Episode Transcript
[00:00:01] Speaker A: Mutación es el eco de historias que revelan cómo Cristo convierte el dolor en propósito y la prueba en testimonio.
[00:00:08] Speaker B: Porque donde hay un encuentro con Dios.
[00:00:10] Speaker C: Se producen grandes transformaciones y la vida cambia para siempre.
Bienvenidos una vez más. Buen día, buenas tardes, buenas noches, buenos.
[00:00:21] Speaker A: Días, ¿Cómo están todos?
Un nuevo episodio de Mutación con un invitado muy especial en este.
En este día.
[00:00:30] Speaker C: Gus, para quienes no te conocen, ¿Cómo te describiría hoy? ¿Como dirías, Gustavo, hoy?
Bienvenido.
[00:00:39] Speaker B: Qué pregunta.
Es como Einstein cuando decía, cuando no me preguntan qué es el tiempo, sé lo que cuando lo preguntan, ya no lo sé. Hablar de uno, si uno lo hace de una manera consciente, la parte más difícil.
Pero si hoy pudiese definirme en un contraste con mi pasado, creo que Gus es alguien que antes no fue.
Y si hoy pudiese definirme como cristiano, me definiría simplemente como un siervo.
Así sencillo. A veces uno para hablar de sí mismo utiliza un contraste, contrastar. A veces es más fácil contrastarse con los demás y decir soy más bueno que este y más malo que el otro. La comparación se compara, pero el verdadero contraste, creo que cuando uno lo hace consciente y de una manera más profunda, el contraste consigo mismo, en referencia a un pasado, en referencia a veces a un futuro, cuando vos estás con una expectativa de alcanzar o llegar a algo.
Pero creo que ese encuentro que un día tuve con Cristo, la transformación es profunda y hay un cambio de identidad también. Es como que te da un DNI nuevo, con una identidad distinta, algo por descubrir, algo por vivir, por experimentar, y en función de eso, simplemente un siervo. Un siervo.
[00:02:11] Speaker C: Bien. Y entonces para darle más contexto, tendríamos que entender más este contraste.
Habría que empezar a conocer esa parte de la que hoy no sos. Y mi pregunta bueno, ¿Dónde naciste? Sé que no sos de Córdoba, entonces, bueno, ¿Cómo fue esos primeros años y que te trajo a Córdoba?
[00:02:33] Speaker B: OK, niñito, te digo. Entonces, nací en San Juan en el año 1970, televisor blanco y negro a tuvo.
Fui criado en un hogar de tinte católico, católico nominal, no profesante, pero sí fui bautizado, hice la primera comunión, existe todos los pasos, hice los pasos, la confirmación no, nunca llegué a confirmar mi fe, porque no la tenía realmente algo nominal.
Fui al primario, secundario y a la edad de 18 años tomé la decisión de venir a estudiar a Córdoba. Y desde ahí estoy viviendo en Córdoba. Mi hogar estaba compuesto por papá, mamá y dos hermanos mayores.
Mis hermanos mayores, mi hermano mayor que ya no está, él me llevaba 13 años y mi hermana, la que sigue, la del medio, me lleva 11 años.
[00:03:35] Speaker A: O sea que para tu mamá iba a haber sido re difícil que te vaya. Fuiste el único que te fuiste.
[00:03:40] Speaker B: Fui el único, en un principio siempre el más chico es como que ya agarra los padres más cansados.
[00:03:48] Speaker C: Más relajados.
[00:03:49] Speaker B: Más relajado.
Yo hice muchas cosas que mis hermanos no, es como que.
Claro, hacer el más chico y con tanta diferencia. Mi mamá me tuvo a los cuarenta y pico de años un poco como que mi hermano mayor fue ese padre más cercano y muchas de las cosas que yo hice sé que ellos no.
Y una de esas fue irme de casa a los 18 años. En realidad siempre tuvo como un poco más de libertad en algunas cosas para hacer.
Ya a los dieciséis, diecisiete años era salir de mochilero y eso lo hicimos durante muchos años, por lo cual venirse a Córdoba fue una experiencia para mí, salir del hogar, empezar a vivir solo. Sí, una hazaña y después todo lo que vino aparejado con eso.
[00:04:45] Speaker A: ¿Qué te viniste a estudiar, Gusti?
[00:04:47] Speaker B: Vine a estudiar ingeniería aeronáutica.
Fue la carrera que no había en San Juan y el motivo por el cual sí o sí tenía que salir de San Juan. Yo hice un colegio técnico, o sea.
[00:04:58] Speaker C: Buscaste una carrera aquí.
[00:04:59] Speaker B: Sí, busqué una carrera que no estuviese en San Juan para tener también la excusa Y como mis padres siempre quisieron que nosotros estudiásemos, nos dieron siempre esa posibilidad. Mis papás, mi mamá estudió, ella era maestra, mi papá no. A los 11 años ya andaba trabajando.
La familia humilde, los dos venían de familia humilde. Mi mamá es adoptada. Fue adoptada por una familia que le dio la posibilidad de estudiar.
Sí, mi mamá tiene una historia terrible porque ella nació en la precordillera, su mamá era puestera, cuidaba cabras, ovejas, pasaban de Argentina a Chile y su papá nunca lo conoció. El papá real sí, a su padrastro.
Y esa familia le dio la posibilidad estudiar. Y mi papá también de un hogar bastante humilde, a los once años ya estaba trabajando y empezó a los catorce, quince años trabajar en Vialidad Nacional. Y ahí se jubiló en Vialidad Nacional, entonces nos dieron la posibilidad estudiar a los tres. ¿Y que harían? Era como un mandato familiar muy fuerte el de estudiar, porque en esa época estudiar significaba ser alguien en la vida.
[00:06:14] Speaker C: Entonces la diferencia.
Salir a trabajar.
[00:06:18] Speaker B: Sí, la diferencia de no tener un título a tener un título pasaba por ser alguien, la vida y por una posibilidad de prosperidad y de mejora.
[00:06:25] Speaker C: Y por eso estaban dispuestos a renunciar un montón, porque ir a Córdoba a estudiar a tanta distancia.
[00:06:32] Speaker B: Y de hecho el sustento.
El sustento era algo que yo tenía que lograr. Por lo menos ellos sí podían ayudarme, pero no sustentarme. Entonces también la idea era venir, estudiar y trabajar, que eso fue lo que. Lo que hice.
[00:06:47] Speaker C: Y había algo de esto que contabas, comentas de. Te agarrabas de mochilero y te iba y de nuevo, o sea, como siempre había un deseo de salir, ¿No? Te ibas todo el verano de mochilero.
[00:06:58] Speaker B: La aventura.
[00:06:59] Speaker C: Era la aventura.
[00:06:59] Speaker B: La aventura. La aventura. Un poco la aventura del joven que no ve los peligros. Porque yo hoy miro para atrás y no sé si a mi hijo dejaría ser la que no. Porque andar en la calle, en la ruta, te encontrás con. Con mucha gente.
Viajaba mucho en el tren carguero, de hecho viajaba a San Juan en el tren carguero. Era una forma de ahorrarse el pasaje, viajar gratis. Pero bueno.
[00:07:29] Speaker A: ¿Cuántas horas son en el tren?
[00:07:30] Speaker B: Y son 24 horas.
Salía de la estación Belgrano a las 6 de la mañana y llegaba a San Juan al otro día a las 6 de la mañana. Si no se rompía la máquina, si no se descarrilaba el tren.
[00:07:41] Speaker C: En un asiento.
[00:07:42] Speaker B: Como no. El tren carguero, los vagones.
En los vagones estos que llevan piedra 100%.
[00:07:49] Speaker A: Arriba. ¿Arriba?
[00:07:51] Speaker B: Sí, arriba, arriba. En verano sí podías. Arriba tiene como unos hierros, los vagones cerrados. Y vos te atás el cinto ahí para no caerte. Y vas ahí acostado, acostado, porque si no.
En las estaciones de trenes quien cuida o cuidaba en esa época era la Policía Federal. Y ellos si te ven andando por el tren, te bajan, te retienen para que no te suba el tren. Y en el tren viajan muchas personas.
