que están pagando excelentes sueldos y comisiones. Pero si no he traído currículum, anda el Megatón.
[00:38:41] Speaker B: ¿Yo digo qué voy a poner mi currículum, qué voy a poner?
¿Que puedes poner? Trabajé por mi cuenta.
Nada. Y me dice, anda.
Bueno, yo de vuelta entrar a ser empleado. Yo deseaba ser mi propio jefe, como te habían.
Y me dice volver a hacer.
Voy, voy, entro ahí, lo veo al gerente del lugar, le digo, mira, estoy buscando trabajo, que esto, si vos tienes un puesto.
Me dice, bueno, no sé, ven, espera un ratito. Me dice, esperá. Y él estaba con su gerente zonal y me dice, siéntate, me dice, véndeme esta lapicera.
Y yo estaba transpirando.
Bueno, le hago la entrevista, todo eso me hacen ellos a mí toda la. Las cuestiones y me dice, bueno, cualquier cosa yo te llamo, listo y me despido, me voy. Y bueno, le digo a ella, ya está y ha tomado la entrevista, seguramente no me va a llamar ni nada, dice, así que mañana voy a sacar el boleto y me voy.
[00:39:57] Speaker D: Entonces cuando dice bueno, no, ya espero esta mañana y si no saco el boleto, anda y volvé y hacerle recordar que vos has hecho la entrevista ayer y pregúntale el resultado de la entrevista antes que te vuelvas. Pero no cómo anda.
[00:40:13] Speaker B: A mí me caía la cara de vergüenza, el cuerpo me caía, le andaba.
[00:40:18] Speaker D: ¿Volví, no?
[00:40:19] Speaker B: Le digo, claro, digo yo, bueno, vuelvo che, le digo, mira, yo el otro día sí volví al otro día. Lo veo, espero que se desocupe. Le digo che, mira, solo me vengo a despedir, yo ya me estoy yendo.
Veo que no me ha llamado.
Si, veo que no me has llamado nada. ¿No, no te llame porque estamos acá mil toma, mira, agarra este número, anda a hacerte los preocupacionales, que son los preocupaciones? Decía yo, ni tenía ni idea. Pero bueno, me voy, me echo así esto, la cosa que me hace hacer los. Y entro a trabajar ahí. Cuando entra a trabajar Megatoni, yo empiezo a cobrar bien, porque los sueldos realmente eran buenos. Vos cobrabas ahí bastante bien. Entonces yo cobraba y le mandaba todo el dinero a Caro para que sane.
[00:41:04] Speaker D: Allá, para pagar los descubiertos de los.
[00:41:06] Speaker B: Bancos, para pagar todo. Yo no tenía. En esa época se usaba cospel para trasladarse aquí en los colectivos, en el Troll no tenía ni para comprar un cosplay. Me manejaba a pie, toda la hora a pie. Te daban unos vouchers para comer en el trabajo usábamos eso. Y yo de lunes a sábado trabajaba ahí, el sábado tomaba el colectivo, me iba a Santiago hasta el domingo a la madrugada y volvía aquí.
[00:41:33] Speaker D: Durante 10 meses más o menos así.
[00:41:36] Speaker C: Trabajando para pagar deudas.
[00:41:38] Speaker A: Para pagar deudas, o sea, 10 meses estuviste dando vuelta con el tema de la librería y 10 meses más en.
[00:41:44] Speaker D: 21 en total, porque lo de la librería ha sido tres semanas.
[00:41:50] Speaker C: Entonces 10 meses. Todo por una desorden financiero, por un despilfarro económico detrás de sostener una vida social ficticia. Ficticia y una comodidad innecesaria dentro de.
[00:42:05] Speaker B: Su presupuesto y que no queríamos pagar el precio de ajustarse.
[00:42:11] Speaker C: Ahora teníamos giro en descubierto, tarjetas de.
[00:42:14] Speaker B: Crédito detonadas, muchas tarjetas.
Seis tarjetas de crédito seis.
[00:42:20] Speaker C: Y tenías vos también tus tarjetas y tarjeta de crédito descubierto.
[00:42:27] Speaker B: Descubierto sin plata en el bolsillo.
[00:42:29] Speaker C: Los servicios, impuestos y servicios atrasados también.
[00:42:32] Speaker D: Los de renta, lo único que no estaban atrasados los que te cortaban la luz, pero los demás sí.
[00:42:38] Speaker A: Y deudas con personas físicas así no.
[00:42:42] Speaker B: Gracias a Dios en ese aspecto, pero sí debíamos.