Viajaban en ese tipo muchas personas. Muchas que huían de la policía o que andaba.
[00:08:23] Speaker C: Ah, el ambiente. No era el ambiente.
[00:08:24] Speaker B: El ambiente del tren también.
[00:08:25] Speaker A: Medio turbio.
[00:08:26] Speaker B: Sí, turbio, digamos, de. Todavía lo encontramos con muchas personas ahí. Tengo muchas historias, pero se nos iría el tiempo en el Parrocario.
Fuera de esto, Charlo.
[00:08:38] Speaker C: Bueno, y llegaste Córdoba con la idea de estudiar.
[00:08:40] Speaker B: Estudié Ingeniería aeronáutica, me inscribí en la Facultad de Ciencias Físicas y Naturales en toda la esquina de calle Duarte Quiroz y Vélez Arfield. Comencé el cursillo 1990. 90. 1990, perdón. En 1990 e hice el cursillo y nos quedamos en la calle. Ellos habían venido a estudiar medicina y habían alquilado un departamento con otros personajes en calle Mendoza y Colón, y otros habían terminado, era un muchacho más grande, ya se habían recibido, se estaban yendo y la idea era continuar en el departamento. Cuando yo llegué, los otros se habían llevado los muebles, todo, no había nada en el departamento, así que dormíamos en el piso. Decir que era de parque porque teníamos las valijas nada más, los bolsos, pero la idea era quedarse ahí.
Y fue la época de Alfonsín, una devaluación terrible, el austral peso y no pudimos juntar el dinero para renovar el alquiler, así que quedamos en la calle, fuimos al Parque Sarmiento a vivir.
[00:09:47] Speaker A: No, bueno, un montón. Yo no sabía todo esto.
[00:09:52] Speaker B: Estuvimos 15 días ahí y bueno, yo ahí dejé de cursar el cursillo, pero yo no me quería volver a San Juan.
Frente al lago hay como una estructura de un anfiteatro, una estructura de hormigón de cemento. Nosotros nos subimos por un árbol y nos acostábamos dormir arriba, porque abajo dormía en ese tiempo un montón de lingeras de gente que estaba en la calle.
Entonces no nos dejaban a nosotros dormir ahí, nos corrían, eran como 20, nosotros éramos nada más.
[00:10:20] Speaker C: Sí.
[00:10:21] Speaker B: Así que nos subíamos por un árbol, nos acostábamos dormir arriba.
[00:10:23] Speaker A: Es 15 días eso. ¿Su papá no tenía ni idea?
[00:10:26] Speaker B: No, no, no. Porque si mi papá se enteraba, me llevaban de la oreja San Juan, así que era bancársela como sea. Pero me daba vergüenza ir a la facultad, porque imagínate, ya no te bañas. Lo único que teníamos era una caja de leche en polvo que comíamos cucharada.
Y bueno, a deambular por la calle. Ahí fue aprendí lo que es el rechazo de aquellos que no encajan con la sociedad. Porque estaba como un linger, andaba en la calle, imagínense que no te lavaron, te peinaron, anda como podés. Y de la peatonal, la policía te corría cuando te veía experimentar lo que es el rechazo por las formas.
Yo tenía la libreta universitaria, pero no bastaba eso, era simplemente por el aspecto físico, recibir el rechazo.
Entonces bueno, toda otra experiencia porque también tengo muchas anécdotas de esos 15 días, pero yo en el cursillo conocí un muchacho de Entre Ríos, Paraná, que cursaban juntos la bebé, estuvieron lo mismo, ingeniería aeronáutica, personaje. Y un día paso para ver que estaban, porque yo no quería dejar de rendir los parciales para aprobar el cursillo y cuando me ven me decía Cacho, Cacho, ¿No estás viniendo a la facultad? No, le digo lo que pasa que me queda en la calle y le cuento, no, pará, yo voy a hablar con mi compañero y vos te venías a casa, Vos te venís a casa, qué maravilloso. Y fue así que fue un viernes me dice vení mañana, pasa de nuevo por la facu mañana y yo te digo. Y cuando llego el viernes me dice mira, yo hablé con Pancho, el nuestro loco de la guerra, y me dice que sí no hay drama, que se. Digo, nosotros nos vamos a Paraná, te dejamos la llave y vos te quedas ahí. Y digo espectacular. Terminamos el cursillo y volví. Terminé el cursillo, rendí, gracias a Dios.
[00:12:21] Speaker A: Aprobé, volví como de re difícil.
[00:12:24] Speaker B: Sí. Como fui a un colegio técnico, tenía algo de esto asociado a la ingeniería, pero después del cursado me di cuenta que no era lo mío, o sea, a mí me gustaban los aviones, pero no la física, la matemática, álgebra. Sí, la parte técnica, así que la piloté durante dos o tres años ingeniería, hasta que dije no, no es lo mismo. Yo no podía dejar de estudiar porque inmediatamente volví a San Juan.
[00:12:48] Speaker A: Claro.
[00:12:50] Speaker B: ¿Entonces era como una carga y aparte porque mis viejos me ayudaban, qué sé yo, uno sentía también la culpa, más allá de irresponsabilidad, sentí la culpa de que le estás haciendo gastar dinero? Y siempre en las noches nos quedamos tomando mate estudiar y siempre yo terminaba leyendo Freud y no ingeniería. Así que me empezó a picar el tema de la psicología y en el año 94 empecé a estudiar psicología, abandoné ingeniería y empecé a estudiar psicología. Y ahí fue otra historia.
[00:13:18] Speaker C: Otra historia. Te obnubiló toda la filosofía, el pensamiento.
[00:13:24] Speaker B: De alguna manera uno después mira para atrás y siempre en el barrio, entre los amigos. Ya en el secundario era la oreja, la oreja del grupo.
Yo siempre fui una persona más bien reservada, más bien callada, más tímida, más de pasar desapercibido, eso que viste, no gustaba sobresalir ni nada por ahí en ese tipo de personalidad como más confiable o de poco hablar, los otros se abren y Sí, sí, siempre fui la oreja. De hecho cuando empecé a estudiar psicología me di cuenta que eso sí era lo mío, era lo que me gustaba.
No me fue difícil la carrera fue fácil, la hice en el tiempo que había que hacerla, a pesar de una doble vida que llevaba.
Cursé los cinco años, hice el año de tesis y me recibí seis años.
[00:14:15] Speaker C: A los 24 empezaste.
[00:14:16] Speaker B: Y más o menos empecé a estudiar a los 24 psicología de los 30 estaba recibido.
[00:14:21] Speaker C: Y esos seis años de cursado, cómo fueron en ambos sentidos, me refiero en la conducta y también en tu mente, porque empezaste aprender a conocer pensamientos, creencias, modos de vida, filosofía.
[00:14:39] Speaker B: Eso fue como.
Bueno, claramente la facultad de Psicología, que hoy es facultad, en ese tiempo era una escuela perteneciente a la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes. Era una más entre teatro, historia, cine y TV, filosofía, bibliotecario, eran las escuelas y toda gente muy especial, interesantes.
[00:15:02] Speaker A: Hay un perfil, cada carrera tiene un perfil. Todo venía de la otra y nada que ver.
[00:15:07] Speaker B: Nada que ver, nada que ver.
Y en ese ambiente un poco más libre, más pensante, más de reflexionar, pensar, cuestionar, es un ambiente más cuestionador de las normas, de las reglas, de la sociedad.
Claro, uno cambia también su manera de ver las cosas, de pensar. Y de hecho cuando empezás a leer, inevitablemente uno empieza a hacer introspección, cuando empezás a ver las diferentes teorías, sobre todo el psicoanálisis freudiano o lacaniano, inevitablemente uno empieza a verse. Es como cuando lees un libro y te identificás con un personaje y sos parte de la historia. Bueno, cuando empezás a estudiar la teoría acerca de la mente humana, inmediatamente vos lo haces con vos y lo empezás a hacer con todo lo demás.
Y uno se vuelve insufrible, porque no puede estar hablando con un amigo que ya está, entonces ya nadie quiere hablar con vos.
Es el furor del estudiante que después se va. Porque no en vano, dicen los psicoanalistas, toda interpretación fuera de sesión es una agresión, en el sentido de que hay un contexto para hacer el análisis, para llevar adelante una sesión, que es el contexto de la sesión. Y fuera de la sesión, la vida es la vida.
Las interpretaciones se hacen siempre dentro de un contexto. Entonces cuando. Cuando uno está estudiando, está en la carrera, inevitablemente anda viendo en todas las demás cosas, pero no tiene mucho sentido y tampoco tiene validez, porque todo se hace dentro de un contexto en donde vos podés encuadrar y minimizar los errores o el sesgo de interpretación, entonces toda interpretación fuera de sesión es una agresión.
Esto también me sirve hoy mucho en día, y si puedo como hacer un nexo en la vida pastoral, después vamos a llegar a eso, me adelanto un poco, pero en el hecho de a veces lo que uno puede entender qué es el discernimiento, y hasta dónde, hasta qué punto en la persona uno decirle todo lo que uno ve, o lo que uno piensa del otro que es así, sin tener la duda o la precisión de saber de que si es algo mío, es una interpretación, es un prejuicio, o realmente es así, porque hay un contexto, hay un seguimiento y una forma y un espacio para eso, y no es lo cotidiano, en cualquier situación no lo es.
[00:17:37] Speaker C: Ahora que ya mencionas a Dios y servicio pastoral, hasta esa edad, entre los 24 y 30 años, por lo que has contado, era una persona que se llevaba mundo por delante, pero muy como resiliente, aventurero, confianza en vos mismo. ¿Cómo ibas construyendo ahí tu pensamiento respecto a Dios, al que te?
[00:18:01] Speaker B: No, Dios directamente. No estaba en mi radar.
[00:18:03] Speaker C: Autosuficiencia total.
[00:18:06] Speaker B: No, no creía en Dios. No, no creé en Dios, o sea.
[00:18:09] Speaker A: Vos crees que no existía.
[00:18:09] Speaker B: No, para mí Dios era para los pobres, para los ignorantes, o sea, el pobre que está en necesidad se aferra a Dios, y el ignorante porque bueno, no sabe que es como algo místico, algo que le ayuda en los momentos cuando no puede hacerlo, bueno, ahí está, hay un Dios, alguien, una energía, lo que sea, que le puede ayudar, pero no estaba en mi radar, porque sí, en esto de las aventuras de la calle, la noche, es como que uno se vale por sí mismo. Claro, eso me refiero, se vale por sí mismo, entonces el Dios es uno, es uno mismo.
[00:18:45] Speaker C: Y esos 15 días, por ejemplo, que estuviste en la calle, te confronta en un interior, un desafío, una lucha permanente de sobreponerte, ¿Nunca se te cruzó la idea de pedirle ayuda a Dios de nada?
[00:19:02] Speaker B: No, en ese momento no, no, para nada, era simplemente subsistir, obtener lo que uno quiere. Yo no quería volver a San Juan, por lo tanto me las tenía que arreglar como sea para no volver a San Juan, mi viejo, no se tenían que enterar, y como sea, tenía que lograr quedarme como sea, Entonces uno aprende y también el lenguaje de la calle.
El lenguaje de la calle no solamente verbal, es gestual.
Y perdés toda vergüenza.
Una de las noches que nos corrieron, la policía nos corrió del parque y nos fuimos a dormir a Ciudad Universitaria, y hay un anfiteatro ahí cerca de la escuela de teatro, y nos acostamos ahí en Trasgrada, entre los mosquitos y todo febrero. Y al otro día era despertarse y justo estaba la parada de colectivo de todos los colectivos, así que nosotros nos estamos levantando y todos bajándose de los colectivos para ir a la facultad.
Cero vergüenza.
Qué sé yo, hoy lo pienso, no sé, no lo haría, o si lo hiciese mi hijo, no sé si no lo agarraría los pelos.
[00:20:13] Speaker C: Había una cuestión interna muy fuerte de sobreponerte. Sabes que en la Biblia era como muy sabio en tu propia opinión. Confiaba mucho en lo que vos podías hacer, lo que vos podías lograr. Cero dependiente.
[00:20:27] Speaker B: Yo tuve un papá, un papá muy.
Él era violento, o sea, irrumpía en ira. Y era un papá que también a los 11 años andaba en la calle y un poco me transmitió eso.
Yo siempre tengo un recuerdo muy presente. Mi papá sabía de albañilería, de construcción, de todo, y estaban haciendo una ampliación en la casa, la estaba haciendo él y la hacía cuando venía de trabajar, él salía a las dos la tarde a trabajar, comía y se ponía en la construcción y mi hermano le ayudaba. Pero mi hermano estaba cursando la facultad, y me acuerdo, yo habré tenido ocho años, siete, ocho años, y él quería subir las vigas para que el fin de semana poder hacer la carga del techo.
Y entonces me dice a mí que le ayude. Imagínate yo con 8 años, una viga gigante, pero él dice, mira, yo le voy a tocar una cuerda, la voy a tirar por el otro la pared, yo la voy a subir, vos solo tenés que tenerla con la cuerda para que yo me suba un tacho de 200 litros y subir. Y yo me voy al otro lado, agarro la cuerdita, él la sube, me dice agarrala, y no la solté. Cuando yo agarré esa viga, pesaba para mí toneladas, y la cuerda me empezó a lastimar la mano, pero no la solté, no había que soltarla, ¿Entendés? Hasta que él se acomodó, subió la viga, qué sé yo. Cuando solté la cuerda, tenía lastimada las manos. Entonces ese recuerdo tengo muy patente de esto de obedecer, cumplir hasta la sangre y de sobreponerse a cualquier situación con tal de lograr lo que hay que hacer.
Y un poco me creía así un poco duro el dicho. Mi papá los hombres no lloran.
Si, Un consejo que él me dio en la vida fue ese, los hombres no lloran. Y me creé un poco así duro.
Por supuesto, o sea, no lloran externamente, pero sí lloran internamente.
Yo cuando tomaba mucho alcohol, bueno, en esa vida de estudiante, vivir solo.
[00:22:30] Speaker A: ¿En un momento mencionaste que tenías una doble vida, por qué?
[00:22:34] Speaker B: Porque en definitiva al principio todo consumo siempre comienza con el alcohol y era el alcohol era como una descarga.
Y cuando yo me emborrachaba en reuniones de amigos, noches de juntadas, siempre había alcohol.
[00:22:50] Speaker A: ¿En Córdoba?
[00:22:51] Speaker B: En Córdoba, sí. Fue en los primeros tiempos, cuando estudiaba ingeniería, cualquier fiesta, reunión o asado o algo, siempre había cerveza, vino, y ese era el momento en que bueno, tomaba. Pero siempre el alcohol sacaba algo de mí y era la violencia.
Cuando yo me emborrachaba me ponía muy violento.
De hecho en esa borrachera era como sacar de adentro todo el enojo y hacer cosas, pelear. Y recuerdo una noche a Chaval Rodríguez y Belgrano, en Barrio Güemes, ahí vivíamos en una pensión como 14 sanjuaninos de toda la edad, yo era el más chico y había todas las edades, gente que estudiaba medicina, ingeniería, arquitectura y nunca faltaba la de más. Juan Evido de vino. Entre sanjuanino.
[00:23:39] Speaker C: Claro.
[00:23:40] Speaker B: Y una noche estábamos ahí y hacíamos un juego de tirar los dados y que sacaba el número más bajo se tomaba un vaso de vino. Claro, las primeras veces uno pierde y después ya te hacen perder.
Cuando pasó el tiempo, yo me había tomado media dama, Juan de vino, estaba muy borracho y yo me había comprado un machete y fui, saqué el machete, entré perseguía todo con el machete, andaban todos corriendo por la calle y yo con el machete detrás para machetear alguno.
Esa locura. Sí, un machete tenía abajo de la cama.
Después me agarraron sacar el machete, me pegaron hasta abajo de la lengua y ahí me calmé. Pero tenía esos arranques.