[00:42:45] Speaker D: Nunca hemos llegado a las financieras, pero si a las tarjetas y los bancos pagando mínimo. Obvio que nuestros padres siempre ayudaban, o sea, nos daban buen tomar. Esto para la comida. Una vez el techo nos llovía en pleno cumpleaños de una de las chicas, llovía más adentro que afuera. Y hemos tenido que ir a vivir un mes en la casa de mi papá y mi papá pagando los albañiles para que nos arreglen el techo, ¿Entiende? Entonces no teníamos.
Eran cosas a veces humillantes, no teníamos como para.
Era una vida totalmente visto cuando vos dices, che, tiene zapatillas de marca, pero tiene techo de.
[00:43:29] Speaker B: Esos desorden que no lo veíamos todavía. Entonces en esa oportunidad Caro dice, che, ya veíamos que Cynthia, mi hija menor, empezaba un poco a.
A sufrir esto de la separación que teníamos como familia.
Me dice, no está bien que tengamos mucho tiempo más o tomamos una decisión. Y me dice, yo he conseguido aquí en Santiago un trabajo para vos.
Te van a tomar la entrevista un día domingo, me dice, porque saben que vos estás trabajando megatones, así que te van a tomar. Y el puesto era administrativo en mi vida y hecho un trabajo administrativo. Pero bueno, me voy a Santiago, toma. Me dice, bueno, si, presentate el otro lunes.
Cuando me presento renuncio en Megatón. Yo le digo, che, me voy porque me consiguió un trabajo en Santiago. Me vuelvo, los despido todos, la verdad que han sido gente muy querida para mí.
Y me vuelvo a Santiago. Entro el lunes a trabajar, estoy todo ese lunes y a la noche me habla el gerente, me dice, che, la verdad que no, no es el perfil que buscábamos porque no has podido hacer ni esto ni esto, te tenés que.
[00:44:43] Speaker A: Ay chico, me imagino ese momento tremendo.
[00:44:48] Speaker D: Verlo llegar, sacarse la corbata y me han corrido.
[00:44:59] Speaker C: Y cómo salimos adelante esto.
[00:45:01] Speaker B: Y muy humillante para mí fue tocar piso, porque uno se cree y el señor te hace tocar piso.
Entonces en ese momento Caro quizá ese.
[00:45:21] Speaker D: Es el momento de quiebre que uno o el señor buscaba tener en nosotros.
[00:45:28] Speaker B: Porque para mí decir che, has entrado a trabajar, qué lindo, qué bueno, no, ya me han corrido pero no ha durado ni un día, no consiguió. Agarro el teléfono, lo vuelvo a hablar los de Megatones. Che, mira vos, sé que me ha pasado esto, ¿Vos crees que yo pueda volver?
Y mira, la verdad que nos dejó en banda, me dice, justo para el día de la madre. Dice, no, no se, voy a hablar con el gerente, pero no creo.
Bueno, ya está.
Y en ese entonces yo digo, bueno, si no se puede esto y vemos que en Córdoba también había una linda oportunidad para poder. ¿Por qué no buscamos y ponemos la librería allá en Córdoba?
Dice, aprovechando que nuestro amigo que era el que me hospedaba se iba a casar.
Me dice, vayamos dos, tres días antes, busquemos un lugar y si en una de esas el señor nos da donde alquilar, pongo ahí. Y bueno, arrancamos ahí soñando de vuelta.
[00:46:32] Speaker C: Y ahí vinieron todos.
[00:46:34] Speaker B: Y ahí vine.
Bueno, ahí.
[00:46:37] Speaker D: Esa es una historia muy linda, ese casamiento de Gustavo.
Y empezamos a buscar y vimos un salón al lado del colegio San Jorge en Maipú.
Y la verdad que era como un sueño inalcanzable, al lado de un colegio, una librería. Está bárbaro.
Y vemos como el señor abre puertas, porque primero nos dice la comisión, ¿No? Que ya está reservado. Y después nos habla y nos si, el salón puede ser para ustedes.
Entonces es como que decimos, bueno, si el señor nos abre las puertas, nos venimos a Córdoba y alquilamos ese lugar y ponemos una librería.
¿Y lo más grandioso en ver la mano del señor como nos iba cuidando, es que decimos, bueno, tenemos que poner la librería, pero dónde vamos a vivir? No teníamos ya.
[00:47:27] Speaker C: ¿Y no tenían trabajo?
[00:47:29] Speaker B: No, no tenemos nada.
[00:47:30] Speaker D: Ella trabajaba ya las 4 horas, pero le iba a pedir licencia y me.
[00:47:37] Speaker B: Había venido aquí para armar la librería que quería poner a la de colegio, que al 100% estaba seguro de que iba a andar, porque a la de un colegio, una librería tiene que andar, ¿Cómo no va a andar? Hablo con mi proveedor que le había comprado los rollitos de fax y le digo. Él dice sí, no hay problema que se me llena el negocio de la librería con toda la mercadería de él.