[00:24:19] Speaker C: Claro, conecto esto de la firmeza y mantenerse hasta la sangre. El alcohol sacaba eso, pero un enojo.
[00:24:27] Speaker B: Porque en realidad la presión para un niño, la exigencia y sobreexigencia del niño.
Toda autoridad ejercida con violencia o con prepotencia sobre un niño, se transforma en un autoritarismo que es opresivo y que genera cosas. Cada persona reacciona de manera diferente ante las mismas situaciones, aún entre los hermanos, ante mismas situaciones, porque hay algo que nos hace seres individuales diferente a todos los demás. Esa es la capacidad creadora de Dios, de que aunque provengamos de la misma familia, hayamos pasado por las mismas situaciones, tengamos los mismos padres, seamos todos diferentes, porque hay algo que nos hace ser individuales. Y se ve mucho en la capacidad de respuesta.
Resiliencia recién, o capacidad de respuesta ante las situaciones, que algo muy personal, como uno se adapta o no se adapta a diferentes situaciones.
Entonces cuando empecé a estudiar psicología, ya ahí pasé el alcohol a otro tipo de sustancias, empezando por la marihuana, que el paso normal del alcohol a la marihuana.
Y ahí entré ya en un mundo más oscuro, rodearme con personas que traficaban y ya empezar a consumir cocaína, LCD, cucumelo, peyote, todo lo que había.
Mencionaba el floripondio también, que es un yuyo.
[00:25:52] Speaker A: Pero simultáneamente estudias y parezco cómo te iba bien.
[00:25:55] Speaker B: Bueno, sí, estudiaba, tenía una doble vida, porque yo alquilábamos un departamento con un amigo de San Juan, que él no consumía, que no estaba en ese ambiente ni nada. Él estudiaba agronomía en la calle Brasil, atrás del colegio de Anfunes, pero todo el consumo y la otra banda era en calle Boulevard San Juan y Río Negro.
Y nadie sabía de ese mundo que yo vivía en calle Brasil, todos pensaban que yo vivía ahí, porque pasaba mucho tiempo en ese departamento, en la calle Boulevard San Juan. Y cuando yo quería, cuando tenía esos destellos de conciencia, aparecía por la facultad cursada, estudiaba y me borraba de ese ambiente, podía rendir un parcial y después volvía y seguía con esa vida. Pero una doble vida. De hecho en ese departamento, como nadie lo conocía, por ahí guardábamos para la venta.
[00:26:48] Speaker C: Claro. Pregunta cómo sostenía si había estado en la calle, no tenía muchos recursos. ¿Como sostenías en los estudios, el alquiler, la doble vida, la fiesta, el consumo?
[00:26:58] Speaker B: Con la venta.
Sí, con la venta.
[00:27:01] Speaker A: Pero supongo que tu mamá te llamaba che, hijito.
[00:27:04] Speaker B: Mi mamá todavía no me cree. Si yo cuento estas cosas, porque yo en casa era el hijo perfecto, puro, santo y sin mancha.
Mis hermanos. ¿Yo le como algo irreal, viste? Vos contás esto y Gustavito.
[00:27:29] Speaker C: El más.
[00:27:29] Speaker B: Chico, tenía una doble vida. Sí.
[00:27:36] Speaker A: ¿Tu amigo, el que decís que no consumías con el otro que vivías, él sabía tampoco?
[00:27:42] Speaker B: No, no sabía nada. Yo después, después de mucho me fui, le conté, le pedí perdón, porque si pasaba algo él iba a ligar de arriba. Claro, si caía la policía ahí iba a ligar de arriba porque no sabía nada.
[00:27:55] Speaker C: Pero era una venta que te generaba mucha ganancia. Ganancia como para.
[00:28:00] Speaker B: Comprábamos un ladrillo de cocaína que más o menos pesa un kilo en 800 pesos en esa época, y al venderlo al menudeo, fraccionarlo y también agrandar cuando uno lo raya, vos lo compras un ladrillo duro y eso se raya y el papelito era lo que cabe en. Bueno, no quiero dar mucha información porque a veces se agarran de la información para hacerlo, pero es un capuchón de biromevic, son papelito, pero vos lo podés.
[00:28:30] Speaker C: Aumentar, lo diluyen con talco, talco, tiza.
[00:28:33] Speaker B: Escucha, con el polvo del tubo fluorescente, todo, que imagínate el daño que hace cuando vos lo aspirás y mucho más cuando vos te lo inyectás. A veces le moleamos aspirina, paracetamol, lo que sea blanco para agrandarlo. Entonces vos comprabas un ladrillo de 800 pesos y al menudo a venderlo hacías 8 mil pesos.
[00:28:56] Speaker A: Wow.
[00:28:57] Speaker B: Claro, era mucho, mucho, mucho, pero no.
[00:29:00] Speaker A: Pero vivías con una situación de adrenalina al vender eso para vos era como bueno, compro, vendo, listo.
[00:29:07] Speaker B: Al principio vos al principio capaz que te cuidas, después está en tal embotamiento mental que no te importa nada.
Cada droga tiene su.
Antes decíamos cada droga tiene su espíritu y esto hoy lo entiendo de otra forma, pero cada droga, el que consume marihuana es de una forma, el que consume cocaína es de otra forma, el que consume LCD es de otra forma.
Y la cocaína tiene la particularidad de hacerte pensar que sos como invencible y que las tenés re clara.
[00:29:43] Speaker C: Claro, o sea, esto si no, digo, realmente te iba bien, sostenía la doble vida en la facultad, tus viejos pensaban que era un buen hijo, toda esa sensación, porque era como temeraria, pero a la vez lo controlaba, seguía fomentando el quererte Dios a vos mismo se te cree que todo te iba a salir bien.
[00:30:08] Speaker B: Esto también, a ver si lo puedo explicar fácil, cortito.
Cuando la persona, la figura paterna es como invasiva, masiva, autoritaria.
Hay dos opciones, o tres, pero uno puede someterse, ser un esclavo, o puede rebelarse, ser un rebelde o puede zafar. Y cintura, que es la opción que yo tomé, ayuda un poco por un discurso materno, en donde ante el no del padre, siempre estaba tranquilo, si, lo vamos a hacer, pero vos no digas nada de mi mamá.
OK. Cosas Onza te puede explicar, por ejemplo, quería un juego ajedrez, y mi papá no hay plata que se llame más, yo te lo voy a comprar. Y eso enseña al hijo a transgredir, a especializarse en conocer las reglas, saber lo que es, ¿No? Pero todas reglas tienen su excepción.
Entonces es como esa adrenalina, al principio saben lo que no, pero hay formas de hacerlo sin que te descubran, sin que lo sepan. Y en el mundo la droga era así, siempre estar zafando, buscando que no te pille la policía, de hacer ese doble juego de que vos sos de una forma de día, sos de otra forma de noche.
Y después en el embotamiento del consumo, porque yo comencé, me fumé mi primer porro en febrero del año 1994, y para fin de año de ese año, yo me levantaba fumando un porro, después de almuerzo, en el embotamiento del porro, tomar cocaína para levantar, y a la tarde, como ya se te sale el corazón, empezaba a tomar alcohol para bajar, para poder dormir en la noche.
[00:31:55] Speaker A: Ciclo tremendo.
[00:31:56] Speaker B: Y esa era la vida. Y en todo eso, todo el agita, el movimiento de gente, gente de todas las clases, todos los tipos, de todas las edades, que consumen, que vos te rodeas, fiestas, bueno, en eso de vender te rodeo con un montón de gente.
[00:32:15] Speaker A: ¿En algún momento sentiste decir no quiero más esto, pero ya no puedo irme de esto?
[00:32:21] Speaker B: No, en ese punto siempre tenía esa salida de escape, ese departamento que nadie conocía, al cual yo pude volver, nunca me inyecté, o sea, yo tengo terror a la sangre. Medicina jamás hubiese podido estudiar dentro del ámbito de la salud, pero sí estuve con gente, por ejemplo, que ya en un grado excesivo de picarse, no encontrarse la vena y empezar a machacarse el brazo y llover sangre y salí corriendo de ahí.
[00:32:48] Speaker A: Claro.