[00:47:57] Speaker D: Pero espera contar la anécdota.
[00:47:59] Speaker B: Y bueno, pero la cosa era que comprábamos, alquilamos y dice bueno, vamos al frente a tomar un café y vamos a ver dónde vamos a vivir, porque no teníamos, sabíamos dónde vivía. Alquilaron el local sin saber dónde vivía.
[00:48:13] Speaker D: Entonces si teníamos en claro que íbamos a alquilar nuestra casa de Santiago y con ese alquiler íbamos a pagar el alquiler de la casa de Córdoba o de donde estemos. Y en teoría con la venta de que se haga de la librería, íbamos a vivir y pagar el alquiler del SAL.
[00:48:29] Speaker B: Claro, la cosa es que empezamos. En esa época había el diario, abrimos los clasificados del diario, empezamos a ver un departamento en el barrio Los Gigantes.
[00:48:39] Speaker D: Ponemos, no conocíamos nada.
[00:48:42] Speaker B: Va el otro en el barrio de allá.
¿Bueno, pero con dónde será?
¿Por ahí? Ella ve y dice, mira, dice Maipú 58.
[00:48:53] Speaker D: No, Maipú 44.
[00:48:54] Speaker B: 44.
[00:48:55] Speaker D: Pero si el salón es Maipú 56. Y aquí dice Maipú 44, es el edificio de al lado.
[00:49:03] Speaker B: Y vamos, hablamos y estaba desocupado para alquilar un edificio con un departamento de tres dormitorios, dos baños, cocheras y lo alquilamos, o sea que teníamos el negocio.
[00:49:18] Speaker D: Al lado de el departamento y las chicas las inscribimos en el Colegio San Jorge, o sea que estábamos en dos metros.
[00:49:26] Speaker A: Todo súper práctico para ustedes que el.
[00:49:30] Speaker D: Señor nos ha cubierto, el Señor cesante.
[00:49:34] Speaker C: Actitud de salir adelante, buscar trabajo permanente. ¿Pero dónde empezaste el quiebre de eso a partir de ese momento? Humillación. ¿Y cuáles fueron los primeros pasos o cambios respecto a ordenar su finanza? ¿La pregunta en realidad es cómo salimos adelante, cómo se sale de esto?
[00:49:53] Speaker B: Bueno, ahí cuando estábamos con la librería en Córdoba, ya andando, empiezan las clases, yo con todo el entusiasmo, todo, venían un mapa, dos lápices, yo tenía que vender 50 mil pesos para andar y vendía 500.
Y yo digo mira, no sé lo que va a pasar, estaba en una oportunidad mi cuñado ahí junto, no sé lo que va a pasar. Le digo pero si el Señor nos ha traído hasta aquí, nos ha hecho esto, de alguna manera me va a sacar, no te miento. Termina de decir eso y suena el teléfono de Megatone pidiéndome si no quería volver porque estaba necesitando una persona en la sucursal que tenían en Sagrada Familia.
Y yo digo bueno, déjame que hable con mi señora, pero no creo la verdad, pero ya voy a hablar con ella. Entonces cuando cuelva le digo mira Caro, me están ofreciendo megatones, volvé el parchazo más chico que me ha pegado me anda por favor. ¿Por qué era lo que estábamos necesitando.
[00:50:57] Speaker D: Que necesitamos un ingreso fijo, pero cómo vas a hacer? Y yo me quedo sola en el negocio y yo me tenía que quedar sola en un negocio.
[00:51:07] Speaker B: Entonces bueno, eso ha hecho que nos empiece a dar oxígeno de vuelta. Yo volví a trabajar en Megatón, estuve ahí como dos años y medio más tres, no me acuerdo, y con eso pudimos empezar a salir. Pero aquí también uno ya empieza se nosotros acá nos congregamos en una iglesia también que es de Rincón, empezamos a hacer amistades con otras personas de nuestra edad y también a ver otras realidades, donde ahí empezamos a mirar y ver los buenos amigos, cómo nos hacen ver que esto no es lo normal, una.
[00:51:48] Speaker D: Vez se nos acercan personas.
[00:51:53] Speaker B: Uno era Rubén, Rubén. Una vez hemos quedado en un bar que era del parque, una vez hasta las 4 de la mañana hablando y haciéndonos ver que lo que nosotros vivíamos.
[00:52:06] Speaker D: No era lo normal, normal, que era ficticio lo que vivíamos.
Y la verdad que Dios lo ha usado mucho a él para empezar a entrar luz.
Es como que empiezan a caer velos que teníamos que no nos dábamos cuenta.
Y darnos cuenta de tanto error, de tanta práctica que uno no agradaba, nos honraba a Dios y no nos dábamos cuenta.
[00:52:32] Speaker B: Después teníamos un amigo en Nunquillo que él nos decía, mira, lo poco que el Señor te dio es para que lo administres y vos lo tienes que cuidar, no lo puedes descuidar. Si él te ha dado ropa, si te ha dado autos y te ha dado lo que te dé es para administrarlo. Y si vos no administras bien Señor no te va a dar más porque no sos un buen administrador. Cosas que uno le empiezan a carcomer.
[00:53:00] Speaker D: Y una vez él nos ofrece, en esa época había los MP y nos dice te voy a compartir de Daniel González para que escuchen, él habla de la administración. Y empezamos a escuchar con Ale de la administración. Y ahí es como también un punto muy de quiebre, darnos cuenta a través de la palabra.
[00:53:24] Speaker B: El desorden, el desorden.
[00:53:26] Speaker C: Que teníamos, qué medidas prácticas de finanza administración comenzaron a aplicar.
[00:53:32] Speaker B: Hay uno de nuestros buenos amigos me había ofrecido en una oportunidad, me dice mira, si vos quieres yo te puedo prestar este dinero para que san los.
[00:53:42] Speaker D: Bancos, porque el banco no te.
[00:53:45] Speaker B: Digo no, que me voy a meter. Yo entiendo que las amistades son las amistades.
Y en otra oportunidad me vuelve a ofrecer y ahí le digo bueno, si me vuelve a ofrecer lo voy a.
[00:53:58] Speaker D: Aceptar, me he ido, pero vendemos el auto para pagar la deuda. Tomamos la decisión de comodidad y decir no debo tanto en tres bancos.
[00:54:11] Speaker B: Entonces vendemos el auto, nos prestan ese dinero, agarramos las tarjetas de crédito y literalmente le pasamos la tijera, la cortamos a todas las tarjetas las cortamos mal y bueno, ahora vamos a vivir con.
[00:54:24] Speaker D: Lo que tengamos, vamos a vivir la.
[00:54:26] Speaker B: Realidad y con lo que tengamos.
Y ha sido un tiempo bueno de poder acostumbrarnos también al no tener y.
[00:54:36] Speaker A: Disfrutar al tener contentamiento.
[00:54:40] Speaker B: Exactamente, porque nosotros, por ejemplo, nos invitan, hay un cumpleaños de 15 en Altagracia, bueno, nos tomamos un colectivo y nos vamos hasta allá y después volveremos con alguien que nos traiga o buscaremos a alguien y si no volvemos en colectivo, o por ahí nuestro amigo de un kisho nos decía, che, ¿Quieren venir a pasar el día aquí? No íbamos en colectivo, nos empezábamos a manejar como el normal de las personas, que no nos iba a detener eso, ¿Me entiende?
[00:55:13] Speaker D: Entonces en vez de empezar, bueno, sí vamos a salir a comer un lomito, empezar a cambiar, che, ¿Quieren que nos juntemos en casa y hagamos la canasta? Entonces empiezas a ver que no pierdes la parte social, pero lo haces a lo que puedes.
[00:55:29] Speaker C: Es que cambió su comprensión de las posesiones, de la administración. Dijiste Dios nos da las cosas, hay que administrarlas. ¿Suele pensarse que la cuestión financiera se arregle con cambios conductuales?
Bueno, si empiezo un plan de ahorro, un presupuesto o consigo un mejor trabajo. Pero no has demostrado que teniendo trabajo, consiguiendo siempre lo mismo, el desorden estaba.
Porque no es un cambio conductual solamente lo administrativo, sino primeramente un cambio interno de mi mirada hacia el dinero.
[00:56:03] Speaker B: Exactamente. Vos podés ganar muy mucho dinero, pero si lo gastas todo, sos un pobre.
[00:56:10] Speaker D: Hay algo que no quiero dejar pasar, que en esos MP, miren que nosotros somos de Cuba Cristiana, por decir así, en ese MP recién he tenido luz en cuanto a la ofrenda, porque a veces uno o nos pasaba eso, separamos a ver así el estilo de mi papá trataba de buena comida esta ofrenda, pero cuando no teníamos para comer, sacaba de la ofrenda.
Entonces al empezar a escuchar, volver a escuchar y tener luz en eso de la ofrenda, entender que le estaba robando el Señor y empezar a darnos cuenta en eso. Y eso también ha sido muy importante.
[00:56:58] Speaker A: Muy sanador en este proceso de nuevos hábitos.