[00:32:49] Speaker B: Y aislarme por unos días de eso.
Y después volvés. Charly García cantaba una canción que se llama Confesiones sobre el bidé y claramente habla de esto, que después del consumo, hay un momento del bajón de la cocaína, en que vos sentís culpa y decís no lo voy a hacer más. Y termina en el baño, abrazado, prometiendo, y al otro día lo volvés a hacer.
Es el ciclo. Y hay un punto de no retorno. Ese amigo Iván ya está muerto. Él murió de sobredosis hace unos 12 años atrás.
Él se picaba y fue el que se rompió el brazo picándose para encontrarse la vena.
Hay puntos de no retorno, son como líneas. Yo siempre digo, a pesar de todo, Dios siempre. A pesar que yo lo negué, que yo no creía en él, yo miro para atrás y veo. Si, veo su cuidado, veo su.
Sus alertas en decisiones que tomé, que yo digo, no sé por qué las tomé, pero que hoy me tienen vivo, por ejemplo.
[00:33:58] Speaker C: Totalmente.
¿Y que buscabas y que encontraste?
[00:34:05] Speaker B: Yo creo que siempre había un enojo interno y sobre todo con mi papá, un enojo no tratado. Creo que eso también tiene que ver con la elección de la carrera, con psicología. Muchas de las personas que eligen esta carrera buscan solucionar sus problemas. Es como que el médico, médico estudia medicina porque tiene cáncer y quiere ver la solución. No pasa, no es cierto. Uno termina diciendo que la facultad de psicología es un neuroencubierto, donde están todos los locos allí y no le son gasto para el Estado.
Pero yo creo que la carrera, la elección también era una manera de encontrarle solución a algo muy. Una raíz muy profunda.
[00:34:50] Speaker C: ¿La reconocías?
[00:34:51] Speaker B: No, no. Hoy la puedo hablar. ¿En ese tiempo te das cuenta?
Ni siquiera el consumo. El consumo y toda la vida fue una búsqueda que yo después entendí que era la búsqueda de la verdad.
De hecho mi tesis, que la hice con un compañero, tenía que ver con eso, con la búsqueda, la verdad. Y después yo encontré la verdad.
Y esa era una búsqueda que nunca se saciaba. Porque ¿Dónde estaba la verdad o el sentido de la vida? ¿En las drogas? No.
En una carrera. ¿En la introspección? No. ¿En una teoría psicológica? No. ¿En la noche, el alcohol, las mujeres? No.
[00:35:26] Speaker A: No. Te desesperaba esa idea de decir no.
[00:35:30] Speaker B: Entrando uno está en la búsqueda desenfrenada y busca, busca, busca, busca, busca. Y un día Dios tocó la puerta del departamento.
[00:35:39] Speaker A: En primer año en la facu. Segundo.
[00:35:41] Speaker B: No.
[00:35:41] Speaker C: 2000 ya estaba.
[00:35:42] Speaker B: No, el 2000 ya estaba recibido. Yo me recibí.
Me recibí en el año 2000. Perdón, fue año 2002. Ahora sí. En el año 2000, yo me recibí, empecé en el 94, en el año 2000 me recibí, me quedé como adscripto a la cátedra de Psicoanálisis, dando clases en la Facultad de Psicología, trabajaba como acompañante terapéutico y aparte tenía consultorio, entonces ya más o menos hacía clínica, psicología clínica ya tenía más o menos como definida, ya estaba en el ambiente orientación psicoanalítica, lacaniana, contacto, estaba como armando toda la vida profesional, porque yo empecé a trabajar como acompañante ya siendo estudiante, entonces ya tenía como armada, me recibí, yo seguí trabajando, no es que me recibí, empecé a buscar algo en el mío, ya tenía los contactos, más o menos tenía armadas las cosas.
[00:36:37] Speaker A: Perdón, ¿Seguías con esta vía de droga?
[00:36:40] Speaker B: Perdón. En el año 94, cuando vuelvo atrás, en ese desenfreno de despertarme, fumar un porro a la siesta, tomar cocaína a la noche, tomar alcohol y en las ventas, ese diciembre viajo a San Juan para pasar las fiestas con mamá. Mi papá falleció en 90, ella no estaba, o sea, antes de empezar empecé a estudiar ingeniería aeronáutica y ese año él falleció.
[00:37:06] Speaker A: Hicimos ahí la cronología, viniste a estudiar ahí, tu papá fallece en el año 91.
[00:37:11] Speaker B: No vuelvo, me quedo con mi mamá, mis hermanos casados ya no vivían en casa, mi mamá quedaba sola, yo me quedo en San Juan, pero en el año 92 vuelvo con ingeniería aeronáutica, continúo la carrera y en el año 94 empiezo a estudiar psicología.
[00:37:25] Speaker A: Perfecto.
[00:37:26] Speaker B: Ese año 94 empiezo el consumo y a final de año, cuando viajo en diciembre a pasar la Fiesta del año 94, cae la policía Federal a ese departamento de Boulevard San Juan, donde estaba el consumo y la ventana, y uno de mis amigos cae preso. Yo me entero en San Juan, eso me asusta muchísimo y no vuelvo hasta abril del año 95.
[00:37:50] Speaker A: ¿Cómo te enteraste, Gustavo?
[00:37:54] Speaker B: Y en ese tiempo no estaban los celulares, nada, pero las noticias viajan rápido igual por el ambiente del consumo, porque de hecho yo llevaba San Juan y vendía, entonces había un nexo entre Córdoba y San Juan de ese ambiente, y eso rápidamente se propaga, son muchos lo que pueden quedar pegados.
Entonces yo no volví y ahí sí me alejé de ese ambiente de la venta y seguí con un consumo personal.
Por eso decía que hay un punto de no retorno para algunos, en donde el tobogan es descendente hacia el final. Y para mí el punto de quiebre fue eso de la policía, de abrir los ojos y no volver durante cuatro meses y alejarme de ese ambiente, tomar una decisión de la verdad, que yo no quiero esto para mí está preso, no quiero.
Pero bueno, el consumo seguía, la necesidad seguía y eso fue durante toda la carrera, un consumo tranqui.
Y de hecho fue hasta el año 2002 en que tuve ese encuentro con Cristo. El consumo personal, marihuana y cocaína, depende del estado de ánimo.
Entonces para el año 2000 ya estaba recibido para el año 2002 y también era de otro tipo de fiestas, no tan descontroladas como las de antes, pero sí tres muchachos solteros trabajando con más recursos. Más recursos, sí, eran fiestas, era más que nada alcohol.
Pero en ese tiempo yo ya empezaba a sentir un vacío, tenía dos años de psicoterapia encima tenía el título, tenía trabajo, pero empecé a sentir un vacío y en esta búsqueda de la verdad no encontraba en todo lo que había logrado, unas cosas que había probado, pensaba en esa época había probado casi todas las cosas posible y sentía que no, ese vacío no se llenaba.
[00:40:06] Speaker C: ¿Y lo reconocías o era muy personal?
[00:40:10] Speaker B: Muy personal, estaba con gente y sentí esa angustia, viste, decir qué hago acá o no quiero estar acá haciendo cosas, o en el trabajo perder el sentido.
[00:40:21] Speaker C: Pero ni siquiera amigos. ¿Y terapias, por ejemplo?
[00:40:25] Speaker B: ¿La terapia lo hablaba, pero ibas al psicólogo? ¿Sí, sí, sí, sí, hacía psicoterapia, que de hecho un día en una terapia me dio un papelito mi psicólogo psicoanalista y decía Mateo 6 33, no? Para recordar, me pedí un papelito Y decía Mateo 73 y yo como nunca había leído la Biblia y no me pareció muy raro, lo guardé en terapia el psicólogo tuyo como alguien muy importante y lo guardé al papel y después entendí y Mateo 6 33 busca primeramente el reino de Dios y su justicia y todo lo demás o ser añadido. ¿Pero eso fue al tiempo que yo lo guardé, el papelito en la billetera y cuando esta persona se acerca y empiezo a ver la Biblia y fue muy sorprendente cómo fue ese primer encuentro? Yo nunca busqué a Dios, hace tiempo la biblioteca llena de libros de filosofía y cosas y leer la Biblia no era algo que estaba en mi radar tampoco, ni de buscar a Dios y.