¿Si bien nombraron algunas personas que fueron claves para ustedes en el proceso, también tuvieron que necesitar ayuda de algún tipo de rendición de cuentas con alguien, lo que sea, o pudieron?
[00:57:13] Speaker B: No, no, en ese aspecto las personas que nos habían ayudado, yo siempre he tenido una actitud de aprender, de ver qué es lo mejor que están haciendo los demás para que yo también pueda hacerlo, o sea, por qué veo que en él hay esto y yo no lo he adquirido, o yo empezar a ver situaciones en donde yo de todas las personas con las que me rodeo, sean de cualquier clase de social o nivel, aprender de ellos.
Con esto yo lo que les quiero también comentar, en una oportunidad cuando ya habíamos saneado el tema de las deudas, ya estábamos tratándonos de encaminar bien, de sacarnos la deuda, el negocio donde estaba caro, que trabajaba ella, yo en Megatone, hay una historia linda ahí que se podría contar, la de Pablo Rodríguez, bueno, ella estaba sufriendola, perdón, sí, yo sufría.
[00:58:17] Speaker D: Y anotaba en un diario y le decía señor, ¿Sabes que? No me gusta estar en el negocio tantas horas, no es lo que quiero, quiero trabajar en un colegio como lo hacía en Santiago y lo tengo anotado, estaba ahí sola en el negocio y aparece, en ese entonces había sido director de las chicas del San Jorge y se acerca, entra y me carolina, me he acordado que vos habías trabajado en un colegio en Santiago, tengo para ofrecerte en Santo domingo como recepcionista de 7 de la mañana a 3 de la tarde.
Entonces yo quedó paralizada y después le digo a Lale no, pero mira, me ha ofrecido y no es eso lo que le pedías al Señor y te lo está dando en bandeja, literal, como lo has pedido. Así que ahí hacemos un cambio y yo entro a trabajar en el colegio en el cual sigo y el ale deja, en ese momento estaba en ama.
[00:59:24] Speaker B: Y se viene a trabajar y vuelvo a tener mi libertad.
[00:59:29] Speaker A: Es como que el Señor ha trabajado un tiempo en cada uno, porque era necesaria, como esa prénica del rendite del olivo y después cumpliendo tus anhelos y los tuyos, porque vos no querías, ¿No?
[00:59:43] Speaker B: Y el Señor me llevaba, ninguno de.
[00:59:45] Speaker D: Los dos estaba donde quería estar en ese momento. El Señor ha trabajado en cada uno en esos momentos no era el trabajo.
[00:59:52] Speaker C: No era el dinero, había que cambiar el corazón y para eso hay que.
[00:59:56] Speaker B: Humillarse y muy fuerte, porque el Señor o te humilla o te trabaja hasta que te humilles y hay que aprender también de todo eso.
[01:00:07] Speaker D: Pero el Señor en medio de esa humillación, quiero destacar que ha usado a tantas personas y situaciones como que él nos decía, sé por lo que están pasando, pero estoy, por ejemplo, perdón, una vez Alemania, tengo todas las camisas rotas, los cuellos Bueno, vamos a orar, vamos a orar porque no, no podemos comprar.
Y al otro día viene una amiga, me trae seis camisas.
Después otra situación, estábamos por comer.
[01:01:00] Speaker B: Y.
[01:01:01] Speaker D: Yo le decía al Señ oye, Señor, qué triste comer un fideo con aceite en un domingo.
Y suena el teléfono. Pero chico, era así, yo decía ese pensamiento. Y a los 5 minutos suena el teléfono y nos carolina, ¿Que están por almorzar?
Y yo para no ser menos, tallarines, estoy por hacer tallarines.
Y me ¿Por qué no se vienen a casa? Estoy haciendo un asado, vénganse los cuatro a casa, estoy por hacer un asado, Trin.
[01:01:34] Speaker B: Suena el timbre. Ahí nomás me he ido, o sea, ni siquiera lo pensé.
[01:01:40] Speaker C: Y todo este cambio, pero, o sea, era como.
[01:01:44] Speaker D: Vos estás pasando por un proceso muy doloroso, pero el Señor está ahí, está ahí movilizándote en todo, está ahí.
[01:01:56] Speaker A: Es muy loco porque realmente Dios, o sea, esto que decís, Caro, en medio del proceso, en medio de este tiempo que debe haber sido muy duro, más cuando uno tiene hijos, ¿No?
Esos detalles de Dios, de esto, ahora entiendo lo que decís, cuando querés expresar yo estoy en esto, yo estoy. Pero es necesario, ¿No?
[01:02:20] Speaker D: Que Él nos mostraba eso. Estás pasando por lo más feo, pero estoy, estoy aquí, no es que estoy ausente.
[01:02:26] Speaker A: Wow. Esta semana aprendíamos de que Dios no es solo un padre bueno, sino un buen padre.
Y de eso se trata, de que Dios no es que nos da, nos da, nos da, nos da como un padre bueno que quiere dar, sino que al ser buen padre, es necesario que pasemos por.
[01:02:47] Speaker B: Muchas personas, tanto como el pastor Daniel González, que es esta persona que se dedica a eso, a hacernos ver a otros ejemplos de amigos que teníamos y de gente que nos rodea.
Y eso también ha servido mucho para reaprender a lo que nosotros, como cada uno venía con su mochila puesta de su infancia o de su crianza.
Y yo cuando aprendo todo esto y veo que no es así como uno lo veía, digo yo, esto como no se enseña, ¿Como no lo enseñamos esto dentro de los colegios, de las escuelas, esto yo a mis hijas le tengo que enseñar de alguna manera, porque si bien ellos van a pasar por su propio proceso, quisiera que vayan con una mejor base de la que yo a ver, no juzgándolo a mi familia, porque han hecho lo que han podido, mientras en sus limitados conocimientos han podido hacer, pero yo al tener este conocimiento digo lo voy a hacer? Entonces en una oportunidad en el kiosco, donde ya no era librería, sino ya se había mutado a un kiosco porque andaba mejor el quiosco que la librería, entonces se convirtió totalmente en un quiosco que andaba bastante bien.
Les digo, bueno, miren, yo les dejo aquí un cuadernito con un pequeño libro diario donde tiene entrada, salida y saldo. Le digo ya al fondo. Claro, a mis dos hijas y en el fondo de la tapa les pongo un sobre donde fíjense que siempre tiene que quedar algo, si no hay nada dentro del sobre porque algo no están haciendo bien.
Entonces se lo doy a cada uno y tratábamos siempre de ir dándole para que ellas aprendan a ir administrando con el afán de que no pasen por lo que nosotros estábamos pasando con la.
[01:04:57] Speaker C: Idea de cortar todas estas herencias generacionales traían ser eslabón que cambia.
[01:05:03] Speaker B: Exactamente.
[01:05:03] Speaker C: ¿Y qué otra buena práctica o enseñanza pudieron transmitirles a sus hijas?
[01:05:10] Speaker B: Bueno, ahí al ver que nosotros empezamos a vivir genuinamente con lo que ingresaba y ajustarnos a nuestro presupuesto, empezamos a hacer un presupuesto, que el presupuesto justamente es para eso, para tener un anticipo a lo que vas a gastar o lo que deberías gastar para mantenerte y no te tenés que salir de ese presupuesto. Por eso se llama lo presupongo, qué es lo que voy a gastar.
[01:05:41] Speaker D: González escuchábamos, no es bueno sacar en cuotas y nosotros ahora somos medio enemigos de sacar en cuotas, porque si bien ponele, yo ahora sí tengo, yo soy digamos, empleada, pero vos no sabes, González te dice, y es verdad, uno como cristiano, vos no sabes, hoy estás, mañana no estás. Prescindente, porque me voy a endeudar en 12 cuotas si no sé.
Entonces González decía, bueno, si lo sacas por alguna cuestión financiera que convenga algún descuento, separala, la plata tenela, pero no presupongas que vos por 12 meses vas a poder pagar eso. Entonces esa también ha sido una buena práctica. ¿Antes sacábamos cuotas hasta la comida en cuotas, súper en cuotas en 6, no?
[01:06:33] Speaker A: Ahora vos seguías pagando el fideo que habías comido hace seis meses. Qué barba. Claro, pero esto que ustedes dicen es moneda corriente, no es otra buena práctica.
[01:06:46] Speaker D: Que bueno, él me lo ha ido enseñando, no sé si está bien o no, algunos no comparten, pero a veces para Navidades cumple, no endeudamos con wow, semejante regalo. No, no, porque me termina pagando regalo de Navidad hasta julio. No, prefiero hacerte una rica torta de corazón, una pasta frola. ¿Pero por qué? Si no estoy pudiendo.
Un regalo costoso no quiere decir que te quiera menos.
[01:07:13] Speaker B: Entonces nos hemos puesto de acuerdo primero.
[01:07:15] Speaker D: Entre nosotros, no nos ofendamos los aniversarios, los cumpleaños, no nos regalamos, no nos.
[01:07:20] Speaker B: Regalemos nada porque es un dinero. Si vos te quieres comprar algo después, ahora que podés, bueno, hacelo, pero no nos regalemos para endeudarnos, para demostrarnos.
Y después en un momento que ya con esto podríamos ir viendo después que ahí termine el señor, de ir amasando mi vida, vamos a decir en una oportunidad.