[00:41:35] Speaker C: La idea de Dios tampoco.
[00:41:36] Speaker B: No, no. Para mí todo tenía que ver con un intento del hombre de buscarle solución a sus problemas en algo fuera de él, en algo más trascendente, pero no un Dios real.
[00:41:50] Speaker C: Y aparece José Marco.
[00:41:54] Speaker B: A hacer un estudio bíblico con mis amigos, que eran compañeros de trabajo en ese tiempo.
Él invitó al disimulador José Marco tanto, le picó el seso en el trabajo, le dijo, sí, anda esta tarde a casa, estaba yo, y yo le digo, pasá, subí, si te dijo que viniera en algún momento, va a volver, o sea, si querés esperarlo, esperalo. Bueno, lo espero, y en ese esperarlo empieza a hablar, y cuando empieza a hablar de la Biblia, yo internamente me río.
Justo se había comprado el interlineal en griego de Francisco, La cueva del Nuevo.
[00:42:28] Speaker C: Testamento, con Eso cayó con 9 Cristo.
[00:42:34] Speaker B: Un libraco. Así que estaba escrito en griego. Y en ese año había empezado a estudiar griego en la Facultad de Filosofía, porque yo quería leer Platón y Aristóteles, pero en griego. Sí, sí, porque en el mundo del psicoanálisis, Lacan cita mucho Platón, Aristóteles, y entonces en ese ambiente de sabiduría, saber griego era como top, ¿Viste? Y poder pronunciar las palabras en griego y decir psique, y decir lo que psique es en el griego, to match.
Entonces por ahí venía la cosa de la búsqueda esa, ¿Viste? Y cuando vi que estaba, eso fue lo que Dios usó para captar mi atención.
[00:43:15] Speaker A: Qué bárbaro.
[00:43:17] Speaker B: Nadie comenzaría hoy hablando ya desde este lado y entendiendo las cosas de Dios, nadie iría a predicarle a una persona con el griego.
[00:43:28] Speaker C: O si, es como. Claro, claro.
[00:43:33] Speaker B: Pero eso fue lo que dijo, porque sabía por dónde me iba a enganchar, donde yo me iba a enganchar con mi sabiduría humana, con unas lecciones, eran 10 lecciones de palabra de vida, donde empieza predicando y después va avanzando, ya te convertiste y después las últimas lecciones te bautizás y ya sos parte de la iglesia. El tema que había llegado el tiempo del bautismo y todo, y ya de dar testimonio, yo entendía. Nada, nos fundás.
[00:44:00] Speaker C: ¿Era real el interés o simplemente era che?
[00:44:02] Speaker B: No, después me empezó a interesar porque era un loco lindo, digamos. Estaba bueno una hora a la semana discutir y bardearle a alguien, como pelearlo.
¿Sí, era divertido pelearla y hacerlo enojar a José, José gringo, bien gringo, blanco, leche, se ponía rojo, viste?
[00:44:20] Speaker C: Así me enojé.
[00:44:22] Speaker B: Sí sí, o le hacíamos ir el miércoles a las 11 de la noche, no, yo pude el miércoles a las 11 pm y José venía 11 de la noche, sabíamos nosotros que él tenía familia, hijo chiquito y era para bardearlo nada más, pero él venía y llegó un punto ya después de tres, cuatro meses que uno decía este tipo es un fanático, está loco, los casos o es verdad, como que no había muchas opciones, que hace este chango con dos tan vana que lo agitan, o lo hacíamos sábado a las 8 de la mañana, él toca el timbre y yo me estaba acostando y se quedaba ahí y lo decíamos pasar entrado al departamento, gente durmiendo en el piso de las noches y se sentaba en la mesa y miraba, decía no muchachos, trataba de llevarnos por el buen camino y nosotros estábamos en el camino ancho de la perdición.
Pero sí, sí fue lo que a mí sí me impactó, que empecé a ver que lo que él decía lo hacía en esto de ser coherente, porque esa incoherencia es normal en la vida, aún del psicoterapeuta, el psicoterapeuta, vos vas con un problema, por ejemplo matrimonial y él te va a ayudar, pero él está divorciado, se entiende, el profe de la facu te va a hablar de la salud mental y está quemado la cabeza y no hay coherencia entre lo que enseña y dice y su vida, él te va a hablar de las perversidades y tal vez un perverso, un pedófilo, no hay coherencia en su vida, pero en el cristianismo eso es lo que impacta la vida de las personas, que hay una coherencia entre lo que vos decís y lo que vivís. Y yo vivía esa coherencia en él y eso empezó a como abrir mi corazón así che, está loco, estoy, es una truchada, o es verdad, o es verdad.
Pero llegado el mes de agosto o julio, yo viajo a San Juan a visitar a mi mamá para tiempo de vacaciones y me llevo la lección, tal vez habrá sido la 9, donde ya estaba bautizado y dando el testimonio según la lección y no entendía nada.
Y ahí sí tuve un encuentro con Dios, fue en San Juan, fue mi habitación, fue una noche que no pude dormir, que José me había regalado una Biblia y yo con eso completaba la lección y fue leyendo uno de los evangelios en la crucifixión de Cristo, que Dios tocó mi corazón. Ahí comprendí y entendí mi condición de pecador, entendí que me iba al infierno, entendí que la búsqueda de la verdad estaba en Cristo, que todo lo demás no tenía sentido, y que si yo me moría, me iba al infierno.
Fue clarísimo que yo salté de la cama llorando a pedirle perdón a Dios.
[00:47:09] Speaker C: Eso fue una noche de quebrantamiento.
[00:47:12] Speaker B: Sí, fue muy fuerte. Yo siempre digo que Dios me dio un piñazo, un bofetón, porque fue que al otro día yo era otra persona. Yo me levanté del piso, ya era otra persona, me acosté, dormir en paz, volví a Córdoba y fue a tirar los cigarrillos, la marihuana, el papelito, cocaína. Yo estaba en pareja, conviviendo con una chica. Y decirle no, ya no podemos estar más juntos.
Dejar la facu, dejé la facultad y me quedó el título.
Nada más que le dije también al Señor, si esto no te sirve, si tengo que hacer otra cosa, lo quemo, puede dejar muchas cosas.
Entendí que eso ya está, no era por ahí el camino. Entendí que eso no iba a llenar mi alma, ya estaba llena, se llenó con Cristo. Esa búsqueda de la verdad ya se terminó, yo la encontré en Cristo.
Y fue entender y ver como que mi mente era como una taza de café negra, contaminada, que la pones debajo de la canilla, abrís la canilla y el agua empieza a entrar, a limpiar. Y sabía que eso era la palabra de Dios, que tenía que entrar a mi mente y limpiarla y lavarla. Y fue agarrar todos los libros, los 24 tomos de Amor tú de Freud, los 19 tomos de Lacan, y todos los libros de filosofía, de historia, de mitología, y todas las cosas a caja y Biblia.
[00:48:37] Speaker A: ¿Yo me imagino que no debe ser fácil cambiar de vida, los hábitos, o fue realmente así de un día al otro? Que listo no más.
[00:48:49] Speaker B: Fue un proceso.
Fue un proceso.
Fue un proceso fuerte en los primeros días, donde Dios me mostró que Él es Dios, que Él ve los que ve el corazón, que escucha las oraciones.
Te puedo contar una que fue muy fuerte para mí, al principio de tener una pesadilla, y en esa pesadilla quería correr no poder por peligro de muerte, y mirarme la pierna, y le tenía la pierna vendada con alambre de púa. Despertarme así sobresaltado inmediatamente traerme una imagen, Dios, de que en San Juan está la Difunta Correa y todos los sanjuaninos vamos a la Difunta Correa. Y cuando yo tuve un accidente, más o menos a los 16,7 años, el yeso que me pusieron en la pierna, cuando me lo sacaron, se lo llevé a la difunta Correa, y Dios decirme claramente, vos le entregaste tu pierna a un demonio y por eso en la vida no podías avanzar y estabas trabado. Y yo entender que tenía que pedirle perdón y decirle a Dios que me libre de eso que hice por ignorancia, pero que lo hice, que es pecado. Es como Dios, de manera muy intencional, mostrándome que es real, porque yo todo lo pensaba, todo lo reflexionaba, todo. Si esto por esto, todo tenía una.
[00:50:01] Speaker A: Explicación, tenía que razonar.
[00:50:04] Speaker C: Fue un tiempo de humillación, o sea, vamos a la palabra que está como muy mona, de construir todo para volver a construir, porque si no calculé mal. Si no calculé mal, entre los treinta, treinta y tres años, 2002-2004, y ya habla de una persona que ha construido mucho, o sea, no te diría toda la vida, pero tiene quizá una forma de pensar, tiene una convicción, tiene su postura, su hábito. Había que destruir todo eso.
[00:50:33] Speaker B: Sí. Y Dios se encargó de romper todo. Sí, sí, fue un quebrantamiento fuerte, de una transformación radical, de algo muy fuerte, muy radical en mi mente, en mi manera de percibir, mi manera de pensar.
Y yo ahora era hijo de Dios, mis amigos estaban preocupados, todos psicólogos, porque ahora yo decía como los locos que están en el neuro, que era hijo de Dios, pero con una convicción. Dios se encargó de tuviera una convicción muy fuerte en que es real, y me lo mostró de manera muy concreta, para mí que él es real.
Claro. En ese momento José Marcos se congregaba en la iglesia de calle Rincón, de Hermanos Libres, y yo empecé a venir acá a la iglesia en calle Rincón, y me bauticé en diciembre, que también fue rápido, porque yo conocí al Señor en julio agosto, y en diciembre ya estaba pidiendo el bautismo y estaba dispuesto a irme a palabra de vida. José me había contado palabra de vida y yo estaba dispuesto a dejar todo el trabajo, todo, irme a estudiar la Biblia. Y en ese tiempo estaba Pepe Bocián, anciano de la iglesia calle Rincón y yo le pedí consejo a él y él me dijo esperábamos porque vos en la iglesia puedes crecer y la iglesia es un buen lugar para crecer y conocer a Dios. Claro, yo tenía cuatro meses de convertido, yo ya estaba dispuesto a dejarlo todo, prendió fuego y fue muy sabio, Pepe, fue muy sabio porque realmente hoy mirando para atrás entiendo, comprendo mejor las cosas y el ambiente del cristiano, la pecera del pez del cristiano es la iglesia.
La iglesia es la institución que Dios creó para que el creyente pueda crecer, madurar, servirle, aprender, conocerle. Y es a través de la comunión de los hermanos, a través del servicio en la iglesia, que el creyente puede encontrar el sentido y el propósito por el cual Dios le salvó.
[00:52:35] Speaker A: Y Gustin, en este proceso de crecimiento, ¿En qué momento vos llegás a empezar a sentir ese llamado por el ministerio pastoral?
[00:52:47] Speaker B: OK, yo conocí al Señor, fue tan radical y ya me vine a vivir cerca de la iglesia Rincón, a barrio General Paz, salí del centro y en ese tiempo el grupo de jóvenes era muy grande, que hoy es pastor principal en la iglesia en Malvinas, Argentina, Samuel con Alejandra, su esposa, eran los líderes jóvenes acá en la iglesia de calle Rincón. Y el grupo de jóvenes eran más de 100 jóvenes. Y siempre todos los grupos grandes hay de todo. Y en la viña del Señor.
Y yo alquilaba un departamento en la calle 24 de septiembre y los fines de semana era la Cueva de Adulam, donde nos reuníamos todos allí.
Y ya en ese tiempo, hoy miro para atrás, en ese tiempo no lo veía así, pero era como un cuidado. Tal vez por el hecho de ser psicólogo, muchas personas se acercaban buscando la contención psicológica, porque ellos sabían que.
Toda una revolución. Tal vez la iglesia, porque la iglesia después yo me enteré que José Marcos nos tenía en oración, en ayuno, oración, mientras nos predicaba el evangelio, porque él tenía unas luchas terribles y la iglesia oraba por nosotros. Claro, después conocí al Señor y vine, la iglesia ya me conocía.
Sí, sí. Y Dios escuchó sus oraciones.
Entonces tal vez muchas personas por el hecho de ser psicólogo se acercaban y personas o jóvenes con problemas, jóvenes que tal vez no encajan en un grupo, jóvenes que no encajan en un estándar, eran los que se acercaban y el departamento estaba abierto, siempre había un montón de jóvenes ahí.
Y yo creo ahora que fue parte de la preparación de Dios también para un cuidado tal vez de aquellos que no encuentran su lugar en un grupo, o que sienten o han experimentado el rechazo o no el estándar de lo que se espera, por el cual hay una afinidad grande para mí también por mi experiencia de vida. Pero el llamado fue bueno. Si te la hago cortita, así conozco a la Lore acá en la iglesia, yo toca el teclado, así que fue la primera que vi, porque estaba en el escenario en púlpito de la reunión de jóvenes.
Nos casamos en el año 2005, noviembre 2005, estuvimos solitos sin tener hijo, hasta el año 2013 en que nace Eliezer, mi primer hijo. Nosotros el primer embarazo lo perdimos.
Fue una situación también fuerte, porque después de muchos años de no quedar embarazada, queda embarazada, fue como.
Y de repente en la octava semana se detiene el desarrollo, pero inmediatamente a los dos meses quedé embarazada de Eleazar.
Y en ese tiempo ya Dios venía hablando a mi vida.
Nosotros, la iglesia de calle Rincón tenía una obra de extensión en Malvinas, Argentina, ciudad de Malvinas, Argentina, a unos 12 kilómetros de acá.
Y en el año 2005, cuando nos casamos con Lore, Samuel y Alejandra, que estaban ya sirviendo al Señor en Malvinas y ha venido en esos meses, nos invitan a ir a conocer.
Para mí fue ir y decir este es el lugar que Dios tiene para nosotros. Nosotros con Lore cuando nos pusimos de novio, compartíamos la carga por las misiones y sobre todo por África y con un país en particular por el cual oraba y orábamos y empezamos a orar y en algún momento de los primeros años pensamos que el Señor nos iba a llevar a África. Pero creo que el Señor nuestro África estaba ahí en Malvinas y en el tiempo de servir y de ver crecer la iglesia, ver la necesidad, pero también en esto de asistir a las personas, tal vez por la profesión, muchos se han acercado por la profesión, pero no tiene nada que ver la psicología con la consejería o con el seguimiento pastoral.
Puede ser una herramienta, pero no produce la transformación que la palabra de Dios produce.
Entonces cuando mi esposa está embarazada, el llamado es Dios fuerte y ante el llamado es El. No la negativa. No, no Dios ni loco.
En ese momento yo estaba trabajando en Rogio, ya había dejado la clínica para dedicarme a la parte laboral, recursos humanos, selección de personal.
Trabajé muchos años asistiendo de manera externa a diferentes empresas, haciendo selección de personal para Claro, para Apex, para Porta, para IUECO, para el Banco de Córdoba, trabajando en.
Con otro grupo de psicólogos, haciendo selección de personal, evaluación de potencial y todo lo que hace referencia a recursos humanos. Fue la parte que no me trajo contradicciones con la palabra de Dios. Porque en la clínica y sobre todo la teoría freudiana, hay cosas que se contraponen a la palabra de Dios.
Y estaba trabajando en Rogio, un buen trabajo, con un buen sueldo, con muchas perspectivas de crecimiento, viajando de un lado para el otro, porque es una empresa muy grande el grupo Rogio y el llamado de Dios muy fuerte que no.
Y fueron tres no.
Y al tercer no fue que llegó el mes de octubre, perdón, septiembre del 2013.
Y en un campamento de matrimonios está tocando el teclado. Termina la reunión, el predicador dice bueno, cada uno agarra la mano de su esposa que voy a orar. Yo me voy adelante. Le mano oramos.