El kiosco empieza a decaer sus ganancias.
[01:07:47] Speaker D: En el 2008 2009, el Día del campo empieza la economía otra vez a nos cortaban la luz, ¿Te acuerdas? Había cortes de ocho horas, perdíamos los helados, las gaseosas no estaban frías.
[01:07:59] Speaker B: Ha sido un tiempo difícil y el negocio empezó a no ser rentable.
Entonces volvemos al último aviso que llegaba la luz, no la podíamos pagar, literal. Y que volvíamos con este tema de que no nos cerraba. Y yo en la desesperación en un momento, porque ya había pasado que nos iban a llegar el último aviso. De ahí tenés dos días más o menos hasta que viene el camioncito con el policía y los de PEC para cortarte la luz y te llegan a cortar después un un lien, volver a recuperar todo eso. Entonces cuando yo veo que ya está por llegar eso, salgo a la vereda, lo ve al camión, lo veo al camioncito, le digo, este está por venir aquí seguramente. Me doy vuelta y lo veo a una persona que vende, junta cartones y los acumula y él duerme sobre los cartones para que no se los roben de noche. ¿Y los vendedores me llegó a él, le digo, mira, le digo la verdad que estoy apretado, le digo vos que me conocía porque éramos de ahí, me dice vos me prestarías un dinero para que yo pueda pagar la luz a la tarde? Yo cuando termine vender te devuelvo.
Y el tipo agarra, saca del bolsillo un fajo de dinero, un cartonero chicos que tenía y me dice ¿Cuánto necesitas? Y yo creo que con 15 mil pesos voy a andar bien.
Cuenta, me da los 15 y me los presta.
Y yo digo no, insólito aquí, aquí hay algo que yo no estoy haciendo bien, digo, no por menospreciar el trabajo de él ni nada, pero yo tengo semejante estructura, todo esto, y no estoy pudiendo cerrar los números y esta persona me está prestando a mí. Entonces yo vendo todo. Ese día le digo Caro, anda, pedí permiso en el trabajo, anda, paga la luz por favor que nos van a cortar. Le doy el dinero, va, paga la luz, le devuelvo al tipo y de ahí más nosotros empezamos en un proceso donde nos piden el salón, los del colegio nos piden el salón porque iban a agrandar una oficina que era de donde se alquilaba ese salón.
Y me quedo de vuelta sin nada, yo en casa y ella en el trabajo y yo de vuelta sin saber qué hacer. Ya con 43 años, 43 años, ¿Quién me iba a recibir?
Y ese tiempo para mí ha sido realmente muy difícil porque el señor seguía trabajando cosas, yo veía que ella iba a trabajar y yo me quedaba en casa. Y digo no puede ser, tiene que ser al revés, soy yo el que tengo que ir a trabajar y ella queda en la casa y no sabía qué hacer.
Y en ese entonces Dios usa la.
[01:10:56] Speaker D: Misma persona que él había usado para darme el trabajo a mí en el colegio en el que estoy, la busca la misma persona y esa misma persona lo busca Ale y le tengo para enseñarte vender por Internet.
Estoy dando un curso que voy a ir. Y bueno, yo siempre insiste entre digo anda, anda que te va a servir para algo.
Y bueno, y así empieza la nueva historia, que después Ale empieza a trabajar por cuenta propia, vendiendo por Internet.
[01:11:30] Speaker B: Yo me escucho con él, lo hablo y él me dice che, mira, la verdad él era una persona muy inquieta, es una persona muy inquieta y me yo estoy vendiendo pupitres por Internet para los colegios, si vos me quieres ayudar, vamos a mitad mitad, al no tener nada, pero venga. Y ahí empiezo a aprender también todo lo que él hacía. Y empezó a investigar, a consumir más tutoriales en todo. En esa época no había tanto como ahora, pero había mucho material. Él compraba también cursos donde podía ir aprendiendo que donde yo también lo recibía y gracias a Dios a través de eso me empezó a dar cuenta de que hay otras realidades donde uno puede seguir creciendo sin tener tantos costos fijos, como lo que era tener un negocio. Hoy yo veo un comercio. Es como cuando vos te has quemado con el que ve la vaca, se.
[01:12:25] Speaker C: Quema con leche, Ve la vaca y llora. Pero ahora, digamos, este nuevo emprendimiento ya finalmente fue con otra perspectiva, con visión, habiendo aprendido de tantas lecciones y Dios le permitió soñar y cumplir muchos sueños, ¿Verdad?
Creo que por ahí podemos cerrar con este último sueño caro que tenías, que Dios se los cumplió.
Y sin deudas ya, ¿No?