Termina de orar, nos mira y se ¿Puedo orar por ustedes? Sí, ora, termina ahora dice mira Dios me dice esto.
Dios no te da un espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y dominio propio. Y fue un flechazo al corazón. Y dije el cobarde soy yo.
Pero en ese momento fue.
Y más profundo. Porque la cobardía o el miedo. Sí era el miedo a lo nuevo, al dejarlo todo seguir. Pero en el fondo el pecado era la incredulidad.
[00:59:09] Speaker C: Es decir, porque en toda tu vida miedo no te había faltado.
Capaz miedo sí, pero el espíritu venturero. Porque digamos, todos tenemos miedo. Digo. Pero la diferencia está en animarte. Siempre te habías animado a avanzar.
[00:59:22] Speaker B: Sí, era la incredulidad de decir no creo que Dios me pueda sustentar, no creo que Dios pueda hacerse cargo de nosotros, no creo. Y cuando confesé el pecado, lo confesé, lo reconocí ahí en el mismo momento, fue todo como instantáneo, Sentí una paz tremenda. El Lore me miró y me bueno gordo, ya es el tiempo, yo te sigo. Y fue ir el lunes a hablar en la empresa, a decirle que renunciaba, dejaba un llamado de Dios. Eso también fue para otro momento, eso va a ser largo. Pero en la empresa también pude dar testimonio. Mi jefe me permitió hablar a toda la empresa por qué me iba.
Y fue dejarlo y empezar a caminar, como decimos en el ambiente cristiano, a vivir por fe, que en realidad todo cristiano debe vivir por fe.
[01:00:08] Speaker A: Totalmente, sí, sí.
[01:00:10] Speaker B: Pero bueno, es una forma de sustento más de fe. Claro, una forma de decir bueno, no me queda otra.
Pero desde octubre del 2013 hasta el día de hoy ha sido mucho mayor, con más riqueza y más aventura que todos los años anteriores. En todo lo otro que hice sin Dios.
[01:00:35] Speaker C: Ahí está el gran contraste.
Entendemos de donde Dios te sacó, también Dios te dio una familia, usted delegó una responsabilidad y ver el contraste, esto de la idea del podcast de la mutación y Sion con s, porque es ese encuentro con el monte de Sion, digamos, con Dios mismo y cómo transforma vidas. Hacemos dos preguntas para cerrar.
La primera es ¿Qué le dirías a los José Marcos que pueden estar escuchando?
[01:01:12] Speaker B: Se lo he dicho y le he dicho a muchos hermanos contándole mi testimonio, no te rindas, no te rindas.
El trabajo de guiar las personas a Cristo, un trabajo de mucha paciencia y amor.
De hecho en la misma iglesia el ser parte del crecimiento de algún hermano es un trabajo, eso lo dice el apóstol Pablo cuando le escribe los tesalonicenses vuestra obra de amor. El amor es un trabajo, implica sacrificio, esfuerzo, tiempo, paciencia y es necesario para que Dios se muestre al otro en su gran amor.
Lo primero que a un incrédulo le nace es el rechazo y uno sabe que es espiritual, no es la persona, es espiritual el rechazo. De hecho cuando yo llegué a la iglesia, la primera vez que vine al grupo de jóvenes y todavía no tenía al Señor y vine porque tanto insistía José Marcón que fue a la grupo de jóvenes que un día dijimos vamos y lo primero que se acercó Samuel a hablarme de Cristo y yo le quería boxear, yo le quería pegar, ya sentí un rechazo muy fuerte, decía este otro y era espiritual.
Entonces José él mismo decía que él mismo muchas veces quiso dejar, lo barde mucho y sentía la carga de Dios. Entonces bueno, ánimo, ánimo a otros que por ahí están predicándole y están con los brazos caídos o dicen no, no vale la pena. Quiero decirte que sí, que sí vale la pena seguir hasta tanto y en cuanto ya el rechazo no sea no te quiero recibir más, te pego un tiro. Si, seguí hablando, pero mientras haya una puerta abierta, aunque haya oposición es seguir, seguir.
[01:02:57] Speaker A: Sin lugar a dudas el enemigo sabía lo que Dios tenía para vos, para tu familia. Y claramente era una amenaza muy fuerte para.
Para sus propósitos.
[01:03:09] Speaker B: Le servía mucho a él.
Y creo que él me usaba, era un instrumento. Yo creo que estaba comprometido espiritualmente por cosas que hice. Y creo que era un siervo de Satanás.
Entonces también la lucha.
[01:03:25] Speaker A: Ahora, si vos tuvieras que resumir el gusto hoy, antes y el día hoy, ¿Vos cómo lo resumirías?
[01:03:37] Speaker B: Y el Gustavo Dante era una persona con un vacío muy grande, enojado con la vida, con máscaras.
Gustavo de antes era una persona que podía lograrlo solo, que a pesar de que estaba rodeado, prefería estar solo porque podía. Solo porque podía enfrentar las cosas y no le tenía miedo a las cosas.
Y el Gustavo de hoy es una persona que ya no siente ese vacío, que ese enojo ha sido sacado y que las heridas fueron sanadas.
Y hay una dependencia constante de Dios.
Uno siente su incapacidad, siente también reconoce las torpezas y saber que sin Dios no es posible nada. Ser papá, ser esposo, cumplir con las tareas del pastor, sin el Señor imposible. Es una dependencia total de Dios.
[01:04:46] Speaker C: Me venía un versículo quizás muy conocido, pero creo que re aplica a este momento de que corintios segundo corintios 5 17 que de modo que si alguno está en Cristo, nueva, nueva criatura es. Todo lo viejo pasa porque hay un pasado y todo hace nuevo. Y el contraste de decir vos te definiste como siervo y es real, pero que Dios haya delegado este rol pastoral en contraste con lo que vivías hasta los 30 años, creo que es tal que humanamente uno no lo puede imaginar. Solamente Dios puede hacer cosas nuevas.
[01:05:25] Speaker B: Así es.
[01:05:26] Speaker A: Y las hace todas nuevas y tan bruscas, ¿No?
Porque es un cambio brusco al que contar. Es fuerte.
[01:05:34] Speaker B: Creo que el Señor multiforme gracia obra de manera diferente en cada uno. El testimonio de mi esposa es totalmente diferente, porque ella nació en Nogal cristiano, siempre fue a la iglesia desde chiquita, pero también un día tuvo que tener un encuentro con Dios. Porque ir a la iglesia no te convierte en cristiano. Nacer en un hogar cristiano no te hace por defecto cristiano. Hay que tener un encuentro con Dios, no importa qué tan bajo hayas caído o que tanto no lo hayas hecho. Porque los que lo hacemos solamente estamos manifestando el potencial de perversidad que hay en el corazón.
Los que no lo hacen y tienen un resguardo, no significa que potencialmente no sean capaces de hacerlo porque el problema está en el corazón. Jesús lo dijo lo que contamina no es lo que entra, sino lo que sale. Porque del corazón salen las fornicaciones, los adulterios y todo pecado. Entonces, tanto para aquel que lo hemos practicado como para el que no lo practicó porque tuvo un resguardo, necesitan igual un salvador, necesitan a Cristo y tener un encuentro real con Cristo.
No una teoría, no una religión, no una teoría, no un estilo de vida, sino un encuentro real con Dios, con Cristo, con el Cristo crucificado. Y reconocer que si bien por la gracia de Dios naciste en un hogar cristiano y tal vez no llegaste a hacer tantas cosas malas, tenés el potencial para hacerlo.
[01:07:10] Speaker C: Y somos todos igual de pecadores. No hay un testimonio más voluminoso que otro. Los ojos de Dios y ante Dios somos todos pecadores.
[01:07:21] Speaker B: Exactamente.
[01:07:21] Speaker C: Gracias Gus.
[01:07:24] Speaker A: También a todos los que estuvieron escuchando, les agradecemos y nos vemos en el próximo episodio.
Esto fue una producción de la Iglesia Encuentro con Dios ubicada en Malvinas Argentinas, Córdoba capital. Si te gustó este episodio nos encontramos en Instagram como Muta Sion para que nos escribas y conozcas a los protagonistas.