[01:12:46] Speaker D: Y sin deudas.
Yo soñaba poder hacer un viaje juntos como familia, con las chicas, con el nieto, conocernos a Disney.
Y bueno, hemos estado casi dos años, entre comillas, incómodo, o sea, cuidándonos, viendo más de cerca la economía, gastar menos y poder hacer ese viaje que Dios nos realmente ha sido un regalo poder viajar y sin deudas, terminar el viaje.
[01:13:21] Speaker C: Y no deber nada.
[01:13:22] Speaker D: No deber nada.
[01:13:23] Speaker C: Qué lindo.
[01:13:23] Speaker D: Porque tenerlo pagado de antes.
[01:13:27] Speaker B: Justamente.
[01:13:28] Speaker C: Si tuvieran que resumir toda esta vivencia que han tenido, y quizás pensando en la frase, en la palabra mutación, que tuvo que morir en ustedes para finalmente experimentar esta transformación, no sólo económica, porque no hablamos como de prosperidad, sino del corazón, ¿Cuál fue que tuvo que morir.
[01:13:51] Speaker B: Para mí, en mi primer lugar, creo que es el orgullo? El orgullo que uno creía que al tener, ser propietario o dueño de algún emprendimiento o empresa, algo, vas a ser una persona exitosa. Y realmente no pasa por ahí.
Creo que el mayor éxito que puede tener una persona es primero tenerlo a Dios y después tener una buena familia. Y tener una familia que te espere y te quiera, y cuando llegues sea un hogar. Y no tener ese equilibrio entre tener una buena familia, un buen ingreso, es un trabajo que se tiene que hacer desde muy temprano en la vida.
Y quizás lo que me desesperaría más por dejar es cuiden su economía, porque es uno de los lugares en donde más vulnerables vamos a ser si nosotros no somos diligentes. Hay un proverbio en la Biblia, en Proverbios 10, donde dice que el negligente, a ver si lo tengo por acá para que no lo quiero leer mal, pero dice.
Dice pobre es el que trabaja con manos negligentes.
Mirá vos, dice pobre es el que trabaja con manos negligentes. Por más que trabajes en algo que te dé mucho dinero, no dejase pobre, más la mano de los diligentes enriquece. Eso está en Proverbios 10 4.
Y la verdad que si uno tuviera que resumir en eso, es que el Señor nos manda que seamos diligentes con lo que nos da. Todo es de Él y nosotros solo somos administradores. Y nosotros no hemos sido buenos administradores en el hogar, no hemos sido buenos administradores en nuestra economía, hasta que Él nos ha hecho pasar por muchas situaciones. Nosotros hemos resumido mucho, pero hay muchas situaciones muy lindas para contar donde veíamos la mano del Señor, como Él te va llevando para un lugar donde te dice esto no está bien y esto sí. Y hoy lo que me encantaría dejarle a las personas que nos pueden escuchar, toma el toro por la sasta, hace un presupuesto, ajustate ese presupuesto y sépará por más que te cueste un 10% para Dios, si lo quieres dar y si no sos cristiano, no lo des, pero otros 10% para vos.
Tenés que vivir con el 80% de tus ingresos y el otro 20 lo tenés que destinar a tus ahorros y.
[01:16:46] Speaker C: A Dios gracias que un consejo pensaba ya cerrando, decía David en Salmo 39 que ciertamente el hombre es como una sombra, amontona riquezas, dice en vano se afana, pero no sabe quién las va a gastar. Y él decía ¿Dónde voy a poner mi esperanza? Mi esperanza está en ti. Y bueno, todo este afán de mantener las apariencias, de sostener una vida que finalmente es espuria, Dios tiene que humillarnos para recordar lo que verdaderamente es eterno y que nuestra esperanza tiene que estar en algo que perdure para siempre.
Gracias Caro.
[01:17:23] Speaker A: Gracias Alex, Gracias por este tiempo.
Los invitamos a que vayan a las redes sociales Muta Sión con s Sión, así también pueden conocer un poco más quién es Caro, quién es Ale, que comenten que es y si tienen preguntas también que ya vamos a abrir la espacio de preguntas, que las hagan y podemos ir respondiéndolas en la semana.
[01:17:46] Speaker B: Bueno, ha sido un gusto. Muchas gracias.
[01:17:49] Speaker D: Gracias por todo.
[01:17:50] Speaker C: Gracias. Dios le bendiga.
[01:17:53] Speaker A: Esto fue una producción de la Iglesia Encuentro con Dios, ubicada en Malvinas Argentinas, Córdoba Capital. Si te gustó este episodio, nos encontramos en Instagram como Muta Sion para que nos escribas y conozcas a los protagonistas.